Mientras las calles del centro y los barrios de Barcelona asomaban este domingo casi desérticas, las playas y la montaña ofrecían imágenes totalmente opuestas con familias paseando, ciclistas y 'runners', en un día soleado que parece desafiar el confinamiento ordenado por el Gobierno.

El decreto del estado de alarma aprobado por el Ejecutivo español para evitar la propagación del coronavirus limita los movimientos de los ciudadanos, que sólo pueden salir de casa básicamente para ir a trabajar, comprar alimentos o cuidar de menores o personas dependientes.

Salir a pasear o a correr, ir en bicicleta o simplemente tomar el sol en la playa no son actividades recogidas en ninguna de las excepciones que prevé el decreto gubernamental, por lo que patrullas de la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra se han dedicado hoy a recordar las restricciones a todos aquellos que han sorprendido saltándoselas.

En las playas de la Vila Olímpica y la Barceloneta, la afluencia de personas ha sido importante durante toda la mañana, muchos paseando, algunos practicando yoga y otros sentados frente al mar sin respetar si quiera la distancia de seguridad entre ellos de un metro y medio, según ha podido constatar Efe.

Las patrullas de orden pública informan a los ciudadanos de sus deberes para ayudar a frenar el coronavirus y les advierten de que, a partir de mañana, esas conductas serán sancionables.

En el otro extremo de la ciudad, en la montaña de Collserola, los Mossos han parado también a más de un ciclista, muchos en grupos, para recordarles las prohibiciones, y se ha podido ver a cientos de personas paseando.

Para frenar estas conductas y facilitar el confinamiento, el Ayuntamiento de Barcelona ha ordenado ya el cierre de parques y jardines y lo mismo hizo ayer la Diputación, que gestiona muchas de las zonas verdes de la ciudad y alrededores