La herida no se ha curado todavía. Duele. Y seguirá sangrando tiempo. Pero al menos no se ha hecho más profunda. Tanto José Luis Ábalos como la dirección federal del PSOE entienden que "no conviene" entrar en una peligrosa espiral de reproches mutuos, que no es pertinente escalar el conflicto. Y así lo confirman fuentes del máximo rango de ambas partes a este diario: no se van a hacer "daño", no van a servir a la derecha, dicen, el espectáculo de "despellejarse en directo". El ambiente, pese a la desazón por la ruptura, absolutamente inédita en la historia de un partido centenario, es algo "mejor" que el que se respiraba el martes, cuando todo estalló, cuando el exministro y exsecretario de Organización decidió no entregar su acta de diputado, rebelándose contra la orden de Ferraz, y pasar al Grupo Mixto. Pero el caso Koldo no ha desaparecido y le queda mucho, muchísimo recorrido judicial.

Ábalos no se sentó este miércoles en su nuevo escaño en el Congreso. No asistió a sesión de control, tal y como había anticipado. Ahorró a su partido una imagen incómoda en el primer día de resaca emocional tras el traumático divorcio, y emprendió una completa gira por radios y televisiones (RAC1, Catalunya Ràdio, Onda Cero, TVE, Telecinco, Antena 3 y RNE) para explicar su versión de lo ocurrido y responder a las preguntas que no había aceptado la víspera, cuando compareció para anunciar la decisión "más importante" y "dura" de su vida política. Pero el exsecretario de Organización, aunque no ocultó su dolor por haber sido forzado a renunciar a su acta, no cargó duramente contra Sánchez y contra Ferraz. Es más, rebajó el tono respecto al día anterior. El presidente, por su parte, ni lo mentó en el hemiciclo, aunque presumió de haber asumido "responsabilidades políticas".

Ábalos reconoce que fueron "los compañeros de Navarra", entre ellos Cerdán, los que le recomendaron quedarse con García. Ferraz responde que no es secreto que el número tres puso en contacto a García con el exministro

Cree Ábalos que el líder del PSOE se dejó llevar por "la presión, el sensacionalismo, los titulares, el escándalo", y por eso exigió su dimisión, pese a que justo cuando estalló el caso Koldo no lo vio necesario. Ábalos se cuidó igualmente de implicar al actual secretario de Organización, Santos Cerdán, la víctima a la que insistentemente señala el PP. Reconoció que fueron "los compañeros de Navarra", entre ellos Cerdán, los que le recomendaron quedarse con García cuando él estaba en la dirección del partido y "necesitaba un conductor disponible las 24 horas". "Si te proponen una persona con todas las garantías indagas menos y Koldo venía bien acreditado", insistió el exministro. En Ferraz responden que Cerdán nunca ha negado que él fue quien puso en contacto a García con Ábalos, y que se le contrató como chófer del partido casi en paralelo a la concesión de la cruz blanca de la Guardia Civil por parte del Ministerio del Interior, dirigido entonces por Juan Ignacio Zoido. Esto último ocurrió en 2018.

El exsecretario de Organización, en su tournée mediática, fue incluso condescendiente con su antecesor. "Santos está igual" que él, ambos están "en la misma situación". Cerdán, dijo, está "decepcionado, sorprendido y molesto". Relató que en estos días no ha dejado de hablar con el número tres del PSOE y que tiene una "buena sintonía" con él, aunque fue "definitivo" el ultimátum público lanzado por Ferraz el lunes, cuando le dio 24 horas para entregar su acta. No ha hablado en estas últimas jornadas críticas con Sánchez y asumió que "debe estar siendo duro para él".

Y es que es cierto que Ábalos y Cerdán han mantenido una buena relación en estos años, a la vista de todos. Al igual que la interlocución entre el secretario de Organización y la anterior vicesecretaria general, Adriana Lastra, estaba completamente rota, y no se ha recompuesto, nunca ocurrió lo mismo con Ábalos y su sucesor al frente del aparato federal. En Ferraz reconocían este miércoles que no estaban siendo días fáciles para Cerdán. Ni mucho menos. Pero la decisión de la cúpula estaba tomada y había que llevarla a término, "aunque doliera". "En el lugar del otro él habría hecho lo mismo que Santos", apostillan.

Ábalos aduce que en las normas del partido no se indica que se pueda exigir la dimisión de un cargo cuando un dirigente no está ni siquiera acusado

El exministro sí confirmó que no comparte la baja cautelar de militancia del PSOE adoptada por el partido el martes —y firmada por Cerdán— y que de hecho la recurrirá. Defendió que no se le puede suspender de militancia y subrayó que no recibió el ultimátum por escrito, por burofax. "Las normas del partido establecen con claridad que solamente se puede exigir la dimisión de un cargo público en procedimiento penal, que este no sería el caso [...]. Y cuando está llamado a juicio oral, no ya imputado ni investigado ni siquiera. En mi caso ya no estoy ni acusado, es que no estoy en ninguna fase", agregó, acusando a su partido de haber sucumbido al "populismo justiciero" para demostrar que no es como el PP. Sí contó que se le ofreció una salida personal, pero no una que supusiera que su "honorabilidad" no está "en cuestión". "Es lo que había que reflexionar y decidir. No me encontré con eso, me encontré con una decisión firme y un órdago público con 24 horas".

Una formación "garantista"

En Ferraz responden que Ábalos tiene todo el derecho a defenderse internamente, porque el PSOE es una formación "garantista" y la propia resolución suscrita por Cerdán indica el itinerario: tiene cinco días para presentar los medios de prueba con los que quiera hacer valer su posición y puede interponer recurso ante la comisión federal de ética y garantías, el tribunal interno del PSOE. La puerta siguiente que se abriría para el exministro es la de acudir a la Justicia ordinaria.

El exsecretario de Organización subraya que no es una bomba de relojería, ni quiere ser "un problema de mayoría". Seguirá la disciplina de voto de su partido y rechaza que piense en una "revancha"

Pero en la cúpula no quieren polemizar con el ex número tres, e incluso reconocen que la notificación por escrito se mandó varias horas después de la rueda de prensa de la portavoz del partido, Esther Peña, en la que solemnizó el órdago. Se hizo, admiten, "en la noche del lunes", de ahí que formalmente el deadline fuera unas horas posterior a lo que en principio se pensaba: no en la mañana del martes, sino ya a la noche. Ábalos comunicó a Cerdán su decisión por la mañana, pero la dirección quiso que fuera el exsecretario de Organización quien la comunicara públicamente.

El PP emplazó al exministro a tirar de la manta y atizar a su partido. Pero el propio Ábalos afirmó que no se prestará a ese juego: no tiene manta de la que tirar, ni es una bomba de relojería "para nadie". "Lo único que me pide el cuerpo es defenderme, como así lo dije, y de salir al paso de tanta falta de rigor", aseguró. Tampoco buscará desestabilizar al PSOE en el Congreso. Adelantó que votará a favor de la amnistía y que no quiere ser "un problema de mayoría" en la Cámara baja para el Gobierno. "Yo seguiré las orientaciones de voto del Grupo Socialista", él mismo se impondrá la "disciplina de voto" del PSOE pese a formar parte del Mixto. No comprometerá votaciones para el Ejecutivo: "Estaríamos hablando de una revancha y aquí no hay nada de eso".

A la cúpula de Sánchez le dio voz la vicesecretaria general y también vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero. Y ella también fue conciliadora. Ratificó que la dirección no tiene "ninguna duda" de que Ábalos apoyará todas las iniciativas parlamentarias del Ejecutivo. "Una cuestión es que no se comparta la decisión de la ejecutiva federal y otra es que no se comparta el proyecto político, y no tengo duda de que el señor Ábalos lo comparte", señaló a los periodistas antes de la celebración institucional del Día de Andalucía. La ministra de Hacienda reconoció que la ruptura con el ex número tres le produce "dolor", pero insistió en que Ferraz ha actuado "de forma contundente y con coherencia" tras conocer que el exasesor de Ábalos "se estaba enriqueciendo" de manera presuntamente ilegal. Pero añadió que todos los contratos fueron legales y "por tanto no hay ningún tipo de reproche al trabajo de la Administración".

"A ninguno nos conviene amplificar el choque"

Las dos partes, Ábalos y Ferraz, aseguran no haber conversado tras la fortísima colisión del martes, pero dicen ser conscientes de lo que está en juego porque el bien mayor es la imagen del PSOE. "No hemos hablado, pero a ninguno nos conviene amplificar el choque, alimentar el fuego", indican fuentes del entorno del exministro. "Hay una clara voluntad de bajar la tensión. No queremos entrar en una espiral de reproches mutuos. No vamos a despellejarnos en directo", coinciden desde el aparato federal, en el que no rehúyen un término, el de "tregua".

Sabemos que es un hombre de partido, de la ortodoxia del PSOE. Lo que ha pasado no quita para que sepamos cómo es. Y nos parece perfecto que él vaya a cualquier medio a defenderse", señalan en Ferraz

"Sabemos que José Luis es un hombre de partido, de la ortodoxia del PSOE —apuntalan desde Ferraz—. Lo que ha pasado no quita para que sepamos cómo es. Y nos parece perfecto que él vaya a cualquier medio de comunicación a defenderse. Otros muchos no tienen esa oportunidad. Entendemos que no se quiera defender".

Tampoco en el partido y en el Gobierno, en el círculo de Sánchez, temen que Ábalos pueda desvelar información comprometedora. No hay "miedo ninguno". De hecho, la previsión es que la expectación vaya remitiendo, según se vaya comprobando que insiste en su argumentación y no carga contra la cúpula y contra Sánchez. "Quien espere que nos saquemos los ojos, que sepa que no va a ocurrir, no vamos a darle ese gusto a la derecha. Va en el ADN de todos. Él es un hombre de partido", zanjan en el cuartel general de los socialistas.

"No puedes defraudar a los tuyos"

El cisma emocional es evidente. A fin de cuentas, Ábalos es cuña de la misma madera del presidente: ambos representan el PSOE de la militancia, el que ganó las primarias frente a Susana Díaz en 2017. Por eso mismo, ninguna de las partes quiere cruzar más fronteras. Y aunque en Ferraz sospechan que tras la actitud inédita del exministro subyace su voluntad de mantener su estatus de aforado ante el Supremo, rehúsan entrar oficialmente a cuestionarle penalmente porque no hay ningún indicio que lo apunte.

De momento la cosa da respiro. Además, la sesión de control le fue fatal al PP. La sobreactuación es mala", resume un ministro

Ábalos, señalan, quiere preservar, por tanto, una protección judicial extra no solo frente al caso Koldo, sino frente a cualquier intento de presentarle una denuncia por cualquier razón en cualquier punto de España. Un deseo que puede ser legítimo, dicen, pero que no casa con la respuesta que debe dar el PSOE. "Somos un Gobierno que nace de una corrupción insoportable, la del PP. Y ahí no puedes defraudar a los tuyos", agregan en la dirección, donde admiten que quien más castiga electoralmente los casos de corrupción son los electores progresistas.

El clima interno, pues, no se ha enrarecido. "De momento la cosa da respiro. Además, la sesión de control le fue fatal al PP. La sobreactuación es mala", resumía un ministro. Y es que en la cúpula también creían que la ofensiva de los populares contra el Gobierno por el caso Koldo se había acabado volviendo contra ellos, porque Génova, repiten, no tiene autoridad para hablar de corrupción. Lo verbalizó el propio presidente en su respuesta a Alberto Núñez Feijóo en el hemiciclo: "Causa sonrojo que piense que puede sacar tajada política de la corrupción viniendo del partido que viene y llegando a liderarlo como llegó a liderarlo. Para ser creíble en su papel de Torquemada debería tener tanto usted como su partido otro currículum". El 28-F fue un día de desgarro y dolor, no de mayor tensión. Pero cómo evolucione la situación en los próximos días dependerá en buena medida, también, del avance de la investigación judicial.