"La ley de amnistía saldrá de su tramitación parlamentaria como ha entrado, no va a tener ninguna enmienda sustancial. Y si hay alguna mejora técnica, la valoraremos". Es la posición del PSOE, del núcleo duro del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Y es taxativa.

La proposición de ley que supondrá el perdón total al procés fue registrada por el PSOE en el Congreso el pasado 13 de noviembre, fue calificada por la Mesa la semana siguiente y la Junta de Portavoces de este último martes fijó para el próximo 12 de diciembre el debate para la toma en consideración de la iniciativa. Ahí arrancará de verdad su tramitación parlamentaria, que podría concluir en la Cámara baja, según calculan los socialistas, a finales de febrero o primeros de marzo, y que a partir de ahí continuaría su camino en el Senado, que apurará, tras la reforma introducida por el PP, los dos meses que la Constitución le concede como máximo para aprobar el texto.

Desde el PSOE recuerdan que el texto que ellos registraron cuenta con un "consenso de 178 escaños", construido sobre un difícil equilibrio

Será una sendero largo, pero en la cúpula socialista advierten de que la redacción está prácticamente blindada. Ya se acordó con ERC y con Junts, y costó semanas de tira y afloja, y por tanto no se moverá. Ambos partidos podrían registrar enmiendas a la proposición de ley, pero en el PSOE ya dejan claro que solo aceptarán modificaciones que supongan "mejoras técnicas menores", nada más. "Dará igual lo que puedan presentar los grupos —señalaban estas fuentes de máximo nivel durante la recepción en el Congreso por los 45 años de la Constitución—. Este texto, aunque fue registrado solo por nosotros, tiene un consenso de 178 escaños", los que alcanzan PSOE (121), Sumar (ahora, 26), ERC (7), Junts (7), Bildu (6), PNV (5), BNG (1) y también Podemos (5), ya en el Mixto. Es decir, el apoyo de todos los socios de investidura salvo Coalición Canaria (1).

La redacción, que fue revisada y pilotada por el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, está limada y ajustada palabra por palabra, por lo que los socialistas entienden que ya no hay nada más que introducir. También porque tienen que asegurarse de que pasa el cedazo del Tribunal Constitucional, al que el PP recurrirá en cuanto la norma sea aprobada por las Cortes.

En concreto, en la exposición de motivos, la parte más política del texto y la que justifica la necesidad de la amnistía, "no se va a tocar ni una coma y la van a votar ERC y Junts", advierten desde el equipo directo del presidente. Y esa es la clave para los socialistas: no importa que ellos registraran la proposición en solitario, sino que los dos partidos independentistas, directos beneficiarios de la ley, la asumen de principio a fin y, en concreto, votan a favor de una exposición de motivos en la que se reafirma la vigencia de la Constitución y el encaje "pleno" de la medida de gracia en ella.

"Contribuir entre todos a la convivencia"

Respecto al articulado, en la cúpula del Gobierno y del partido no aprecian ningún precepto que requiera de modificación. Pero si se registraran "mejoras técnicas" y de carácter "menor", entonces se valorarían. "Nada sustancial. Si es un cambio sustancial no saldrá adelante", aseguran con rotundidad. ERC valoró, cuando recibió de vuelta la redacción amarrada por PSOE y Junts, que se reservaba su derecho a presentar alguna enmienda para asegurarse que "nadie se queda fuera" del amparo de la amnistía. Ahora, se plantea varias alternativas, desde no registrar modificaciones, hasta que sean mejoras técnicas o bien cambios "sustanciales", según indicaban a este diario desde la cúpula republicana en Barcelona.

El tiempo, cree el jefe del Ejecutivo, demostrará la "virtud" de la medida de gracia, porque supondrá la superación de las derivadas judiciales del 'procés' y el retorno a la política

Sánchez se refirió a la ley durante su conversación informal con los periodistas este miércoles en el Congreso, con motivo del Día de la Constitución. Definió la amnistía como una "política de Estado". "Cuando hablamos de altura de Estado, se trata de contribuir entre todos a la convivencia", defendió. Para el presidente, el tiempo demostrará la "virtud" de la medida de gracia, porque supondrá la superación de las derivadas judiciales del procés y la vuelta a la política, el espacio del que cree que nunca debió haber salido el conflicto.

El jefe del Ejecutivo es consciente del amplísimo rechazo que genera la medida, de las "dudas y recelos", pero está persuadido de que, como pasó con los indultos, se acabarán digiriendo. Es lógico, expresó, se trata de decisiones, en los dos casos, que representan "una excepción". "Es cuestión de que el tiempo ponga las cosas en su sitio, y eso va a suceder", sostuvo. Recordó que también se decía que los indultos ocasionarían un importante desgaste al PSOE, pero sin embargo eso no ocurrió en las últimas elecciones generales, especialmente en Cataluña, donde logró 19 escaños, más del doble de los que sumaron ERC (7) y Junts (7), y a enorme distancia del segundo, Sumar (7).

Como ha venido haciendo en las últimas semanas, el presidente reiteró que una medida como la amnistía habría de tomarse antes o después, y reconoció que si ha tenido que impulsarla es porque necesita los votos de Junts, porque con Sumar no alcanza la mayoría absoluta en el Congreso y porque más de 50 diputados le piden esa medida.

Sánchez cuestiona la estrategia seguida por el PP: corre una maratón como si fuera una carrera de 100m, dice

Es consciente, apuntó, de que la calle está mucho más caliente que antes, y lo achaca a que PP y Vox están "tratando de crear un ambiente político y social con un dramatismo que no existe en la sociedad", porque la economía está aguantando, el empleo resiste, sube la inversión extranjera directa. Así que la amnistía se irá digiriendo según vayan "asentándose los debates". A su vez, Sánchez cree "cuestionable" la estrategia de los populares. "Están corriendo una maratón como si fuera una carrera de 100 metros. ¿Van a estar así cuatro años?", se preguntó, para defender que las energías se canalicen hacia debates trascendentes y que interesan al ciudadano de a pie, como la desigualdad, el cambio climático o las consecuencias de la guerra de Ucrania. Este mismo miércoles, Alberto Núñez Feijóo, a su llegada al Congreso por el Día de la Constitución, acusó a Sánchez de "liderar un movimiento contra la Constitución española" por su "trueque" con el independentismo catalán y por la amnistía, que define como una "enmienda a la totalidad" a la Carta Magna de 1978.

Todavía colea la polémica por el verificador internacional en las negociaciones con Junts y la reunión con el PSOE del pasado sábado en Ginebra. Sánchez insistió en que es una figura positiva para salvar la "desconfianza mutua" que existe con los posconvergentes. Y respecto a normalizar que el encuentro fuera en Suiza, señaló que el PP no puede "rasgarse las vestiduras" porque el Gobierno de José María Aznar se entrevistó con ETA en el mismo país.