La actriz Greta Fernández protagoniza El frío que quema, de Santi Trullesque, rodada durante la pandemia y ha reconocido que en su carrera aspira a "papeles más grandes". "Me gustaría trabajos más grandes porque hasta ahora he hecho papeles chiquititos. Yo he rodado 13 días, que es poco trabajo al año, ha confesado al ser preguntada por sus aspiraciones profesionales.

"El sector está muy idealizado. Se cree que todos somos millonarios y que se cobran unas barbaridades, aunque es cierto que algunos sí, pero no se cobran grandes cantidades por siete días de trabajo. No te da para vivir todo el año. Está muy mitificado", ha dicho en una entrevista con varios medios al ser cuestionada por el Estatuto del Artista.

No es para nada como se cree la derecha. No sé qué tonterías dicen

En este sentido, ha criticado que los partidos políticos de derecha afirman que "los actores viven del Estado". "No es para nada como se cree la derecha. No sé qué tonterías dicen", ha afirmado. La actriz también ha indicado que en el cine español falta "diversidad" y ha lamentado que, a pesar de ser una industria "maravillosa", no sea "tan grande".

"Somos muchas personas las que nos dedicamos a esto y al final o tienes suerte y vas pillando alguna serie pero si te dedicas al cine, hay pocas películas al año", ha destacado.

Al respecto, ha apuntado que su siguiente sueño será un personaje "grande" internacional. "Es una vía que me interesa mucho y que me ha costado su tiempo. Llevo muchos castings y eso es lo más importante", ha subrayado.

Sin embargo, Greta Fernández está centrada en el estreno de la ópera prima de Santi Trullenque, donde protagoniza la historia de Sara, una "heroína" andorrana que aloja en su casa a una familia de judíos que escapan de la Alemania nazi

"Decidí apostar por este proyecto porque era un reto y eso me gusta. La verdad es que, además, es un personaje muy goloso que tiene un arco muy bonito", ha celebrado.

Un rodaje marcado por la pandemia

El inicio del proyecto contaba con la actriz Aída Folch en el papel de Sara, pero la pandemia retrasó siete meses su rodaje, y cuando este se inició, Folch no podía participar, por lo que apareció Fernández. "Fue un regalo porque es un personaje superviviente y eso me gusta porque es diferente a mi", ha comentado.

El rodaje en Andorra fue muy "duro", como ha recordado, porque pasó mucho frío y tuvo que adaptarse al acento andorrano. "Al principio, pregunté si se podía prescindir. Creo que no salió tan mal", ha dicho entre risas".

En su carrera, la actriz está contenta porque ha tenido papeles de "heroína" y espera que este tipo de personajes femeninos se den "mucho más". "Me siento muy afortunada por hacer mujeres muy fuertes y que son ellas las que cuentan la historia. Es algo maravilloso", ha concluido.