La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha pedido ampliar la investigación por sedición en relación al 1-O a la cúpula de los Mossos d'Esquadra que entonces integraban, además del mayor Josep Lluis Trapero, el director Pere Soler Camin, que ejercía como mando político del cuerpo policial, así como al que fuera secretario general de Interior, César Puig.

En un escrito remitido a la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, que ya ha citado para este viernes como investigado a Trapero por un delito de sedición que pudiera sumarse a otro de organización criminal, la Fiscalía considera que Soler y Puig tuvieron una "decisiva actuación en los hechos objeto del procedimiento"

"La inacción del cuerpo de Mossos d'Esquadra siguió la pauta anunciada previa y públicamente por los responsables políticos Joaquín Forn Chiariello -ex consejero de Interior que se encuentra en prisión-, Pere Soler Campins, director de los Mossos y en la medida correspondiente César Puig i Casañas", como secretario general de Interior en aquellas fechas, apunta la Fiscalía.

'Obstaculizar la actuación de otras policías'

En el auto de citación de Trapero, la jueza destacaba que esta "inactividad" de la policía autonómica "ya se percibía" en las declaraciones públicas del entonces director general del cuerpo policial Pere Soler, quien días antes del referéndum dejó claro que "la misión de los Mossos es garantizar derechos, no impedir su ejercicio".

Lamela subraya que días antes de la consulta ilegal tanto el fiscal jefe de Cataluña como el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, coordinador del dispositivo de seguridad para impedir el referéndum, comunicaron a Trapero que su plan de actuación para ese día "no era adecuado", por lo que "se comprometió a modificarlo con las recomendaciones que le dieron".

En cuanto a la actuación concreta de los Mossos el día 1 de octubre, la magistrada afirma que "no hicieron nada para desalojar los colegios" y que se mantuvieron "al margen de cualquier actuación desarrollada por la Guardia Civil, evitando intervenir" cuando agentes de la Benemérita eran "agredidos".

Su labor ese día, añade, estuvo "orientada" también en algunos casos a "obstaculizar la actuación de aquellas otras policías" y, en otros, "a increpar e incluso a enfrentarse a alguno de los agentes de la Guardia Civil y Policía Nacional que en el ejercicio de sus funciones se encontraban en el lugar".