British Airways se vio obligada a cancelar un millar de vuelos el pasado fin de semana después de que parte de sus sistemas informáticos dejaran de funcionar. La aerolínea lleva días insistiendo en que no fue un fallo informático, sino que fue un fallo en el suministro eléctrico que provocó una subida de tensión y dejó fuera de servicio el sistema. Ahora, tras días de investigaciones, la compañía apunta a un fallo humano como causa de la caída del suministro eléctrico.

Y es que las pesquisas de British Airways apuntan a que un empleado de una subcontrata encargada del mantenimiento en uno de los centros de datos del grupo desconectó involuntariamente el suministro eléctrico y apagó los sistemas informáticos de la aerolínea, provocando cancelaciones masivas de vuelos que acabaron dejando en tierra a unos 75.000 pasajeros, según desvela hoy The Times.

La investigación de British se va a centrar ahora en esa tesis. La compañía subraya que sus sistemas informáticos funcionaban perfectamente hasta que por error fueron desconectados de la red eléctrica. En los últimos días desde el sindicato GMB se había responsabilizado a la política de recortes emprendida por el nuevo presidente de British, el español Álex Cruz, y a la externalización de parte de las tareas informáticas como causas del colapso del pasado fin de semana.

La cúpula de IAG, el holding que agrupa a British, Iberia y Vueling, ha tenido que salir al paso de las críticas y dar su apoyo a Cruz, que lleva una semana descartando que vaya a presentar la dimisión por la crisis desatada.

British Airways puede acabar afrontando una elevada factura por las cancelaciones masivas. Según un informe de Citigroup los problemas operativos del fin de semana pueden acabar costándole al menos 100 millones de euros (en torno a 40 millones por la caída de los ingresos y otros 60 millones en indemnizaciones). Otras estimaciones elevan el coste incluso hasta el entorno de los 200 millones.