El PP ha sellado casi por completo el transvase de votos a Vox, según recoge el último barómetro publicado en octubre por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). En el que, entre otros aspectos sociales, se proporcionan datos de estimación electoral. Aunque en porcentaje y no con atribución de escaños como sí proporcionan otras entidades demoscópicas. Es un dato notable a tener en cuenta, en comparación con septiembre, pero también con los meses previos a las últimas elecciones generales. En el caso más reciente, el líder popular consigue atraer a su candidatura 567.000 votos que en julio fueron a parar a la candidatura ultraconservadora. Es un 18,7% del voto a Abascal de un total de 3.033.744.

El barómetro de septiembre, elaborado antes de la semana en la que se abordó el debate y las votaciones de la sesión de investidura del gallego, apuntaba a ese cambio de tendencia. Entonces, el porcentaje de fugas era menor en 6,7 puntos: un 12% de transferencia positiva para el PP desde el partido de Bambú, lo que supone 364.049 votos. A la inversa, las fugas del PP a Vox son mínimas. En octubre se estima en 121.377, con solo un 1,5%. El mes pasado fue del 2,1%, un total de 169.929 papeletas. Es un descenso favorable de 48.500 votos.

De acuerdo a los barómetros elaborados y publicados a lo largo del año, cuando el PP acarreó la dureza de Vox en la calle y por su propuesta de moción de censura tras la supresión del delito de sedición y la rebaja de la malversación, la incidencia de pérdidas de Génova a Bambú era de un 13,8%, un 18,1% y un 16,9% entre enero y marzo. Esos datos suponían una fuga de entre 696.492 de mínimo y 913.514 de máximo de los 5,04 millones de sufragios recibidos por Pablo Casado el 10-N hace casi 4 años. Por el contrario, el PP no compensaba esas fugas a su derecha. Sí con las de Ciudadanos. Se movió en el 5,2%, el 5,1% y en un 5,9% de salidas a Vox en ese mismo periodo. De los 3.656.979 logrados por Abascal en esa misma contienda electoral, Feijóo recogía 186.506 y 215.762.

El máximo anual alcanzado por el PP era hasta la fecha de 215.762 votos arrebatados a Vox. Ahora casi se triplican"

En los meses posteriores esa tendencia se mantuvo. Vox arrebataba el 15,6% de voto al PP, que solo incidía en las filas de Vox un 5,9%. El punto de inflexión fue en mayo, antes de las elecciones municipales y autonómicas. La incidencia de los de Abascal creció un 16,4% para pasar entre junio y julio, como proyección previa a las generales, a un 20,1%. Lo que equivalía a algo más de un millón de votos. Una quinta parte de lo cosechado por Casado, aunque se compensaba, igualmente, por los más de millón y medio de votos de Ciudadanos en el aire.

El PP bajaba la barrera del 5%, y solo atajaba votantes de Vox en un 3,8% y un 4,4% respectivamente. 160.900 estimaba el organismo de José Félix Tezanos que quitaría Feijóo a Vox en julio. Luego, las urnas perjudicaron a Bambú con 19 escaños menos y casi tres puntos menos de apoyo. Se adjudicó a la campaña por el voto útil de Feijóo para expulsar a Sánchez de Moncloa. Algo que Vox denunció por haber impedido lograr escaños en provincias clave como Albacete, lo que a juicio del partido habría permitido sumar los cuatro escaños faltantes para la investidura del gallego. El desplome de atribución, en todo caso, es significativo, desde esos veinte puntos al punto y medio actual. La confianza, en todo caso en el CIS, es muy leve en Génova, que tras la última publicación ha vuelto a rehacer la cocina de Tezanos. Apunta a que Feijóo tiene cuatro puntos más y Sánchez menos

Vox, por su parte, resta credibilidad a los sondeos en cada ocasión que puede. Los considera instrumentos para condicionar el voto más que para reflejar la intención de voto. Han reprochado la homogeneidad de atribuciones al PP, de más de 150-160 escaños, que a su juicio hicieron a Feijóo y a los suyos querer desligarse de "la alternativa".

Bambú siempre cuestiona los sondeos, que califica como instrumentos para orientar el voto. El PP se muestra cauto tras el golpe de julio, cuando se le estimaba superar los 150 escaños

Hay un dato llamativo, no obstante, que puede inclinar aún más o recortar la balanza. Aunque las cifras cotidianamente son similares, de septiembre a octubre el PP ha subido del 6,9% al 7,7% el número de votantes que ahora se muestran indecisos. Le supera solo el PSOE, con un 8,5%, tras incrementarse los dudosos desde los 6,4 puntos. Vox mantiene un 6,3 de personas que no saben si respaldarían las mismas siglas. De haber un trasvase directo entre ambas fuerzas. Eso supondría una cesión, del PP a Vox, de 623.000 personas. A la inversa, 191.000. Perdería más el PP, en todo caso.

La semana pasada, 40dB, que también centra sus estudios, en parte, en la transferencia de voto, señalaba en la edición de octubre que el PP solo cedería el 3% de voto a Vox. El doble de lo estipulado por el CIS: 242.745 votos. Ahora bien, ambos estudios presentan sendas diferencias en lo que Vox cedería a Feijóo: frente a los 567.000 descritos por el organismo público, la demoscópica asociada al Grupo Prisa reduce esa brecha a los 236.632 votos, un 7,8%. Son datos muy similares a septiembre, por lo que, a diferencia del CIS, no se alumbran cambios significativos tras la investidura fallida. En todo caso, la atribución de escaños generalizada por ésta encuesta y las nuevas publicadas en las últimas semanas, mantienen a Feijóo entre los 134 y 147 escaños y a Vox de 21 a 34.

PSOE: bajada de confianza, más indecisos y fugas a Sumar

El otro dato llamativo que deja el CIS es sobre el PSOE y su bajada de confianza en apenas solo un mes de casi diez puntos entre sus votantes. Hay que recordar que antes de las elecciones a Sánchez le costaba recuperar el voto de más allá de 63% de los suyos. Pero en septiembre, tras la resistencia electoral y el incremento de un escaño, para situarse con 121 en el Congreso de los Diputados, levantó la moral. La posibilidad de un gobierno entre PP y Vox, como se estaba formalizando a nivel autonómico desde la Comunidad Valenciana a Extremadura, ayudaron a movilizar el voto.

El CIS de septiembre otorgó a Sánchez la cifra más alta en lo que llevamos de año: un respaldo entre los suyos del 87,7%. Ahora, ha decrecido a un 78,8%. Por otro lado, suma más indecisos que entonces. Se incrementan de un 6,4% a un 8,5%, como se ha mencionado anteriormente. En números, la retención de voto es de 6.115.644 de los 7.760.970 obtenidos. Los dudosos suponen casi 660.000 electores. De ellos, la duda está en si irían a Sumar, al PP o a la abstención. De momento, hay poco voto en todos los partidos que se arrepienta de la apuesta hecha en julio.

Respecto a Sumar, la brecha es mínima, pero el PSOE pasa de perder hacia la candidatura de Yolanda Díaz de 1,1 puntos a 3,4. Son algo menos de 264.000 papeletas. Con todo, la plataforma magenta pierde posiciones respecto a lo socialistas. Incrementan sus fugas del 8,6% al 10,8%. 325.513 apoyos, perdería el grupo plurinacional.