Van persiguiendo a los Reyes como en una gallinita ciega de Goya. Los Borbones, con algo de pasmados y de pesadotes, como percherones de carroza, son más fáciles de cazar que el virus y que la recesión. Es curioso que la izquierda, que empezó siendo científica y pragmática, ahora se dedique más que nada a la política teológica, a polemizar sobre la configuración celeste de los Estados, y su prioridad sea ofrecerle al pueblo el sacrificio de un rey buchón como un pavo con fajines y entorchados. Pero no sólo es la izquierda, sea la decadente IU o el podemismo que enfrenta a la monarquía su propio reinado de bragueta ungida. Es también el nacionalismo e incluso el sanchismo, que uno no sabe si ha empujado a huir al Rey emérito para protegerlo o para que haga de liebre para el resto de sus socios. De todas formas, la pieza no es Juan Carlos, sino Felipe. Que un señor haciendo de soldadito de plomo resulte de repente tan importante para esta gente quizá lo que nos dice es lo valioso que es. O lo valioso que lo están haciendo.

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