La foto del nuevo Consejo de Ministros del pasado 22 de noviembre ya ha amarilleado. Ha envejecido en apenas dos semanas. Pero es lo que buscaba Pedro Sánchez. Había apostado fuerte para que su vicepresidenta primera, la mujer que fichó en junio de 2018 precedida de un gran cartel como burócrata de Bruselas y que se ha forjado un perfil político en estos cinco años, ascendiera. Y lo consiguió esta vez tras dos chascos anteriores. Nadia Calviño (A Coruña, 1968), vicepresidenta primera del Ejecutivo y ministra de Economía, Comercio y Empresa, será finalmente presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), el brazo financiero de la UE y una de las mayores instituciones financieras del mundo. Ella será la primera mujer en ocupar el cargo, en el que se han sucedido, desde su fundación en 1958, siete hombres y ninguno español. Pero su promoción deja un importante roto al jefe del Ejecutivo, que ahora debe decidir quién reemplaza a una figura tan medular de su Gabinete. El relevo no será inminente, porque aún queda un periodo de transición de tiempo todavía indefinido y la vicepresidenta quiere apurar su mandato, pero las especulaciones sobre quién la sustituirá han engordado. Antes, su salto al BEI era una opción más que factible. Ahora, ya es una realidad.

El BEI es una institución financiera "muy relevante a la hora de vehicular recursos económicos para las inversiones vinculadas con los fondos europeos", decía Sánchez

Esta semana, Sánchez reconocía que tenía pensado quién podría sustituir a Calviño en caso de ser elegida presidenta de la institución con sede en Luxemburgo. Pero se ha negado a dar nombres y a desvelar sus cartas. El jueves, en Espejo público (Antena 3), abría la posibilidad de que el reemplazo llegara desde el exterior, apuntaba la vía de que la vacante no fuera cubierta por un miembro del Gabinete actual.

El relevo, decía ante Susanna Griso, "no será inmediato porque habrá todavía unos meses hasta que, en efecto, ese traspaso se materialice". "No le voy a dar pistas, pero bueno, afortunadamente tenemos, tanto dentro como fuera del Gobierno, potentes economistas". El presidente recalcaba que el BEI es una institución financiera "muy relevante a la hora de vehicular recursos económicos para las inversiones vinculadas con los fondos europeos", llamada a ejercer un protagonismo creciente en los próximos años. Para él, su marcha sería una "enorme pérdida" tanto en el aspecto personal como político, porque ha sido una persona nuclear de su Ejecutivo, una colaboradora cercana, "una de los mejores ministros y ministras de Economía de España", pero su promoción, ahora consumada, sería una "buena noticia para España".

Estaba en juego el crédito del Gobierno en materia internacional fuera de nuestro país, que se pusiera en valor su mayor peso relativo, también la propia proyección de Sánchez. Porque el líder socialista estaba exponiendo a uno de sus alfiles más preciosos y respetados, a la máxima autoridad económica de su Ejecutivo con hilos poderosos en Bruselas, a la dirigente capaz de ejercer de contrapeso de Yolanda Díaz y de Sumar. A la ministra a la que concedió un mayor protagonismo en la campaña precisamente para denunciar la falta de de su némesis en el equipo de Alberto Núñez Feijóo. "O Nadia o nadie", replicó el PSOE como eslogan. Calviño es, en definitiva, un pilar fundamental del Gobierno que ha ido ganando músculo político y que ahora el líder tendrá que reemplazar. Quienes conocen a Sánchez insisten en que la persona que la relevará tendrá como credenciales "solvencia" técnica y "moderación" ideológica.

Montero se descartó

Las opciones son varias. Quizá el movimiento más obvio sería el ascenso de José Luis Escrivá (Albacete, 1960), economista sin carné del PSOE, como Calviño. Él perdió peso en el nuevo diseño ministerial, al ceder Inclusión, Migraciones y Seguridad Social a la navarra Elma Saiz. Escrivá pasó a tutelar una parte del macroministerio que dirigía Calviño la pasada legislatura, Transformación Digital. Ahora, podría ver completadas sus competencias al sumar Economía, Comercio —la atribución ahora ganada por la vicepresidenta primera y arrebatada al Ministerio de Industria— y Empresa. Con la duda de si también podría ganar galones en el escalafón, al asumir una vicepresidencia del Gobierno.

Escrivá perdió peso en la última remodelación, al ceder Inclusión y Seguridad Social a Elma Saiz y quedarse él con una parte del ministerio que dirigía Calviño: Transformación Digital

Sánchez, sin embargo, podría conferir más peso a su vicepresidenta cuarta y titular de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, también vicesecretaria general del PSOE desde julio de 2022. Sería la vía para otorgar más proyección política a Economía, y la posibilidad de retornar al viejo esquema de un superministerio de Economía y Hacienda.

Pero la propia Montero se descartó en una entrevista en El País hace dos semanas. "Mi aportación ha venido por el lado de Hacienda: Nadia Calviño tiene otras características. Creo que habría que incorporar a alguien al equipo", decía, apuntando a esa alternativa de un fichaje externo. La vicepresidenta cuarta, mujer de la máxima confianza del presidente, ya pintaba un retrato robot del sustituto de la ministra gallega: "Lo relevante es encontrar un perfil que tenga credenciales e interlocución con Bruselas, con garantías de sustituirla sin que se resienta nuestra credibilidad en las instituciones". Pero aunque Montero no se haga con Economía, sí podría pasar a ocupar la vicepresidencia primera, para quedar por delante de Yolanda Díaz en el escalafón del Gobierno y, especialmente, en el organigrama económico.

La vicepresidenta primera y ministra de Economía, Comercio y Empresa, Nadia Calviño (4d); el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (3d), y la ministra de Igualdad, Ana Redondo (1d), se hacen una foto tras el acto de homenaje a la Constitución, en el Congreso de los Diputados, el pasado 6 de diciembre de 2023. EUROPA PRESS / EDUARDO PARRA

La responsable de Hacienda no tiene experiencia en Bruselas, requisito que sí cumpliría Escrivá, que logró pactar con la Comisión (y con los sindicatos) la reforma de las pensiones que se aprobó la pasada legislatura, pero su nombre aparece algo más desvaído en las quinielas internas. El propio Sánchez lo definía en la SER como "un reformista, un progresista, un humanista al que le encanta la política y un gran ministro" que cuenta con todo su "cariño, respeto y confianza". Pero llegó hasta ahí. Sin colocarle como primero en la sucesión de Calviño. Compañeros de Gabinete suelen señalar que Escrivá es un hombre temperamental y a veces con escasa mano izquierda para negociar.

Entre los eternos candidatos, David Vegara, secretario de Estado con Solbes y hoy consejero del Sabadell

Si el presidente mirase hacia su equipo en la Moncloa, el aspirante con más números sería Manuel de la Rocha Vázquez, su sherpa económico desde junio de 2018, ahora director de la Oficina de Asuntos Económicos y G-20, y ascendido a secretario de Estado desde el pasado 28 de noviembre. Pero De la Rocha es un colaborador muy estrecho del presidente, el hombre que ha construido su perfil económico fuera de España. "Lo quiere a su lado", destaca un dirigente socialista con interlocución frecuente con el líder del Ejecutivo.

De ahí que gane enteros la opción de un fichaje externo. De un hombre o mujer con el prestigio de la todavía vicepresidenta primera y que no rompa con la línea dibujada por el Ejecutivo en materia económica en estos últimos cinco años. Entre los eternos candidatos, "el que mejor encajaría en el puzle, en todos los frentes", David Vegara, secretario de Estado de Economía con Pedro Solbes y consejero del Banco Sabadell desde 2015.

El contrapeso de Yolanda Díaz y de Sumar

Sánchez se limitó este viernes a celebrar la designación de Calviño para el BEI como una "magnífica noticia para Europa y un orgullo para España". La presidencia del brazo financiero de la Unión es, dijo en X, un "reconocimiento a su extraordinaria trayectoria, rigor y liderazgo de la política económica de nuestro país", "una elección que refuerza la presencia e influencia de España en los organismos internacionales". "¡Enhorabuena, Nadia! Te echaré mucho de menos", la despidió.

El presidente ya sabe el nombre, eso es obvio", indican en Ferraz, y ahora "el perfil político no es tan importante". En la cúpula recuerdan que Calviño lo forjó con el paso del tiempo, pero su gran aval fue desde el principio su solvencia

Quienes tienen contacto cotidiano con Sánchez remarcan que quien herede Economía debe ser "solvente", "moderado", "nada izquierdoso". Que se mueva, pues, en la ortodoxia en la que ha navegado Calviño estos años y que, por tanto, actúe de compensación, de contrapeso de la figura de Díaz. Ambas vicepresidentas, de hecho, han tenido numerosos desencuentros, y aunque era Calviño la responsable del área económica del Ejecutivo y la presidenta de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos (CDGAE) —la sala de máquinas donde se decide la política económica del Gabinete, y escenario de importantes pulsos en la última legislatura—, Sánchez no siempre desempataba a favor de ella, precisamente para cuidar los equilibrios entre su equipo y no desairar siempre a su socio minoritario.

El del titular de Economía es "quizá el cargo más particular del Gobierno", apuntan en Ferraz. Por sus características y su difícil reemplazo. "El presidente ya sabe el nombre, eso es obvio, y lo sabe desde hace tiempo —añaden—. Tiene que ser alguien que recibe un legado importante, y retos más importantes todavía. España está mucho mejor económicamente en este momento que las grandes economías de la Unión, y las perspectivas y previsiones dicen que seguiremos así. Sustituir a Nadia es complicado, pero como también decía el presidente hay grandes economistas dentro y fuera del Gobierno. El perfil político en este caso no es tan importante. De Calviño se empezó a valorar su perfil político en los últimos tiempos, pero antes precisamente era su solvencia técnica el gran aval". Calviño, cierto, era al principio la tecnócrata llegada de Bruselas —Sánchez la fichó en 2018 cuando ella era directora general de Presupuestos de la Comisión desde 2014—, pero fue vistiendo un ropaje más político de forma progresiva. Y ella se sintió cómoda en él.

Lo primero que tiene que despejarse ahora son los tiempos. Y no son claros. Según aseguró la propia vicepresidenta primera al término del Ecofin, en Bruselas, "es prematuro hacer ningún tipo de especulación". "Solo ahora que se ha tomado la decisión empezaremos a tomar contacto con el BEI y veremos el detalle de los procedimientos y ver qué opciones hay en este sentido", respondió a los periodistas.

El belga Van Peteghem, que ha conducido el proceso, señala que en las próximas tres o cuatro semanas debe culminarse formalmente el proceso de relevo

En la reunión de ministros de Finanzas de la UE de este viernes, los Veintisiete eligieron a Calviño para suceder al alemán Werner Hoyer al frente del BEI a partir del 1 de enero de 2024 —él accedió al cargo en 2012—, pero la decisión debe ser confirmada aún por el consejo de administración y la junta de gobernadores de la institución (que son los propios ministros) a través de un procedimiento formal que, según fuentes comunitarias citadas por EFE, podría sellarse en cuestión de días. El titular de Finanzas belga, Peter van Peteghem, el hombre que ha dirigido el proceso de selección para la cúpula del BEI por dirigir temporalmente la junta de gobernadores de la institución, señaló que el consejo de administración se reunirá el miércoles. "Tenemos que tener un nuevo presidente para el arranque del próximo año, y eso significa que en las próximas tres o cuatro semanas necesitamos culminar formalmente el proceso".

Para Calviño, su designación confirma "el aprecio, el respeto y el liderazgo" de España en el ámbito "europeo e internacional, resultado del intenso trabajo de estos últimos años". "Es una gran satisfacción y un orgullo poder recibir este aprecio y respeto por nuestro país. Se trata de un puesto muy importante, puesto que se trata del banco público de desarrollo más importante del mundo y con un papel clave para la economía europea, y que lo será todavía más en los próximos años, en los que jugará un papel muy importante para la reconstrucción de Ucrania [...], para financiar la transición verde, para reforzar el papel de Europa en el mundo y financiar todos aquellos proyectos e inversiones que puedan seguir impulsando un crecimiento fuerte y sostenible en la Unión Europea". La todavía vicepresidenta, que cobrará en torno a 370.000 euros anuales, pilotará por tanto una entidad que ganará músculo en los próximos años y que será capital para España.

La duda ahora también es si el ascenso de Calviño recorta las posibilidades de que Madrid se convierta en la sede de la futura agencia europea contra el blanqueo de capitales y financiación del terrorismo (AMLA). La vicepresidenta subrayó que "cada uno de los procesos de elección son independientes", para después enfatizar que el Gobierno se ha comprometido "desde el principio" con la candidatura de la ciudad española. No obstante, precisó, la decisión se conocerá ya cuando Bélgica ocupe la presidencia del Consejo de la UE, a partir del 1 de enero de 2024. Justo cuando debería arrancar su mandato al frente del BEI.