Si hay un año clave para Ignacio Garriga (37 años, Sant Cugat del Vallés, Barcelona) es este. Tras la última Asamblea General Extraordinaria de Vox en enero, el secretario general ha asumido también las funciones de vicepresidente único, que compaginará, igualmente, con el escaño en el Parlament la próxima legislatura. La campaña electoral, para los comicios del 12 de mayo, empezará el próximo viernes. El gran acto, no obstante, será este domingo en Tarragona, junto a Santiago Abascal.

El nivel de confianza depositado por el presidente de Vox en su segundo es máximo. Es por ello, que, sumado al reconocimiento del candidato, Abascal no hará una campaña tan permanente junto a él como ha ocurrido en País Vasco. Garriga aspira, como mínimo, a mantener el resultado del partido en Cataluña: la cuarta plaza, con once escaños, por detrás de PSC, ERC y Junts, y por delante de un PP catalán que busca erigirse como alternativa constitucionalista ampliada absorbiendo a Ciudadanos y priorizando la utilidad del voto. Es por ello, que Vox aboga por mantener el hilo de la campaña vasca: monopolizar la campaña con el combate a la inmigración ilegal, aunque sin renunciar a la denuncia del separatismo o la sequía, como hilo conductor con el campo. Antes de que arranque la campaña, Garriga atiende a El Independiente.

Pregunta.- ¿Esta insistencia en la inmigración es una apuesta por distinguirse de Génova? El PP cuenta con la mayoría absoluta del Senado como instrumento de oposición de la amnistía y la trama Koldo, lo que reduce la visibilidad de Vox frente a temas que han copado la agenda.

Respuesta.- En absoluto. Siempre hemos denunciado las consecuencias de esas políticas que promueven el separatismo y la izquierda en torno a la inmigración ilegal. Han supuesto un incremento exponencial de la inseguridad en las calles mientras siguen negando el problema. Es urgente tomar medidas drásticas a las que sólo Vox está dispuesto. Yo me dirijo a los ocho millones de votantes catalanes, que son conscientes de que Cataluña está peor que hace diez años a nivel educativo, de seguridad, de acceso a la vivienda o en términos fiscales. Y les digo que podemos construir una Cataluña post separatismo como aquella que fue referente en el mundo.

P.- No han conseguido que el PP atienda sus demandas respecto al bloqueo de la tramitación de la ley o el llamamiento de Begoña Gómez a la comisión de investigación. Sí se ha aceptado el conflicto entre Cámaras, pero al final no lleva la firma de Vox. ¿Eso es un problema?

R.- No. Hemos llevado la delantera en el diagnóstico de muchos problemas. Con posterioridad el resto de formaciones han planteado soluciones, pero en ningún caso drásticas y urgentes como las de Vox. Muchos sólo se suman cuando los españoles se hartan y salen a la calle. Nosotros hemos condicionado el debate de la seguridad, la inmigración y el campo, lo vimos con las protestas del sector primario [en febrero].

P.- Vinculan inseguridad e inmigración ilegal. ¿En qué datos se basan? Idescat fija en 1,36 millones el número de extranjeros totales en Cataluña, y el CGPJ en 4.050 los presos de otra nacionalidad: es el 0,3% de esa inmigración.

R.- La inseguridad es directamente proporcional a la cantidad de inmigrantes ilegales que han llegado. En los últimos años ha habido un incremento del 287% de la llegada de 'menas' [menores extranjeros no acompañados]. En 2022, el 60% de los detenidos eran extranjeros. Quiero denunciar como el 51% de los presos en cárceles catalanas son extranjeros, estos son datos de la Consellería de Interior facilitados al Grupo. Y el último informe de criminalidad de los Mossos dice que ocho de cada diez detenidos en Barcelona eran extranjeros. Los medios podrán decir una cosa y los políticos lo podrán negar, pero la realidad es incontestable. Los culpables son Aragonès, Illa y Puigdemont. Y eso no va a cambiar si seguimos destinando políticas sociales de manera prioritaria a las personas que llegan irregularmente.

No competimos con Aliança Catalana, aunque tenemos un diagnóstico común de la inmigración ilegal y de la islamización de Cataluña"

P.- ¿Es posible desincentivar las llegadas así, o con el bloqueo naval propuesto, cuando estas personas están dispuestas a jugarse la vida sólo para llegar a España y Europa?

R.- Así no se está ayudando a esas personas que incurren en un viaje de grave riesgo y que pueden morir en el Mediterráneo. No hay que facilitar políticas que generan un efecto llamada, que es en lo que está incurriendo el separatismo o el Gobierno de la nación. Ejemplos son los pisos de protección oficial de la Generalitat en provincias como Lérida que se destinan por encima de la mitad a personas en situación irregular. O como la Renta Garantizada Catalana (RGC), destinada en un 40%. A parte de ese bloqueo naval, exigimos deportaciones masivas y proteger las fronteras. Si además regularizas masivamente, como aspira el Congreso y a lo que sólo se ha negado Vox, se da un espaldarazo a las mafias. Es una enorme irresponsabilidad. Y esto no es sólo por los españoles, también por las personas que sí han llegado regularmente. Somos conscientes de la necesidad de mano de obra en algunos sectores.

P.- Aliança Catalana compite con ustedes en ese marco migratorio, especialmente con la "islamización de Cataluña" que denuncian. ¿Les puede robar votos o creen que compite más con Junts?

Quiero matizar que estamos sólo en contra de la inmigración ilegal. No competimos con ellos por el electorado, aunque tenemos un diagnóstico común. Claramente está en disputa electoral con Puigdemont. Por ver quién es más separatista y quién está dispuesto a llegar más rápido a la unilateralidad. Sobre el grave problema que supone la islamización de Cataluña, somos la región donde más operaciones contra el yihadismo se han frenado en los últimos años, o donde una de cada tres mezquitas es salafista. Y sólo Vox está dispuesto a revertir esas políticas que han convertido a muchos catalanes en extranjeros.

P.- En relación a Junts, ¿a qué atribuye el ultimátum electoral de Puigdemont? Dice que dejará la política si no es president.

R.- Intenta movilizar a unas bases en Cataluña que ya están hartas de cómo han sido instrumentalizadas por el separatismo. Ya no se creen ese proyecto ficticio y falsario maquillado como un proceso de independencia, cuando al final era un proceso de enriquecimiento personal. Se ha servido de Cataluña para avanzar en sus delirios ideológicos y yo aspiro a que ni llegue a Cataluña y responda por sus delitos.

P.- ¿Peligra la legislatura para Sánchez si Puigdemont no gana?

R.- Estoy convencido que entre corruptos y golpistas harán todo lo posible para llegar a un acuerdo y beneficiarse. Hemos visto a un presidente investido tras protagonizar el mayor acto de corrupción posible, cambiándola por siete votos. Después de modificar el Código Penal, de indultar a unos delincuentes y de volar el Estado de Derecho. Olvidan que los españoles protagonizarán grandes movilizaciones y el Poder Judicial frenará cualquier tropelía.

Con su ultimátum, Puigdemont intenta movilizar a unas bases hartas de que las instrumentalicen"

P.- ERC ya habla de "referéndum pactado" mientras que Junts aún contempla la unilateralidad si éste no llega. ¿Es el siguiente paso tras la amnistía?

R.- Si de Sánchez depende, no tengo ninguna duda. Y llegado el día, Illa, que ahora lo niega, será el gran defensor, como hizo con los indultos o la amnistía. Aragonès dice que hay que hablar en la Mesa de diálogo, que en realidad es de extorsión al Gobierno. Pero llegará un momento donde se decida retomar la unilateralidad. La gravedad del asunto es que el referéndum sea la preocupación del separatismo cuando los servicios públicos en Cataluña están absolutamente destrozados. Lideramos los peores datos en educación, sanidad e industria. El año pasado murieron 12.000 personas esperando la Ley de Dependencia y el 24% de la población está en riesgo de exclusión social.

P.- Si ERC tiene en su mano un gobierno de coalición con Illa y los comunes, u otro con Junts, ¿qué eje cree que priorizará, el ideológico o el soberanista?

R.- El que más le convenga, siempre lo ha demostrado. Incluso el PSC, que no tiene escrúpulos [sugiere que podría pactar con Junts]. En función o lo incómodo que le supongan los puntos de pacto que le planteen unos y otros. Lo que estoy seguro es que en esos acuerdos no estará ni garantizar la escolarización en castellano, la libertad política, ni acabar con la industria millonaria del separatismo y con el efecto llamada.

P.- Alejandro Fernández (PP) se abre a dialogar con Illa si "rompe con el separatismo". ¿Vox apoyaría su investidura, si suman, para evitar que el independentismo siga en el poder?

R.- Queremos dejar muy claro que el PSC es el nuevo 'Partido Separatista de Cataluña'. Illa no es alternativa, es un separatista más, y ha resultado ser el mejor aliado de Aragonès. Vox no va a contribuir a esa ceremonia de confusión de y blanqueamiento de Illa. Porque tampoco va a hacer las políticas que Vox reclama. No vamos a ser unos trileros ni a decir que no pactaremos con el PSC para luego hacerlo, como el PP en Barcelona u otros nueve ayuntamientos más. Para que luego acabe gobernando el separatismo.

P.- Vox apunta a un ligero retroceso en el Parlament, según las encuestas. ¿Tras las generales hay un frenazo en el tirón de la marca?

R.- En absoluto. Vox ha crecido elección tras elección. Se ha visto en País Vasco, y en Cataluña se verá. Las encuestas intentan condicionar el voto, como se ha visto. No nos daban por Álava. La mejor encuesta es la de la propia calle, del hartazgo de muchos catalanes con la decadencia en Cataluña. Estoy convencido de que vamos a ser la gran sorpresa electoral, porque estamos trasladando esperanza.

P.- Frente a una nueva reivindicación del voto útil por parte del PP, ¿qué ofrece Vox como diferenciación?

R.- Primero, una batalla frontal contra el separatismo. Nosotros no nos sentaremos a negociar con Junts. Segundo, estamos plantando cara al fanatismo climático que ha condenado a la industria y al mundo rural a la miseria. Nosotros hemos liderado esa guerra cultural en el Parlament que nunca se había dado frente a esas políticas de radicalismo feminista o de querer llenar las aulas de activistas ideológicos. Y en último lugar, esa denuncia de la inmigración ilegal que está cambiando la identidad de muchos de nuestros barrios. Ofrecemos un compromiso total con la recuperación de la seguridad en las calles. Son aspectos sufrientemente diferenciadores. Nosotros nunca nos hemos resignado.

Vox tiene un proyecto mucho más ambicioso, claro y coherente del que podría haber surgido de una coalición de PP y Ciudadanos"

P.- ¿Cómo valora la tardanza del PP para elegir candidato y el intento fallido de pacto con Ciudadanos?

R.- No me gusta hablar de las decisiones de otros. Pero quiero poner en valor que Vox siempre ha defendido lo mismo desde la dirección nacional a cualquiera provincial de Cataluña. Vox tiene un proyecto mucho más ambicioso, claro y coherente del que podría haber surgido de una coalición de PP y Ciudadanos. De hecho, han sido parte del problema de que el separatismo cada día esté más fuerte. Nosotros hemos dicho que no hay nada que hablar con él y hemos propuesto la ilegalización de esos partidos.

P.- ¿La relación con Fernández es mejor que la de Génova y Bambú? Han roto relaciones nacionales.

R. [Ríe]. Es buena. Pese a las diferencias ideológicas que existen, muchas. Pero lo más importante, por encima de las relaciones cordiales que podamos tener con él, con Génova u otros partidos, es lo que ofrecemos a los catalanes. La coherencia con la que llamamos a hacer la rebelión del sentido común.

P.- ¿Se siente Vox igual de respaldado que Fernández por las plataformas civiles?

R.- Vox lo tiene. De numerosas asociaciones que defienden la unidad de España y la recuperación de la libertad en Cataluña. Recientemente les hemos presentado el programa electoral. Y Vox ha logrado aunar a la expresidenta del mayor movimiento civil de jóvenes, reconocido por como se ha enfrentado al separatismo.

P.- Habla de Júlia Calvet, ex de S'ha Acabat! ¿Es un fichaje para promover el voto femenino? Vox atrae mayoritariamente a hombres, mientras que las mujeres optan por el PP.

R.- Suelo escapar bastante de los clichés en torno al voto. Estoy convencido de que si todas las catalanas conocieran de primera mano el programa de Vox, todas nos votarían. Estarían más seguras. Si Garriga fuera president no tendríamos un incremento del 30% en violaciones como hemos tenido en Cataluña en el último año. Aplicaríamos la ley y limpiaríamos la calle de delincuentes.

P.- ¿Y lo es para movilizar más voto joven?

R.- Es una evidencia que estamos irrumpiendo de una manera muy grande en el sector. Pero el fichaje de Júlia responde a dar un mensaje de candidatura ganadora. Se ha sumado quien ha liderado la resistencia juvenil [al separatismo] en las universidades. Y es un mensaje de que somos los responsables de dirigir el futuro de Cataluña. Para el acceso a la vivienda, la formación profesional o al ámbito laboral.

P.- De cara a las europeas, ¿les beneficia la circunscripción única frente a un voto útil al PP?

R.- No hay mayor voto útil que contraponer programas. Estas elecciones son más importantes que nunca. En Bruselas están tomando decisiones contrarias a los intereses de España que atacan a la industria. Por ejemplo, las severas posiciones climáticas han provocado incluso la deslocalización de nuestro ya debilitado tejido industrial. Estas elecciones son una oportunidad para decidir el rumbo que queremos que tome la UE. No hay ninguna diferencia entre PSOE y PP: han votado más del 90% de iniciativas conjuntamente. Vox quiere defender esa Europa de naciones soberanas, que trabaje por los europeos, garantice su libertad y que deje de perseguir países como ha hecho con Hungría y Polonia. En definitiva, que seamos los europeos y no los burócratas quienes escribamos el futuro.

P. ¿Descarta un posible pacto entre el PPE y ECR esta legislatura? Meloni es del gusto de una facción importante de la familia popular.

R. Lo veremos después de las elecciones. Pero nunca puede haber un pacto cuando el PP ya está dispuesto a apoyar la Ley de Restauración de la Naturaleza, conocida como ley devastación, o ha impulsado el Pacto Verde Europeo y la Agenda 2030. Se han convertido en el mayor enemigo de las clases medias, del mundo rural y de la libertad de los europeos. Nosotros queremos otra Europa.

Hay que ser prudentes con un posible pacto entre ECR e ID, pero encontraremos fórmulas para un cambio de rumbo europeo"

P.- Se habla de una posible una alianza de ECR e ID, de Le Pen, para conformar un grupo único más influyente en esos intereses "patrióticos". ¿Lo ve viable? Les diferencia, por ejemplo, la posición con la OTAN o Putin. Ustedes son atlantistas.

R.- Hay que ser prudentes y dejarlo para después de las europeas. Tenemos coincidencias y diferencias. Pero estoy convencido de que entre todos los partidos, si queremos un cambio de rumbo en Europa, del campo, la industria, la seguridad de las fronteras y de que Europa no sea Eurabia, encontraremos fórmulas.

P.- ¿Cabe esperar algún otro fichaje mediático como el de Girauta?

R.- Más fichaje estrella que Buxadé, Tertsch y Girauta es difícil. Con él hacía tiempo que había coincidencia de discurso y su fichaje se ha ido fraguando con el tiempo. Las listas se decidirán la primera semana de mayo.

P.- Por último, ¿qué se juega Vox en este ciclo electoral, con catalanas y europeas pendientes?

R.- Demostrar que somos fundamentales y que ponemos los problemas en el centro de la gestión. Lo estamos demostrando donde gobernamos, con cambios de rumbo en materia de políticas lingüísticas, en que si hay un gobierno fuerte se puede decir 'no' al reparto inhumano de inmigrantes ilegales por las comunidades, o con bajadas fiscales.