De la depresión al subidón. En apenas una semana. El PSOE está viviendo una auténtica montaña rusa emocional en esta campaña del 23-J que ya se extingue. Tropezó, cayó y se hundió tras el cara a cara de Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo del pasado 10 de julio en Atresmedia. La dirigencia socialista digirió espantada un debate en el que no reconocía a su líder. Pero el estado de ánimo se fue recuperando el pasado sábado, el pasado domingo, y se nutrió desde el lunes con los errores del líder del PP en Televisión Española —su "mentira" sobre la revalorización de las pensiones conforme al IPC— y su ausencia en el debate a tres en la corporación pública. El partido y el presidente del Gobierno, derrochan ahora "ilusión" y la palabra "remontada" no deja de salir de su boca. No solo en los mítines, en las entrevistas, también en las conversaciones privadas. Incluso los más escépticos reconocen que el clima interno ha cambiado sustancialmente, y que la "ola" favorece al PSOE, igual que antes empujó al PP. Ahora, la esperanza es que las derechas no sumen mayoría absoluta ni tengan opción de alcanzar el Gobierno. Y si las urnas arrojan ese resultado, que las encuestas publicadas (y las prohibidas) no descartan, se abriría el escenario del bloqueo o bien de una alternativa, más improbable, de la reedición de un Ejecutivo de coalición progresista.

El PSOE respiró profundamente tras el combate a tres en RTVE. Sánchez no cometió fallos y logró desquitarse de su mal desempeño de la semana pasada en Atresmedia. No confrontó con Santiago Abascal y dejó que Yolanda Díaz, que es la que se juega la fundamental tercera plaza con Vox, lo hiciera y corriera por la banda izquierda. Era su estrategia: adoptar un rol más institucional, más presidencial, comparecer ante los ciudadanos más sereno, firmando exposiciones más largas, en las que se sentía más cómodo, sin interrupciones.

No solo ha resucitado al PSOE el debate. Lo ha conseguido la secuencia de los últimos días, incluida la mayor presión por el narco Marcial Dorado. El PSOE se anota la segunda y definitiva semana de campaña

Y en todo momento él y la vicepresidenta segunda se esforzaron por exhibir una coalición de la que no se avergonzaban —sí siente "vergüenza" Feijóo de aparecer junto a Abascal, repitió— y que funciona como un equipo, con diferencias pero engrasada bien avenida, plenamente conscientes ambos de que lo que arruinó la imagen del Gobierno en esta legislatura fue el ruido constante con Podemos. El jefe del Ejecutivo no brilló como Díaz, que protagonizó el choque, pero a ojos de la mayoría del partido cumplió eficazmente su papel, porque pudo colocar su mensaje, esta vez sí, y levantar la moral del bloque de izquierdas, mientras quien perdía el debate, convienen distintos dirigentes, era Feijóo por no asistir. RTVE se anotó un 34,6% de cuota de pantalla y 4,1 millones de espectadores, que hizo a La 1 la cadena líder del día, aunque fue el careo de candidatos menos visto de la historia.

Pero no solo ha sido el cruce televisado lo que ha resucitado al PSOE. Lo ha conseguido la secuencia de los últimos días, a la que se añade la mayor presión sobre el candidato popular para que explique su relación con el narcotraficante Marcial Dorado, petición a la que se apuntó Sánchez durante una entrevista con La Sexta. En síntesis: igual que el PP se llevó la primera semana de campaña, a lomos del impacto del cara a cara, el PSOE se anota la segunda y definitiva, la más cercana a las urnas del 23-J. El "optimismo" se percibe con nitidez cuando se pregunta a barones y mandos territoriales, mientras que en la Moncloa y Ferraz se roza la euforia, porque en el equipo del presidente se insiste en que el mensaje de que el partido ganará las elecciones del domingo no es una pose, sino que es real y que la posibilidad de la victoria no es en absoluto lejana. En el cuartel general llevan repitiendo que la distancia no es mucha, que son 7-8 diputados los que pueden decantar el triunfo de un bloque u otro.

Vamos a fuego. Yolanda muy 'top' y Pedro en su sitio. Salir bien de esta es tener oportunidades de ser investido. Y creo que las hay", indica un barón autonómico

"Los milagros a Lourdes, pero sí pareciera que el PP ha bajado los brazos. Nuestra gente está movilizada, prevemos que haya mucho voto útil. Y el team Pedro-Yolanda nos fue muy bien. Seguimos viendo a Pedro algo tocado, pero nos favorece la pelea de bloques y que ella le pone pasión", resume un mando regional con poder orgánico. "Los mítines de los últimos días, con Pedro y con [José Luis Rodríguez] Zapatero han sido brutales. Con el debate la gente está muy satisfecha, por el papel del presidente y la ausencia de Feijóo. En un debate muchas veces el brillo se vuelve en contra porque la gente se relaja, así que Pedro encontró el equilibrio necesario", apunta un barón autonómico. "Vamos a fuego —confiesa ilusionado otro máximo responsable territorial—. Yolanda muy top y Pedro en su sitio. Salir bien de esta es tener oportunidades de ser investido. Y creo que las hay". "Se respira mucho más optimismo", resuelve un presidente regional. "Todo mucho mejor. El partido ha recuperado pulso", admite una responsable muy alejada de Ferraz.

"La gente irá a votar"

Hasta en Andalucía, el antiguo granero socialista, y en el que se espera una caída en diputados desde los 25 que obtuvo en 2019 —un resultado asumible se situaría en el entorno de los 22-23 escaños—, la cúpula señala que hay esperanza. "Estamos muy satisfechos de la semana y mañana cerraremos con un pedazo de mitin en Sevilla con Zapatero. Pedro y Yolanda transmitían solvencia e ideas claras frente a la incomparecencia del que se cree ganador antes de votar y el impresentable arcaico de Abascal. Estamos aprovechando bien las enormes debilidades de Feijóo. La gente no se va a quedar indiferente, irá a votar", apuntan desde la dirección del PSOE andaluz.

Candidatos, dirigentes y ministros detectan "buenas sensaciones" en los últimos días, como la buena afluencia a los mítines, pero esa movilización también fue intensa el 28-M, de ahí la prudencia

En otros territorios como Madrid, donde el aparato del partido es más débil y el PP es hegemónico, o en Extremadura, que acaba de padecer la pérdida de la Junta, el escepticismo es mayor. "Es casi imposible impedir un Gobierno de la derecha. Mi gente es muy proclive a la ciclotimia. Nosotros hicimos un mitin de aúpa en Badajoz [para las elecciones autonómicas y municipales del 28-M], con 6.000 personas, y luego mira los resultados", señala un cargo extremeño con amargura, pero apuntando a un atributo del PSOE que no falla y jamás se diluye: su bipolaridad, su ciclotimia. Su facilidad para pasar de la alegría al llanto, del hundimiento a la euforia o, por lo menos, al optimismo. "Madrid es Madrid, está claro. Pero no creo que haya abstención de los votantes socialistas. Y podía haber sido un drama esto", indican desde la cúpula madrileña. "Esta semana se le está haciendo larga a Feijóo", valora un cargo castellanomanchego.

A los candidatos y a las direcciones regionales, y más aún al aparato federal, les está sorprendiendo la movilización que están detectando en los últimos días. Distintos dirigentes, ministros y cabezas de cartel consultados por este diario destacan las "buenas sensaciones" que están sintiendo, y subrayan la enorme afluencia a los mítines en pleno julio. Nadie se llama a engaño, saben que el reto de impedir que las derechas sumen y gobiernen es muy complicado, y la lección dolorosa (e inesperada) del 28-M está muy fresca.

Las derechas necesitan llegar a la mayoría absoluta o quedarse muy, muy cerca. La clave estarán en los últimos diputados en disputa. En Sumar también ven "posibilidades" de que PP y Vox no lleguen a los 176 escaños

Los números son más o menos claros: PP y Vox necesitan llegar a los 176 escaños, mayoría absoluta, o quedarse muy, muy cerca, ya que juntos ahuyentan a otros potenciales socios. Sus casi únicos aliados podrían ser, de hecho, Coalición Canaria —a quien el PP ha devuelto al Gobierno de las islas, desbancando a la primera fuerza, el PSOE—, Unión del Pueblo Navarro o Teruel Existe, aunque no está claro que consigan diputados y, en todo caso, podrán aportar, en conjunto, en torno a cinco diputados. Si PP y Vox se quedan con 170 asientos, asomaría el bloqueo, porque la izquierda dependería de Junts (7-8 actas prevén las encuestas), que no apoyaría a ninguno de los dos bloques, y el PSOE no se abstendría para facilitar la investidura de Feijóo. Si las derechas rondan los 165 escaños, Sánchez tendría opciones de retener la Moncloa. Todo dependerá de hacia qué lado caigan los últimos escaños en disputa en varias circunscripciones. De ahí que la lectura generalizada —y ponderada— dentro del PSOE es que, como poco, "hay partido". En Sumar, fuentes muy próximas a Díaz sostienen que sí hay "posibilidades" y que sus sondeos indican que la izquierda va en la buena dirección.

El papel de Zapatero

"Con el recuerdo del 28-M me da terror decir nada, pero ahora puedo decir que estamos mejor que en el inicio de campaña… Veo buenas sensaciones, ganas y movilización de la izquierda también, pero no se qué pasará", subraya una candidata de una provincia pequeña en la que el PSOE persigue el 2-1 a su favor.

Los llenos en los auditorios de esta semana están alimentando la esperanza en el partido. Sánchez se ha ido reponiendo y cogiendo fuerzas, y está actuando como un agente movilizador capital el expresidente Zapatero, que ya acumula 12 mítines —más que el candidato— y 22 entrevistas. "Yo es que llevo tres mítines con Zapatero. Uno más y me creo que sacamos mayoría absoluta", ironiza un barón territorial.

Sánchez congregó a 4.000 personas en Lugo, con cientos en el exterior del auditorio, y Zapatero reunió a 3.000 en Gijón

La imagen más sorprendente la ofreció el PSOE este jueves en Lugo, en el acto protagonizado por Sánchez: un rebosante Auditorio Gustavo Freire y cientos de personas en el exterior. 4.000 personas contó en total Ferraz. O sea, un 4,11% de la población total de Lugo capital. Algo insólito. Por comparar: un 4,11% de la ciudad de Madrid serían 134.000 personas, una cifra inimaginable en ningún mitin político hoy día de ningún partido. En la vecina Gijón, Zapatero y el presidente electo del Principado, Adrián Barbón, y la cabeza de cartel por Asturias, Adriana Lastra, congregaron a 3.000 personas. Las cifras presagian, para los socialistas, una alta participación el domingo, superior al 70-71% que auguran los sondeos y por encima del 66,23% de la repetición electoral de 2019.

"Vemos esa movilización en la calle, a gente que votó otras opciones progresistas, que se abstenía, que hacía tiempo que no nos votaba... y que nos votará esta vez. Siento que va a haber sorpresa. Estamos muy animados: Feijóo ha tenido error tras error, mentira tras errores. Es imposible acertar solo con la intuición pero percibo que hay remontada. La pregunta es hasta dónde", señala una dirigente gallega que sí observa la diferencia respecto al 28-M, cuando hasta en Vigo, plaza inexpugnable de los socialistas, observaron por anticipado una caída. "Hay una clara remontada. Esto nada tiene que ver con el 28-M. Empiezo a creer que la derecha no suma", añade un veteranísimo dirigente y buen conocedor de la maquinaria socialista.

El presidente se vino arriba en Lugo. Protagonizó el mitin de este agotador viaje del 23-J más crecido que nunca. "Vamos a ganar las elecciones porque el PP llega absolutamente desfondado y nosotros en la remontada", clamó, para subrayar que hay una "movilización de la España progresista" que llevará al PSOE "en volandas" hasta la victoria el domingo. Sánchez cargó duramente contra Feijóo por ausentarse del debate en RTVE, una "falta de respeto a los ciudadanos y la democracia". El dirigente del PP, "sin abrir la boca ayer, perdió estrepitosamente el debate", subrayó, para deshacer el mensaje de su rival de que ganó pese a estar fuera de plató. En fútbol o en baloncesto, recordó, si un equipo falta, puntúa 0-3 o 0-20 en beneficio del que sí está. En el paseíllo previo al discurso, el líder saludó a un pequeño perro de una mujer del público. Y es que la dirección y él mismo también han dado la vuelta a uno de los gritos usados por la oposición, Perro Sanxe.

En el equipo de Sánchez creen que Feijóo ha "descarrilado", que el PP está "sin aire" y que ellos pelean ya por ser la primera fuerza el 23-J. Sánchez sueña con repetir la gesta de las primarias de 2017

En el círculo del líder recalcan que el triunfo es posible y no una entelequia, que los trackings ya están reflejando la tendencia a la baja del PP, como la prohibida de GESOP. "Feijóo ha descarrilado. El debate nos ha ido fenomenal, él aparece como un mentiroso y encima se permite comentarios machistas", apunta un ministro. Y es que el líder del PP arremetió este jueves contra Díaz por los "datos maquillados de empleo". "Viendo a la vicepresidenta que lleva el empleo, de maquillaje sabe mucho. No hay ninguna duda. Mucho, más que nunca", espetó. Las derechas "no suman, no gobiernan", remacha otro integrante del Ejecutivo. Y añade que los últimos días de campaña están "hundiendo las expectativas de Feijóo: Marcial Dorado, mentiras, ausencia en el debate a cuatro, casos de censura y Vox desatado". "Las transferencias de voto entre PP y Vox han desaparecido, suman cero. El PP está sin aire, sin ideas, ni propuestas. No son capaces de oponer nada a la movilización de izquierdas y a la campaña que está haciendo Sánchez. Aquí no se descarta nada. Peleamos por ser primera fuerza", zanjan en Ferraz.

Sánchez se declara "emocionado" y convencido de que triunfará, de que ganará la España del "avance" frente a la del "retroceso". Fuentes muy próximas insisten en que no es un eslogan más, que percibe el subidón y una ilusión que él mismo no detectaba desde las primarias de 2017, en las que arrasó contra pronóstico a Susana Díaz, con todo en contra. Ahora cree posible repetir la gesta, venciendo a todas las encuestas, con la salvedad del CIS. El 23-J dirá si las expectativas del PSOE tenían sustento o estaban construidas sobre la mera ilusión.