Su alteza el emir del Estado de Qatar, el jeque Tamim Bin Hamad Al Zani, visita estos días España. En su cargada agenda hay reuniones con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; Sus Majestades los Reyes, Presidentes del Congreso y del Senado, y el Alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Al Thani ha recibido varias distinciones y será recibido con los honores que corresponden a un jefe de Estado. Martínez-Almeida le entregó ayer la Llave de Oro de la Villa de Madrid; los Presidentes del Congreso y del Senado, Meritxell Batet y Ander Gil, le han impuesto las respectivas Medallas del Congreso y del Senado, y el Palacio Real albergó anoche una Cena de Gala en su honor.

El Emir no viene solo. Le acompaña una delegación que incluye al viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores, al ministro de Finanzas, al de Industria y Comercio y al ministro de Estado para Asuntos Energéticos, que será uno de los más ocupados. No podemos olvidar que Qatar es el quinto proveedor de gas natural de España. La agenda de Al Zani para estos días es interminable. Según la embajada qatarí, el objetivo de esta visita es reforzar la cooperación de los dos países a todos los niveles; asuntos relacionados con la energía, la sostenibilidad, la firma de acuerdos de colaboración empresarial y comercial… y la celebración de la Copa del Mundo Qatar 2022, que tendrá lugar entre noviembre y diciembre.

El blanqueo deportivo como trasfondo de la visita

Seguramente cuando se hable del Mundial, Al Zani venderá Qatar como ejemplo de modernidad y reformismo. Es posible que, incluso, hable de las reformas que promulgó en agosto de 2020 y que estaban destinadas a marcar un importante paso en la protección de los trabajadores y trabajadoras migrantes. Lamentablemente, estas reformas ni han sido aplicadas ni se han hecho cumplir; algo que ha provocado el resurgimiento de las prácticas abusivas y reavivado los peores elementos del sistema de kafala (patrocinio), un sistema que ata a los trabajadores migrantes a sus empleadores, que impide a los trabajadores entrar al país u obtener una visa a menos que tengan ese patrocinio, y que deja en manos del empleador la cancelación del permiso de residencia, dejando al trabajador en una situación de ilegalidad y en riesgo de ser deportado. Se da la circunstancia de que el trabajador no puede cambiar de trabajo ni abandonar el país sin permiso de su empleador, así que acaba atrapado en un ciclo de abuso.

Lo que no aparece en ninguna parte en esta agenda son los derechos humanos en Qatar, un país donde las restricciones a la libertad de expresión son preocupantes

Lo que no aparece en ninguna parte en esta agenda son los derechos humanos en Qatar, un país donde las restricciones a la libertad de expresión son preocupantes, así como la discriminación de la que son objeto las mujeres y las personas LGBTI. Especialmente preocupante es la situación de los miles de trabajadoras y trabajadores migrantes que, literalmente, se han dejado la vida para que en noviembre, cuando empiece a rodar el balón, el mundo mire a Qatar como ejemplo de organización.

A poco menos de seis meses para el comienzo del torneo, Qatar se está quedando sin tiempo para cumplir su promesa de abolir el sistema de kafala y mejorar la protección de la mano de obra migrante. Muchos de estos cambios llevan un año paralizados y han resurgido las viejas prácticas abusivas, que recuperan los peores elementos de este sistema, que contiene elementos cercanos a la esclavitud laboral.

El papel de la FIFA y la Federación Española de Fútbol

Tampoco aparece en la apretada agenda de Al Zani una posible reunión con la Federación Española de Fútbol. FIFA, como organizadora de la Copa Mundial de Fútbol, y las distintas federaciones nacionales deben estar a la altura de sus responsabilidades, e identificar, prevenir, mitigar y reparar los problemas de derechos humanos relacionados con el campeonato, entre ellos, los que afectan a las personas que trabajan en sectores como la hostelería y el transporte, que están creciendo enormemente para facilitar la celebración de los partidos.

Esta responsabilidad también pasa por instar al gobierno de Qatar a cumplir su programa de reformas laborales antes de que comience el Mundial

Además, esta responsabilidad también pasa por instar, tanto en privado como públicamente, al gobierno de Qatar a cumplir su programa de reformas laborales antes de que comience la Copa Mundial, lo que incluye reforzar la aplicación de las reformas ya anunciadas o introducidas, obligar a rendir cuentas a los empleadores que cometen abusos y emprender acciones para abordar las principales deficiencias en ámbitos tales como el pago de salarios, el acceso a la justicia y la voz de los trabajadores y trabajadoras. Algo que a día de hoy está más lejos que el pitido inicial del partido entre Senegal y Países Bajos el 21 de noviembre de 2022, fecha de comienzo de la Copa del Mundo.

En este sentido, resulta descorazonador que la Federación Española de Fútbol siga adoptando una posición esquiva. Hasta ahora, muchas asociaciones de fútbol, jugadores y periodistas deportivos han hablado y se les ha preguntado sobre los derechos de los trabajadores inmigrantes. Recientemente, la presidenta de la Federación Noruega de Fútbol, Lise Klaveness, pronunció un contundente discurso durante el 72º Congreso de la FIFA, celebrado en Doha el pasado mes de marzo, en el que se dirigió al presidente de la FIFA, Gianni Infantino; al jefe del Comité Supremo de Qatar, Hassan al Thawadi, y a más de 250 federaciones nacionales de fútbol y les dijo que debían hacer más para ayudar a los trabajadores migrantes en Qatar, más para proteger a los seguidores del colectivo LGBTQ+ en la Copa del Mundo, más para que el fútbol mundial sea acogedor para todos. Mientras tanto, la Federación Española sigue guardando silencio y poniéndose de perfil. ¿Hasta cuándo?

Miles de vidas olvidadas

Qatar es uno de los países más ricos del mundo, pero su economía depende de los dos millones de trabajadores y trabajadoras migrantes que residen en él. Todas esas personas tienen derecho a recibir un trato justo en el trabajo, así como justicia e indemnizaciones si sufren abusos. Este es el mensaje que Amnistía Internacional lleva repitiendo desde que la FIFA concedió la organización de la Copa del Mundo a Qatar. Hasta la fecha, ni la FIFA ni Qatar han cumplido su obligación de garantizar la reparación de los abusos contra los derechos humanos cometidos.

Ha llegado el momento de que las autoridades qataríes demuestren su valentía y asuman por completo su propio programa de reformas laborales

Ahora que el Mundial se aproxima y que el historial de derechos humanos de Qatar capta cada vez más atención, es necesario que las autoridades qataríes pongan en marcha medidas urgentes para agilizar el proceso de reforma antes de que sea demasiado tarde. El tiempo corre, pero aún no es demasiado tarde para pasar del papel a la acción. Ha llegado el momento de que las autoridades qataríes demuestren su valentía y asuman por completo su propio programa de reformas laborales. Y también ha llegado el momento de que nuestras autoridades se interesen no solo por entregar medallas del Parlamento, llaves de oro de la ciudad de Madrid y organizar fastuosas cenas de gala para recibir al Emir de Qatar. También es hora de que se interesen por la situación de las miles de personas que sufren abusos en Qatar, y de los que nadie se acuerda, ni a la hora de redactar agendas, ni a la hora de levantar la voz en su favor.


Carlos de las Heras (@carlisevic) es responsable de deporte y derechos humanos en Amnistía Internacional.