Han pasado casi cinco meses desde que el Banco Central Europeo (BCE) recomendara a los bancos bajo su paraguas supervisor abstenerse de pagar dividendos hasta que las aguas volvieran a su cauce tras la pandemia o, al menos, hasta que existiera más certidumbre sobre el devenir económico de la crisis sanitaria. Este veto ha sido ampliamente criticado entre las entidades españolas, que consideran que el dividendo es uno de sus principales atractivos para el inversor, pero ¿realmente les ha penalizado en Bolsa esta decisión?

Desde que el supervisor publicara su recomendación, los bancos españoles han reaccionado en Bolsa de forma muy diferente. En este tiempo, las dos entidades más grandes del Ibex 35, Santander y BBVA, que antes de la pandemia se encontraban entre las compañías con mayor rentabilidad por dividendo, han perdido un 23% y un 24,5% de su valor en Bolsa.

Tras la recomendación del BCE, ambas entidades se vieron obligadas a renunciar a los dividendos. En el caso de Santander, supuso dar marcha atrás en la entrega del que quedaba por pagar con cargo a 2019 y atrasar los planes para la retribución con cargo a este ejercicio.

Con todo, y visto que el supervisor no dejará pagar en efectivo al menos hasta 2021, al presentar sus resultados el banco que preside Ana Botín ya anunció su voluntad de repartir un dividendo en forma de acciones sobre el beneficio de 2020, agarrándose a la única excepción que contempla la recomendación del BCE, a pesar de que cerrará el año en pérdidas contables.

BBVA, por su parte, renunció a abonar una retribución en 2020, una política que mantiene a día de hoy y que no modificará a través de un dividendo en forma de acciones, a pesar de que prevé cerrar el año en beneficio, como dejó claro su consejero delegado, Onur Genç, hace algunas semanas.

Estas cotizaciones no se han visto mucho más penalizadas que las de otras compañías del Ibex 35 que también contaban con altas rentabilidades por dividendo antes de la pandemia y que no se han visto obligadas a renunciar a retribuir al accionista. Es el caso de Repsol, Telefónica o Naturgy, que han visto al precio de sus acciones caer un 49%, un 14% y un 4,3%, respectivamente, en las mismas fechas.

Además, la hipotética penalización de la decisión del BCE tampoco ha provocado una huida de sus accionistas, al menos no de momento. Santander los ha aumentado casi un 1% en el último trimestre y un 0,6% respecto al año anterior, mientras que en BBVA se ha producido una subida del 0,4% en el último año.

Algo similar ha ocurrido con Sabadell, cuya cotización se ha desplomado un 35,6% desde que el BCE emitió su recomendación, por la que tuvo que suspender su dividendo de este año, que aún no había sido aprobado por el consejo de administración. En su caso, lejos de caer, sus accionistas han crecido un 4% en el último año.

«Queremos que no se nos estigmatice como industria»

José María Roldán

Estos desplomes no permiten concluir que la decisión haya tenido un impacto fuerte en las cotizaciones bancarias, como se ha reproducido en algunas críticas, pues los resultados en el resto de los bancos del Ibex 35 han sido completamente diferentes. Tanto Bankia (3,7%) como CaixaBank (4,3%) y Bankinter (33%) han visto sus precios crecer en el mismo lapso de tiempo, en el que el sectorial bancario europeo incluso ha avanzado (+0,52%).

Café para todos

A pesar de que en los primeros momentos la reacción en el sector financiero fue de absoluto respeto a la decisión del BCE, tan solo unos meses después se empezó a tornar en crítica. Ya en junio, desde la Asociación Española de Banca (AEB) se pedía al supervisor no alentar el "café para todos", sino permitir a cada entidad decidir si podía hacer frente al pago del dividendo.

«Queremos que no se nos estigmatice como industria, una industria que necesita recuperar la confianza de los accionistas», lamentaba José María Roldán, presidente de la patronal bancaria.

Los banqueros, por su parte, tampoco se ahorraron las críticas. A María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter, le parece que «hay muchas personas que invierten en banca, que sus ahorros los tienen puestos en banca", lo cual "es un modo de vida al que perjudica muchísimo si no dejan repartir dividendo». En su opinión, al no tener dividendo, el sector bancario «deja de ser un sector atractivo para los inversores».

«No la voy a criticar [la recomendación del BCE de no pagar dividendos] porque entiendo lo que esta haciendo el supervisor y la entiendo como excepcional y temporal. Si no, no la entiendo», expuso Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, hace algunas semanas, cuando mostró su interés en pagar dividendo (el "de verdad", en efectivo) en cuanto les deje el BCE.