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EL AYUNTAMIENTO SE LANZA A PINCHAR EL BOOM DE AIRBNB

Carmena ilegalizará el 95% de los pisos turísticos en el centro de Madrid

El Ayuntamiento de Madrid dividirá la capital en cuatro zonas con diferentes restricciones para utilizar las viviendas para el alquiler turístico. Los particulares podrán alquilar su vivienda 90 días, si lo superan necesitarán licencia como profesional.  

Turistas en la Puerta del Sol de Madrid.

Turistas en la Puerta del Sol de Madrid. europa press

El Ayuntamiento de Madrid quiere poner coto a la proliferación descontrolada de viviendas de alquiler turístico, al calor del auge de plataformas online como Airbnb, HomeAway o Wimdu. El equipo de gobierno de Manuela Carmena lleva tiempo trabajando en nuevas medidas para frenar la expansión del fenómeno y ya cuenta con un primer borrador con medidas para aplicar nuevas restricciones a la actividad.

Exigirá que los pisos turísticos tengan un acceso independiente desde la calle. Pero es un requisito que ya establece la norma actual

Las líneas básicas del borrador -que se convertirá en breve en un plan concreto que se presentará en junio o julio, con el objetivo de aprobarlo de manera definitiva después del verano- fueron presentadas este martes por el concejal de Urbanismo, José Manuel Calvo, ante decenas de asociaciones de vecinos y empresariales de la capital en la Mesa del Turismo.

Aunque las competencias de regulación turística corresponden a la Comunidad de Madrid, el consistorio pretende hacer uso del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para poner orden el uso que se da a los edificios, y la herramienta que se utilizará será el denominado Plan Especial de Implantación de Uso de Hospedaje.

Madrid, dividido en cuatro zonas

El Ayuntamiento dividirá Madrid en cuatro zonas a las que aplicará diferentes niveles de restricciones en función “del grado de saturación” por la afluencia de turistas. El objetivo es impedir nuevos cambios de uso en los edificios de residencial a hospedaje (tanto de alquiler como de hotel) en las zonas que se consideran saturadas.

En la zona 1 (el distrito Centro) y en la zona dos (el resto centro histórico: parte de los distritos de Arganzuela, Salamanca, Chamberí y Moncloa) será prácticamente imposible conseguir nuevas licencias para transformar edificios residenciales en alojamientos turísticos, salvo en algunas calles principales como Gran Vía o Alcalá. Los edificios que cuentan con ellas las mantendrán, los que no tienen regularizada su actividad no podrán realizarla.

Tampoco se aprobarán más autorizaciones a los pisos individuales que sean gestionados con carácter profesional (más de tres meses al año). Entre los requisitos que se pretende hacer cumplir a los pisos turísticos estará el del que cuenten con un acceso independiente al que utilizan el resto de vecinos, con un acceso propio desde la calle, lo que servirá para prohibir cerca del 95% de todos los pisos turísticos actuales del centro, según el propio Ayuntamiento. No obstante, esta exigencia de contar con una entrada independiente ya figura en la normativa vigente y no se ha cumplido.

En la zona 3 (el resto del la superficie dentro de la M-30 y algunos barrios aledaños) se abre la mano y se permite con menos restricciones la conversión de residencial en uso para servicios, y en el resto de la capital se mantiene la legislación actual mucho más permisiva.

Veto en el centro a pisos profesionales

El planteamiento del Ayuntamiento de Madrid es permitir que los particulares puedan seguir alquilando sus viviendas, siempre que sea primera residencia y que se haga por un plazo máximo de 90 días al año. Una vez que se sobrepase ese límite, será necesario que contar con una licencia como alojamiento turístico. Sin ella, la actividad de alquiler turístico sería ilegal.

Con esta medida, el consistorio pretende poner coto a la actividad de los gestores profesionales de carteras de viviendas para el alquiler turístico y frenar su expansión en el distrito centro y en el resto del centro histórico. La obtención de licencia en estas dos zonas será prácticamente imposible con la nueva normativa, así que en la práctica el Ayuntamiento de Madrid promoverá la ilegalización de miles de pisos turísticos profesionales ubicados en el centro.

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Está por ver si el consistorio podrá mantener este límite de 90 días como plazo máximo de alquiler para particulares. Se trata de un plazo establecido por la legislación vigente de la Comunidad de Madrid. Pero el Gobierno regional prepara una nueva normativa y ya ha expresado su intención de eliminar esa limitación temporal de tres meses.

El objetivo declarado del equipo de Carmena es que "preservar el uso residencial en las áreas centrales de la ciudad, frenando la expulsión del uso residencial de carácter permanente y su sustitución por alojamiento temporal". Esto es, que en el centro las viviendas sigan siendo viviendas, en un momento en la turistificación de algunas zonas de la ciudad está provocando la expulsión de los residentes, la pérdida de servicios para vecinos permanentes (sustituyéndolos por otros para viajeros) y un alza de los precios del alquiler.

El centro: la mitad de la población son turistas

Las cifras en las que se apoya el Ayuntamiento para justificar las nuevas restricciones muestran una "saturación enorme" en el caso del distrito Centro, donde casi la mitad de la población flotante son turistas. En este distrito el 45,7% de la población flotante (la suma de los residentes permanentes y los temporales) corresponden a viajeros, un 27% se aloja en hoteles y el 17,6% en pisos turísticos. Una proporción que contrasta con el 4,71% de turistas de media en el conjunto de Madrid.

En Madrid las plazas que concentran los pisos turísticos superaron por primera vez el año pasado el total de oferta de alojamiento reglado. Según Exceltur (el lobby que agrupa a una veintena de las mayores empresas turísticas españolas y que es muy beligerante con el boom del alquiler vacacional), las plazas en viviendas turísticas se dispararon un 40% en un año, alcanznado un total de 99.256 camas, frente a las 96.872 plazas del alojamiento reglado (que prácticamente está estancado con un incremento del 0,6%).

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