La crisis diplomática entre Argelia y España, que ha provocado una sangría de más de 650 millones de euros en la facturación de las empresas españolas afincadas desde hace décadas en el país árabe, no se resolverá en 2023. Es el pronóstico que esbozan las autoridades argelinas, con las declaraciones del presidente argelino Abdelmadjid Tebboune como trasfondo, a pesar de los repetidos intentos del Gobierno de Pedro Sánchez de restablecer la comunicación y la infructuosa mediación de la Unión Europea.

En Argel se insiste en que, en ningún caso, fueron causantes de unas tensiones que han provocado una cascada de reacciones: la retirada del embajador argelino en Madrid; la congelación del tratado de buena vecindad; el fin del “precio amigo” en la compra de gas; y la parálisis de los lazos comerciales así como la prohibición de importar determinados productos españoles, como el ganado vacuno. “Argelia no está en el origen” de la crisis, reconoció Tebboune a última hora del viernes en la entrevista que regularmente celebra con medios de comunicación locales para abordar la situación del país. “Personalmente lamento profundamente el estado de las relaciones”, admitió tras calificar de “acto hostil” el movimiento del PSOE.

En la declaración más cristalina hasta la fecha, Tebboune circunscribió la génesis de todos los desencuentros al Ejecutivo de Sánchez. Las relaciones con el rey Felipe VI y el pueblo español, matizó, son “excelentes”. “Es lo más interesante de sus declaraciones, la fuerza con la que enfatiza la amistad con el pueblo español”, reconoce a El Independiente Yahia Zoubir, profesor de relaciones internacionales estadounidense con raíces argelinas y un reputado conocedor de la opaca realidad del poder argelino. “Es un problema de confianza en el Gobierno español, al que siguen considerando responsable de una traición”, agrega.

"No hay nada que hacer con Sánchez"

Desde Argel reconocen que Moncloa ha tratado de fijar un encuentro entre ambos mandatarios para abordar las desavenencias, surgidas del giro de España en el contencioso del Sáhara Occidental y el reconocimiento al plan marroquí de autonomía para la ex colonia española. Todas las solicitudes han sido rechazadas por el régimen argelino. “No hay nada que hacer ya con Sánchez. No se esperan cambios antes de las elecciones generales de finales de año”, desliza Zoubir, que ve posibles vías para la resolución del litigio tras los comicios.

La suspensión del Tratado de Amistad, y no la cancelación, abre la puerta para que el sucesor de Sánchez pueda revertir la situación

“Que el Tratado de Amistad y buena vecindad haya sido simplemente suspendido abre la puerta a que el sucesor de Sánchez pueda realizar un gesto y revertir la situación”, detalla el analista. Esta ecuación colocaría al PP de Alberto Núñez Feijóo en un posición incómoda, sometido a la más que probable reacción airada de Marruecos en sus múltiples formas, desde el descontrol migratorio al tráfico de estupefacientes.

A diferencia del PSOE, el PP no ha roto lazos con el Frente Polisario. Un representante del PP vasco estuvo presente en el congreso de la organización el pasado enero junto a políticos de Izquierda Unida y formaciones nacionalistas e independentistas, pero el de recular es un escenario que observan con cierto escepticismo desde el Frente Polisario. “Le pido a Feijóo que revierta este cambio de posición en el Sáhara y siga el ejemplo de Aznar que Rajoy no supo continuar”, reclamó en una entrevista a este diario Bucharaya Hamudi, primer ministro de la República Árabe Saharaui Democrática.

En la búsqueda de una solución a la crisis, Argelia se ha mostrado inflexible: ha exigido el relevo al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores español, recordando cómo fue sacrificada Arancha González Laya tras la acogida del líder del Polisario Brahim Ghali y las represalias de Marruecos. Una petición que Sánchez no está dispuesto a realizar en un año de citas electorales que verá una remodelación ministerial mínima, solo destinada a rellenar el vacío que dejan las ministras Carolina Darias y Reyes Maroto tras sendas candidaturas autonómica y municipal.

Precisamente la pasada semana, tras la votación en la Asamblea General de la ONU condenando la agresión rusa en Ucrania, José Manuel Albares se reunió con el secretario general António Guterres, al que trasladó vagamente que en la solución al conflicto del Sáhara, el último territorio por descolonizar de África, debe quedar clara “la centralidad de las Naciones Unidas” después de romper la neutralidad mantenida por España durante décadas. Albares no ha departido con su homólogo argelino desde abril. En su comparecencia este lunes en el Senado, Albares se comprometió a preservar el idilio con Marruecos. "Vamos a continuar este trabajo en un clima de tranquilidad y serenidad, conforme a la hoja de ruta que nos hemos fijado, para consolidarla y hacerla irreversible", manifestó.

Sin avances en la crisis

Fuentes del Ejecutivo español han reconocido en conversación con empresarios afectados por el bloqueo del comercio que no se midieron las consecuencias derivadas del cambio de posición en el Sáhara, explicitado por la publicación el pasado marzo de la carta de Sánchez a Mohamed VI. La misiva fue divulgada por la Casa Real marroquí. No se calculó la reacción de Tebboune, que -en palabras de Zoubir- ha convertido desde su llegada al poder en 2019 el Sáhara y la causa palestina en ejes de su política exterior.

A punto de cumplirse un año del giro, todas las señales que han efectuado Sánchez y sus ministros refuerzan la posición argelina. “Nada ha cambiado en la crisis”, aseveró el presidente del país árabe. La complicidad con Marruecos, escenificada en la Reunión de Alto Nivel de principios de este mes, y el compromiso recíproco de no ofenderse en temas de soberanía territorial han sido recibidos con malestar en Argel. “Ahora el diálogo es incluso más improbable porque España está lanzando el mensaje de que no necesita a Argelia. Ha quedado claro que el Gobierno ha tomado su decisión y los argelinos no tienen nada de qué hablar”, arguye el analista.

“Es un asunto puramente político, que ha conducido a la decisión no querida de afectar al negocio entre ambos países. Argelia cree que no se puede cooperar si no hay sintonía política”, apunta a este diario el economista argelino Ishak Kherchi. Ante la falta de avances diplomáticos y la negativa a proporcionar ayudas a los afectados, los empresarios españoles preparan contra el Estado español una reclamación patrimonial, tal y como avanzó este diario.

Las compañías no han recibido con sorpresa las palabras de Tebboune. "Sus declaraciones no pueden ser más reales y duras para las empresas españolas. Nos abren los ojos: la única puerta para resarcir nuestros perjuicios es la vía de la reclamación a nuestro Estado y ante la UE, ante la falta de apoyo al problema que han generado", desliza un empresario en conversación con este diario.

La primera ministra de Italia Giorgia Meloni con el presidente de Argelia Abdelmadjid Tebboune, el pasado enero en Argel

Política de no alineamiento

En la entrevista con periodistas locales, Tebboune también explicó cómo actúa la diplomacia argelina -“desde la discrección”, dijo- y volvió a defender su histórica posición de no alineamiento, “política e ideológicamente”. Ante quienes le reprochan sus contactos con Moscú y su visita prevista para mayo, el presidente anunció la reapertura de su embajada en Kiev, “cerrada por razones de seguridad” hace un año. “Tenemos relaciones normales con Ucrania y nuestros lazos con Rusia son conocidos por todos”. Tebboune se negó a contestar si llevará al Kremlin un plan de paz para la guerra en Ucrania.

No hemos declarado el estatus de país neutral como Suiza, pero casi lo somos

A propósito de Estados Unidos y las visitas recientes de altos cargos de la administración Biden, el presidente indicó que “EE.UU. sabe que Argelia es un país influyente en África, en el mundo árabe y en el Mediterráneo”. “Hemos dado garantías a nuestros amigos estadounidenses de que no somos sus adversarios. Estados Unidos debe estar seguro de que Argelia es un país amigo”, añadió. “No hemos declarado el estatus de país neutral como Suiza, pero casi lo somos”, detalló.

“Sus palabras van también dirigidas a la Unión Europea y al intento de Sánchez de presionar con el apoyo de Josep Borrell. Viene a decirles: 'Pueden hacer lo que quieran, pero nosotros no somos los que estamos equivocados y los que vulneramos la legislación internacional'”, sostiene Zoubir. Una advertencia que Tebboune completó con sus alabanzas a la lealtad de Italia.

Su primera ministra Giorgia Meloni visitó recientemente el país y las energéticas italianas han reforzado su presencia y negocios en Argelia en detrimento de España, que ha sido testigo de un rápido descenso de su gas procedente de Argelia. El 24 por ciento de Gas Natural Licuado procede del país árabe. Tebboune volvió a asegurar que no es intención de Argel de cerrar el grifo a los que ya están en el país. “Respetamos nuestros contratos”.