El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado una nueva vuelta de tuerca a su oferta de diálogo al exportar a las Comunidades autónomas y ayuntamientos su modelo de pactos de reconstrucción, según anunció durante su comparecencia de este miércoles en el Congreso. La Cámara Baja debatía la tercera convalidación del estado de alarma cuando el jefe del Ejecutivo apeló a que la “necesidad” de reconstruir el país “es un apremio que no se manifiesta solo a nivel nacional, no interpela por tanto solo a esta Cámara”.

Por eso, agregó el presidente, “manifiesto mi parecer favorable a la consecución de pactos de reconstrucción en los diferentes escalones de nuestra geografía. Acuerdos que incorporen ese espíritu de unidad y de trabajo en común en cada comunidad autónoma, en cada ayuntamiento, gobierne quien gobierne”. La propuesta no recibió respuesta del principal aludido, Pablo Casado, al que Sánchez llegó a interpelar al respecto hasta en tres ocasiones.

Es evidente que al inquilino de la Moncloa le interesaba mucho llevar al líder de la oposición a ese terreno, todo un órdago que le abre a Casado varios frentes en aquellas Comunidades donde gobiernan. La primera prueba de fuego la tiene la madrileña Isabel Díaz Ayuso sobre la mesa. Ayer mismo, el portavoz socialista en la Asamblea, Ángel Gabilondo, y el secretario general regional del PSM, José Manuel Franco, presentaron una propuesta de negociación de presupuestos “anti-crisis”. El PSOE, dijo Franco, “está dispuesto a llegar a un gran acuerdo, para que una vez superada la crisis sanitaria, entre todos seamos capaces de que los grandes perdedores de la crisis económica no sean los mismos de siempre y las cargas sean repartidas”.

La propuesta de Gabilondo de pactar los presupuestos con Díaz Ayuso es el primer peldaño de la nueva estrategia

Es cierto que Gabilondo ya había anunciado hace unas semanas su deseo de intentar consensuar unos presupuestos de emergencia en Madrid, epicentro del contagio del coronavirus, pero que lo anunciaran el mismo día en que Sánchez lanzaba su nuevo ofrecimiento no era mera casualidad, admiten fuentes socialistas, sino que venía a afianzar el discurso presidencial. De hecho, lo más probable es que el resto de las federaciones del PSOE imiten la iniciativa de Gabilondo en el resto de España.

Pero además, la propuesta de Sánchez tendrá su réplica en Andalucía. El popular Juan Manuel Moreno ofrecerá hoy en el Parlamento regional una "alianza" al resto de los partidos para abordar una salida a la crisis en un territorio donde el contagio ha estado muy controlado, según ha señalado en entrevista a la SER. Cree además Moreno que la comisión parlamentaria del Congreso debe centrarse en la reconstrucción y no en la fiscalización de la gestión gubernamental del Covid-19.

Y para que no quedara lugar a dudas sobre una oferta que quedó tapada en la vorágine del debate parlamentario de ayer, por la tarde, el ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, compareció en Moncloa para abundar, entre otras cosas, en esta nueva estrategia gubernamental, que obliga a los barones populares a posicionarse respecto de acuerdos puntuales en cada uno de sus territorios.

Ábalos dio por válido el formato de comisión parlamentaria, que no es el que diseñó el gabinete del presidente del Gobierno. “Lo importante, lo único que importa es la predisposición y el nivel de compromiso con el que todos encaran el debate de la reconstrucción. El único apriorismo será presentar una propuesta en que quede claro que nadie se va a quedar atrás y que pinchar el pacto es pinchar la esperanza”.

Y a continuación explicó que en un estado descentralizado como es España y con una pandemia que ha dejado su huella de forma diferente según las regiones "lo lógico es que las Comunidades y ayuntamientos tengan un papel en la reconstrucción", de igual modo que la desescalada se adaptará a las circunstancias de cada territorio.

Y ante el silencio de Casado, defendió que el líder popular "debería ser el primer interesado en que los suyos participen activamente. Gabilondo ya ha dado el primer paso. Esperamos que esa buena fe sea respondida para buscar el mayor acuerdo en política y medidas para afrontar la fase de reconstrucción que este país necesita", argumentó.

Son diferentes razones las que "nos llevan a descentralizar estos pactos", argumentó el número dos socialista . Por un lado, la singularidad territorial y competencial de las comunidades y ayuntamientos, además de la proximidad de estas administraciones a los administrados. Pero también porque los presidentes del PP "merecen el concurso y la concurrencia del resto de las fuerzas políticas. Dijo Sánchez -prosiguió Ábalos- que daría lo mismo que pediría. Por tanto, si pedimos sumar esfuerzos tenemos que ofrecer lo mismo y eso incluye a toda España".

Los pactos territoriales permiten acuerdos "ad hoc" con los nacionalistas e independentistas

Lo cierto es que Sánchez ya había incluido a los entes autonómicos y locales en sus planes del pacto por la reconstrucción, pero en buena medida en calidad de actores secundarios, hasta este martes, en que les invitó a encabezar sus propios pactos. La invitación también tiene un significado especial para comunidades como la vasca y la catalana, en la medida en que pueden diseñarse acuerdos "ad hoc" con los nacionalistas e independentistas.

Sánchez dio las gracias “a todos los partidos que han dicho sí a esta Mesa por la Reconstrucción Social y Económica, a los gobiernos autonómicos que han dicho también sí a un anhelo de reconstrucción social y económica, y, sin duda alguna, también municipios y agentes sociales que han aceptado el reto de ponernos a buscar lo que nos une y aparcar las diferencias que lógicamente nos separan”.

Ahora la pelota está en el tejado de Génova

Se trata, agregó, “de hacer efectivo el interés de toda la ciudadanía española por encima de cualquier estrategia partidista que busque el beneficio particular a expensas del resto”. Es, sin duda, una medida que le permite recuperar cierta iniciativa política después de ver como su pacto nacional quedaba reducido a una mera comisión parlamentaria que, además, no controlaría. Ahora la pelota la tienen los presidentes autonómicos del PP, que deberán dirimir si llegan a acuerdos territoriales o, en cambio, siguen la estrategia nacional que marque Génova.