"Sí figuran concejalías". El término estaba claro tanto para PP como para Vox en el acuerdo suscrito entre ambas formaciones sobre la presencia que iban a tener los segundos en el Ayuntamiento de Madrid pese a la negativa frontal de Ciudadanos, el tercero en discordia. Pero había discrepancias en la interpretación de los matices de un documento que no se ha hecho público, aunque haya habido amenazas expresas de difundirlo por parte de Rocío Monasterio porque, a su juicio, se está atendiendo a un "incumplimiento de la palabra dada" que implicaba "una coalición de gobierno".
La crisis en el Ayuntamiento de Madrid llegó incluso a poner en el tablero de juego -que ya parecía sentenciado con la elección de Almeida como alcalde con el beneplácito, revueltos que no juntos, de Vox y Cs- la repetición de elecciones si el equipo de Ortega Smith seguía adelante con la reclamación de despachos, quienes han supeditado la investidura de Isabel Díaz Ayuso a que se atiendan sus reclamaciones.
Pero una jugada maestra de José Luis Martínez-Almeida puede desencallar definitivamente las negociaciones en el Ayuntamiento y, por ende, las de la Comunidad de Madrid antes de cumplirse el periodo de 20 días pactado con Smith para esclarecer los flecos del acuerdo. Y lo puede lograr añadiendo únicamente un adjetivo a la reivindicación de Vox de tener peso en Cibeles en proporción a los cuatro concejales obtenidos el 26-M: concejalías delegadas de algunas de las áreas de gobierno asignadas a los populares, lo que otorgaría representación a los de Santiago Abascal en el Ejecutivo municipal por un lado y, a la vez, no formarían parte de la Junta de Gobierno, como exige Ciudadanos.
A falta de que Vox se pronuncie oficialmente sobre aceptar o no esta alternativa, ya hay luz verde por parte de la formación naranja. Ayer lo constató la ya vicealcaldesa de la capital, Begoña Villacís, en una entrevista para El País y lo confirman a este diario fuentes del grupo municipal: las concejalías delegadas "no son gobierno". Los naranjas no se salen de la línea marcada por el documento suscrito "a dos" con el PP por el cual el equipo de Almeida debería contar con el "acuerdo expreso y escrito" de Ciudadanos en caso de haber alguna "alteración en la composición del Gobierno" para responder, por otro lado, el pacto que los populares tienen firmado con los ultraconservadores en paralelo.
Y los naranjas se atienen al artículo 7 de la Ley de Capitalidad que establece que el Gobierno de Madrid está únicamente formado por "la alcaldía, la vicealcaldía y las áreas de gobierno", todas ellas asumidas por PP y Cs, exclusivamente. "El resto", admitía Villacís este miércoles, "forma parte de la gestión administrativa, incluso la política, pero no es gobierno".
Y Ciudadanos se aferra al clavo ardiendo de la mencionada ley como forma de salvaguardar el mandato votado de manera unánime por la Ejecutiva, cuya línea roja era no pactar ni compartir gobiernos con Vox. Ya lo hizo Begoña Villacís hace tres días, cuando desligó el acuerdo de Gobierno de la ciudad de las Juntas de Distrito, la primera oferta de José Luis Martínez Almeida -sonaban Salamanca, Chamberí y Usera- a Vox para tratar de satisfacer, sin conseguirlo, sus aspiraciones en el Madrid. "Ellos verán qué hacen con sus distritos", espetaba la vicealcaldesa.
Aún así, Villacís ha criticado abiertamente la cláusula de "discreción" del acuerdo suscrito in extremis entre PP y Vox el pasado viernes de madrugada, horas antes de la constitución del consistorio municipal que ha sido objeto de contradicciones en los últimos días y cuya "falta de transparencia" ha llevado incluso a Rocío Monasterio a romper el diálogo con Ayuso en la Comunidad de Madrid, el siguiente escollo a resolver en el complicado escenario del tripartito de derechas y donde podría plantearse el mismo escenario que resulte del Ayunamiento.
PP, y ahora Ciudadanos, han abierto la veda. Ahora solo resta conocer si los de Vox asumirán esta premisa para dar un carpetazo definitivo a la crisis consistorial de los últimos días. Fuentes naranjas confirman que no han hablado "ni hablarán" en este sentido con Ortega Smith porque "no hay nada suscrito entre ambos". Y Génova asegura que Vox ya tiene asumido que no entrará en la Junta de Gobierno. Ahora los de extrema derecha "tendrán que aprobar el acuerdo, suponemos, en su comité ejecutivo nacional, y decirnos", aseguraba a este diario fuentes populares.
El acuerdo entre Partido Popular y Ciudadanos en el Ejecutivo municipal otorgaba las Áreas de Hacienda; Salud, Seguridad y Emergencias; Cultura, Turismo y Deporte; Medio Ambiente y Movilidad; y Obras y Equipamientos a los populares. Ciudadanos, por su parte, accederá a Economía, Innovación y Empleo; Desarrollo Sostenible; y Familias, Igualdad y Bienestar Social.
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