Las visitas han sido continuas desde el pasado día 7. Curiosidad, militancia política y curiosidad son probablemente las motivaciones de muchos de quienes han acudido a la Casa de Cultura de Galdakao a ver “Desde la ventana de mi celda”. Del autor apenas se dan muchos detalles. Ninguno de sus influencias artísticas, no del contenido de su obra. Sobre su trayectoria, eufemismo y silencios. Jon Bienzobas es presentado como un hombre que desde muy joven tuvo que salir del pueblo por su “compromiso político”. En el panel que recibe al visitante antes de observar la treintena de obras, también se apunta que fue detenido en 1999 en Francia, y que cumple condena en una cárcel de Cádiz. En ninguno de los dos casos se señala por qué.

En la biografía de Bienzobas, el artista, se oculta su pertenencia a ETA. También su autoría en al menos dos asesinatos, el del ex presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Tomás y Valiente, y el del trabajador de Iberduero, Rafael San Sebastián en Getxo. O su participación en otros crímenes con los que acumula cuatro condenas por un total de 266 años de prisión.

La exposición que hasta el próximo día 18 acoge la Casa de Cultural de Galdakao, su localidad natal, ha dolido a sus víctimas. El hijo del ex presidente del Tribunal Constitucional, Francisco, ‘Quico’, Tomás y Valiente ya ha pedido al Consistorio de Galdakao que retire la muestra. Por ahora, sigue abierta y nada hace pensar que el Gobierno municipal de Bildu, con el apoyo de Podemos y dos plataformas vecinales les haga cambiar de opinión. Más aún cuando la propia Audiencia Nacional ha rechazado tomar medidas cautelares y prohibir la muestra: “Están utilizando un espacio público para decir que no importan los asesinatos cometidos por Bienzobas. Lo que hizo él no es compromiso político, es terrorismo”.

Pregunta.- Han pasado 24 años desde que el 14 de febrero de 1996 ETA asesinó a su padre en su despacho de la Universidad Autónoma de Madrid . En todo este tiempo, Jon Bienzobas, el etarra condenado por su asesinato, ¿se ha puesto en contacto de algún modo con ustedes, con la familia?

Respuesta.- No, nunca.

P.- ¿Qué es lo que pensó cuando se enteró que el asesino de su padre expondría en la casa cultural de Galdakao?

R.- Lo conocí a través de los medios de comunicación. Más allá de la reacción emocional o personal, tanto a mis hermanos como a mí, nos hizo pensar en la parte ética y social de la cuestión. No se puede hacer normal lo que no lo es, como pretende defender el Ayuntamiento. No se puede seguir el procedimiento con Bienzobas como si fuera uno más, no lo es. Es un terrorista que no ha renunciado a ETA como método terrorista, que no se ha arrepentido, que no ha pedido perdón ni ha colaborado con la Justicia para esclarecer los hechos criminales en los que ha participado.

P.- ¿Ha visto las obras? ¿Le han llamado la atención?

R.- No, aunque el contenido en sí no creo que sea significativo.

P.- En su familia, ¿cómo han recibido ver que el autor del asesinato de su padre está exponiendo su obra en un centro público de su pueblo natal?

R.- A estas alturas no podemos dejar que se recomponga una visión de la historia a partir del blanqueo, de la normalización de lo que no es normal. La aceptación de Bienzobas como un ciudadano más sin que ni siquiera haya pedido perdón, colaborado con la Justicia ni haber hecho nada para reinsertarse no puede ser. Sin eso se intenta blanquear de una manera indigna el pasado, la historia reciente de un terrorismo salvaje de limpieza étnica y un fanatismo absurdo.

P.- ¿Habría que prohibir la exposición? La Audiencia Nacional no lo ha hecho.

Hay principios que deben ser claros, no asumirlos es generar semillas para repetir los mismos errores"

R.- Yo he pedido al Ayuntamiento que lo haga, que la retire. Pero en esta cuestión hay dos líneas. Una, que es la que me parece más clara, es la social, la ética, la política. Estamos deconstruyendo la convivencia y hay que ver qué visión reciente de España, del País Vasco, se quiere dar con muestras como ésta. Lo que hay que hacer es retirar la exposición o retirarle el apoyo al alcalde. En el sentido judicial prohibirla quizá es más dudoso. Hay una resolución del juez que dice que no puede prohibirla cautelarmente. Creo que los delitos de opinión y de libertad de expresión hay que medirlos mucho, esta cuestión es más técnica y complicada.

P.- El juez dice que es exclusivamente una exposición de cuadros y esculturas y que de ahí no se puede concluir que suponga una humillación a las víctimas. ¿Es una laguna del derecho a la libertad de expresión?  

R- No, no creo que se tenga que regular más, incluso creo que existe algún exceso. Los delitos de opinión en los que se imponen penas de cárcel creo que son algo que se deberían revisar. En este caso el juez se centra en el contenido de la exposición, en si es o no una exaltación o apoyo del terrorismo. El contenido de la exposición, hasta donde sé, no va en esa línea. Otro argumento podría ser que el mero hecho de que se olvide quién es Bienzobas o que se destaque en su presentación su ‘compromiso política’… Creo que en realidad es un acto con contenido político, por más que lo han querido diluir en una decisión burocrática. Ese contenido político obedece a la intención de manipular el pasado, olvidar lo que ha sido el terrorismo, obviar que Bienzobas ni siquiera ha renunciado a ETA o que tampoco ha asumido el error, la tragedia, la culpa que hay en el terrorismo de ETA. Ahí es donde se debe señalar. No se puede pretender el olvido y estos actos van en esa línea. La visión de lo que ha sucedido en el País Vasco debe partir de la verdad, de asumir los errores trágicos y a partir de ahí reconstruir. Yo coincido con la gran parte de la sociedad vasca, lo ha dicho el Gobierno vasco, la delegación del Gobierno, los partidos. Es un evidente error desde el punto de vista ético.

P.- ¿La izquierda abertzale emplea este tipo de actos para dulcificar la imagen de los presos de ETA? ¿Ve intentos de blanqueamiento de ETA?

R.-  Hay una intención de blanquear el pasado pero se ha encontrado enfrente con que una gran parte de la sociedad vasca le ha dicho que así no. Y señalamos a Bildu, pero Podemos –que gobierna Galdakao junto a Bildu y dos plataformas vecinales- debería estar dando explicaciones de por qué no le está exigiendo al alcalde que suspenda la exposición.

La exposición es un acto con contenido político, obedece a la intención de manipular el pasado"

P.- ¿Se ha caído en una guerra de derechos, el de la memoria de las víctimas y el de expresión del preso de ETA?

R.- La clave es que estamos en un espacio público. Si alguien en un ámbito privado quiere exponer los cuadros de Bienzobas estaríamos hablando de otra cosa. No es sólo una cuestión de libertad de expresión sino de uso de un espacio público. El espacio público tiene un sentido político de ejemplo, de por dónde se quiere que camine la sociedad. Si empleas el espacio público para decir que Bienzobas se ha tenido que ir del pueblo por su ‘compromiso político’ estás utilizando el espacio público para decir que no importan los asesinatos cometidos por Bienzobas. Estas convirtiendo en normal lo que no es normal, estas ocultando el crimen como si no tuviera importancia. Lo que hizo él no es un compromiso político, es terrorismo. Lo grave está ahí. Si él quiere pintar en prisión, que pinte, y si alguien quiere exponerlo en un espacio privado estaríamos hablando de otra cosa.

P.- En el País Vasco la construcción del relato sobre lo ocurrido está provocando tensiones y un ‘batalla de relatos’. ¿Iniciativas como las de Galdakao intentan incidir en él?

R.- En esta cuestión los principios son claros y quien no los asuma está generando semillas para que se repitan los mismos errores. Se deben asumir la vulneración de derechos fundamentales, cada uno su parte de responsabilidad. Hay verdades que son irrefutables. Hay que hacer una aproximación a la verdad pero hay cuestiones que son irrefutables, como que Bienzobas ha asesinado como mínimo a dos personas. Estas verdades deben ser aceptadas para reconstruir la historia reciente.