No es que la Navidad llegue pronto, es que hay prisa por venderla, como hay prisa por vender gobiernos de muñecos de nieve. Es, será, o fue ya el Black Friday, que es algo que dura mucho, es como un día polar en los grandes almacenes, un sol de medianoche suspendido sobre el hilo musical y esas ofertas de tecnología coruscante mezclada con zapatillas de orejitas. Dicen los puristas de zueco y turrón, los tradicionalistas de pandereta de caja de ahorro y Niño Jesús desconchado de besos, que es otra cosa que nos invade desde Estados Unidos, con su paganismo de papanoeles cocacoleros y mamanoeles Marilyn y el árbol del Rockefeller Center como un gorro de mago. A uno, en realidad, esto del Black Friday le parece una moda muy bien traída, ahora que España está en oferta y la venden en lotes como esos packs de colonias masculinas con desodorante y aftershave, siempre como amaderadas de barco, serrín y tabaco, y con un celofán crujiente en el que han encerrado no un olor sino la magia del ligue, del sí femenino o del guiño arrebatador de Antonio Banderas.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 El Independiente | El diario digital global en español
- 2 Feijóo exige al Gobierno la liberación de la delegación del PP retenida en Venezuela
- 3 Banco Santander cambia de estrategia en los depósitos: del no se van a remunerar a queremos competir en el mercado
- 4 El Gobierno no descarta que el juez Peinado solicite al Supremo la imputación de Sánchez
- 5 La figura peligrosa y amoral de Zapatero vuelve a Venezuela
- 6 Nadal, la gran sorpresa en París con la antorcha olímpica
- 7 La inauguración de los Juegos Olímpicos, en imágenes
- 8 Cuándo juegan Nadal y Alcaraz Juegos Olímpicos de París 2024
- 9 Puigdemont despliega todas sus armas para frenar el pacto de investidura PSC-ERC