Política

Madrid teme una segunda oleada de contagios por la “imprudencia” del Gobierno

Critican en el Gobierno regional la "improvisación" en el fin de la hibernación económica por no contar con "evidencias científicas" que avalen el criterio de Sánchez | Censuran que la medida se ha tomado "a espaldas" de las CCAA

Reparto de mascarillas en la estación de Nuevos Ministerios (Madrid) EFE

Los efectos iniciales de una larga campaña de confinamiento y distanciamento social puede desvanecerse rápidamente si se relajan las restricciones en exceso. Esta es la conclusión que se desprende del ejemplo de la isla de Hokkaido (Japón), donde este domingo el gobernador decretó de nuevo el estado de emergencia para atajar una segunda ola de contagios -el primero se levantó el pasado 28 de febrero-, después de permitir medidas laxas desde el 19 de marzo. También Singapur, una de las ciudades que mejor había logrado contener el virus, ha registrado un repunte de casos que ha obligado a imponer restricciones severas, incluido el cierre de los negocios no esenciales.

Y al horizonte asiático mira con temor la Comunidad de Madrid, donde critican abiertamente la "imprudencia" de una medida "improvisada", la de la reapertura de la actividad económica que comenzó a aplicarse este lunes, y avisan de un miedo existente no solo en la Consejería de Sanidad, sino entre "multitud" de profesionales sanitarios de los hospitales madrileños, escépticos sobre la idoneidad de esta medida. "Tienen serias dudas sobre los efectos que pueda tener" el fin de la hibernación económica en la región "ahora que el nivel de presión ha comenzado a descender", aseguran fuentes del Gobierno regional, que advierten sobre el temor de que una segunda ola azote a la región de forma prematura -habida cuenta de la posibilidad de que se produzca un rebrote de Covid-19 en otoño- por la luz verde que ha dado el Gobierno a la reactivación laboral en pro de la economía, pero "sin pensar en las consecuencias sanitarias".

"Se están tomando medidas de desescalado a ciegas", censuraba el propio consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, en varias entrevistas mantenidas este lunes. "Ojalá esté equivocado, pero sería imperdonable un repunte dentro de 15 días por haber cometido una irresponsabilidad ahora".

Referenciaba Escudero los 10 días de "descenso uniforme" de contagios y de ingresados en UCI en la Comunidad de Madrid, los "grandes esfuerzos" que se han hecho para lograrlo y la falta de "prudencia" del Ejecutivo en la toma de "la decisión de mayor calado de todo el confinamiento". "No hubiese puesto fin ahora a la hibernación. No es una buena decisión (...) y nos podemos arrepentir", zanjaba en sendas intervenciones en La Sexta y Onda Madrid.

Madrid contabilizó en la jornada del lunes el menor número de contagios en un mes, con un porcentaje de nuevos casos de apenas un 1,2% respecto al día anterior. Hace justo una semana esa cifra era del 3%, si bien se registró un repunte tanto el martes como el miércoles pasado, hasta el 4,5% y el 4,8%, respectivamente. Con todo, el montante de fallecidos -según las estadísticas oficiales- asciende a 6.423, mientras que los casos positivos suben hasta los 47.146, seguida por Cataluña, que suma 34.726.

La vuelta a la actividad en la industria, la construcción y aquellos sectores no esenciales que no admitan el teletrabajo no conlleva haber entrado en una fase de desescalado de la crisis sanitaria, según reiteró el propio Pedro Sánchez el domingo tras la reunión con los presidentes autonómicos, si bien se plantea como objetivo prioritario controlar la desaceleración económica.

Se trata de una iniciativa que ha contado con detractores no solo en la oposición, sino dentro de los socios de Gobierno, que consideran la reapertura económica una "irresponsabilidad"; o voces de Unidas Podemos, incluida -aunque implícitamente- la del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias.

"A espaldas" de las CCAA

Más allá del fondo de la norma, critican en la Comunidad de Madrid la forma de la misma y censuran la "imprudencia" del Gobierno porque una medida "de este calado" -por la que este lunes se han movilizado 300.000 madrileños en transporte público- se haya tomado "a espaldas de las comunidades autónomas". "No hemos sido partícipes de la decisión en ningún momento", afirmaba Escudero, quien niega que la iniciativa haya sido "consensuada ni coordinada".

Pero hay más quejas. Critican fuentes cercanas a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, la falta de "evidencias científicas" que avalen el criterio del Ejecutivo. "No tenemos test rápidos, aún no podemos saber cómo se está comportando el virus dentro de la población", al tiempo que reprochan que la medida "no está avalada por los expertos sanitarios ni hay estudios epidemiológicos que sostengan estas conclusiones". Evidencian de nuevo la "improvisación" de la Delegación del Gobierno de la Comunidad de Madrid y del propio Ministerio de Sanidad para implantar la reactivación económica sin madurar la medida lo suficiente con las implicaciones que conlleva en concreto para la capital, y alegan que "el domingo por la noche ni si quiera sabíamos cómo iba a organizarse el dispositivo de reparto de mascarillas".

En este sentido, desde la consejería de Transportes que capitanea Ángel Garrido afirman que el domingo por la tarde "nos dijeron que se aplicaría el reparto a toda la red de Metro", pero no sería hasta las 22:00 horas de la noche cuando recibieron la confirmación oficial de parte de la Delegación del Gobierno con la organización del dispositivo, reduciendo su aplicación a un total de 51 de las 240 estaciones de Metro.

"No se ha hecho con el tiempo necesario para hacer las gestiones que requieren un reparto de esta envergadura" y el Gobierno "ha empezado la casa por el tejado" aplicando la medida antes de asegurar el abastecimiento de mascarillas "para todos los madrileños". Aseguran además que el pasado sábado, Garrido envió una carta al ministro de Transportes, José Luis Ábalos, para "exigir información" sobre la decisión, pero no hubo respuesta.

El consejero de Sanidad madrileño hizo llegar todas estas quejas al propio Salvador Illa en la tarde del lunes, en el marco de la reunión semanal del Consejo Interterritorial de Salud. Fuentes cercanas a Escudero afirman que, en respuesta a las críticas, el ministro dio a entender que la reapertura de la actividad no esencial "no deberían tener repercusión sobre la pandemia" y que, en todo caso, se observará "la evolución" de las cifras y se rectificará si crecen los contagios.

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