El empate técnico que el CIS de este 18 de septiembre da a PSOE y PP, con una ligera ventaja de los socialistas, cambia mucho con la "cocina" que aplican los populares al bruto del sondeo. El 32,6 por ciento de estimación del voto que el controvertido José Félix Tezanos otorga a su jefe de filas, Pedro Sánchez, se convierte en un 29,8, esto es, casi tres puntos menos. Sensu contrario, el 32,2 de los populares del barómetro oficial escala hasta el 36,1 con la estimación del PP, casi cuatro puntos más, ahondando la distancia entre ambos en algo más de seis puntos, datos a los que ha tenido acceso El Independiente.

Es habitual que el PP haga su propia estimación de voto con las tripas del CIS desdeñando la otra "cocina", la de Tezanos, al que el resto de sociólogos y demóscopos, de toda tendencia y condición, acusan de sobrerepresentar sistemáticamente al partido en el que milita y del que fue un destacado dirigente.

Sí coincide la estimación de Génova con el sorpasso de Sumar a Vox, aunque reduce un poco la distancia entre ellos. Si con el CIS, Yolanda Díaz conseguiría el 12,7 por ciento de las papeletas, el PP le "roba" 9 décimas para dejarla en un 11,8. Pero, en todo caso sigue por delante de Vox, a quien los populares le dan más que Tezanos (10,4 frente a 10,1) pero sin recuperar la tercera plaza entre las preferencias de los ciudadanos.

Génova confirma el sorpasso de Sumar a Vox, colocándose como tercer fuerza política

En cambio, no han trascendido las correcciones, si las hay, que el equipo demoscópico del PP hace sobre los resultados de ERC y de Junts, determinantes en el actual escenario político para dar o quitar a Sánchez la posibilidad de revalidar la presidencia del Gobierno. A diferencia de hace un mes, cuando Puigdemont se puso por delante de la formación de Oriol Junqueras, el CIS coloca esta vez los republicanos independentistas antes que los ex convergentes, consiguiendo un 1,9% frente al 1,3%. El PNV, sin embargo, sigue quedando por debajo de Bildu.

Una vez más el barómetro del instituto público da por sentado que el debate en torno a una nueva ley de amnistía, para dar satisfacción al prófugo de la Justicia residente en Waterloo, no pasa factura a Pedro Sánchez. De hecho, esa ha sido la principal lectura que los socialistas extrajeron de los resultados del 23-J. Porque si bien perdieron las elecciones, la imposibilidad del PP para articular una mayoría parlamentaria con la que sacar adelante la investidura de Alberto Núñez Feijóo, les ha convencido de su legitimidad para hacer las cesiones que consideren oportunas al objeto de revalidar el actual gobierno.