El convencimiento de Pedro Sánchez -"más allá del papel"- de la necesidad de renovar la socialdemocracia y su afán ecologista la persuadieron para embarcarse en su proyecto. La colaboración profesional y la experiencia atesorada por Cristina Narbona convencieron al secretario general del PSOE de que era la presidenta que el partido necesitaba. Con mando en plaza y despacho en la planta noble de Ferraz se ha convertido en una de las voces más autorizadas del PSOE.

Pregunta.- Usted ha dicho que la declaración unilateral de independencia por parte de Cataluña sería una catástrofe y que lo que está ocurriendo es casi un golpe de Estado.

Respuesta.- Efectivamente. Creo que se ha perdido mucho tiempo que se podría haber utilizado para explicarle a los catalanes las consecuencias de su separación de España y además en unas condiciones que la comunidad internacional no reconoce. Una de las mentiras más frecuentes de los independentistas es que se incorporarían a la UE de forma inmediata. Esto se ha contestado con un tono cada vez más elevado y más molesto por parte de numerosas instancias comunitarias. Pero a pesar de ello, y dado el inmenso control de los medios de comunicación conseguido por las fuerzas indepedentistas, hay muchos catalanes que siguen pensando que seguirían en la UE. Y eso tiene una importancia extraordinaria para una comunidad altamente endeudada, cuya calidad de la deuda ha sido rebajada de manera muy drástica por las agencia de rating estos días. Si Cataluña hoy puede conseguir financiación es porque está dentro de España. Y eso cambiaría literalmente de la noche a la mañana. Se han trasladado muchas mentiras durante mucho tiempo a los catalanes para generar ese agravio comparativo y ése es un caldo de cultivo para posiciones muy radicalizadas. Por eso más que nunca tenemos que ser capaces de dialogar el día después del 1 de octubre.

P.- ¿Qué cuota de responsabilidad tiene el PSOE en ese proceso? ¿Qué autocrítica hacen?

R.- La autocrítica es saludable. Por supuesto hemos tenido responsabilidades de Gobierno en España y en Cataluña y seguramente hay una parte de responsabilidad que se nos puede atribuir a nosotros. Como también hay un parte importante de responsabilidad en generar mayor sensación de agravio cuando el PP plantea un recurso contra el Estatuto de Autonomía y coloca mesas para recoger el ‘voto’ de los contrarios. Eso termina en una sentencia del Constitucional que ha sido una gran herida entre España y Cataluña. Yo creo que primero hay que entender bien cómo hemos llegado hasta aquí, ver las responsabilidades de unos y de otros. Pero la principal es de los partidos que hoy están vulnerando la Constitución y llevando a Cataluña al borde de una catástrofe institucional y democrática. Ahí está, a mi juicio, la evolución lamentable de CiU, que en su momento fue considerada una fuerza moderada, con Pujol como hombre de estado… No es casual que cuando se descubre que su patria más bien estaba en Suiza, Pujol dirigiera una fundación para la ética en política.

P.- Dice usted que “se le consideró”. ¿También el PSOE, no?

R.- Claro, por supuesto. PP y PSOE tuvieron etapas de Gobierno con apoyo de CiU. Seguramente no fuimos capaces de ver que ahí se estaba cebando algo que luego ha tenido esa deriva.

P.- En ese “cebar” se incluyen las cesiones de mayor autogobierno y sobre todo de competencias económicas.

R.- Sí. Pero donde ha habido sin lugar a dudas un resultado negativo es en la legítima autonomía que tenían en materia educativa. Lo que se traslada a los estudiantes desde muy jóvenes es un relato que alimenta esa reivindicación independentista. Nosotros proponemos un estado federal porque garantiza mecanismos de coordinación y de lealtad institucional entre todas las partes que acuerdan federarse. Y seguramente nuestro estado autonómico no ha desarrollado suficientemente esos mecanismos.

P.- En su revisión del modelo territorial, el PSOE apuesta por una reforma fiscal integral. ¿Eso qué significa?

R.- Revisar las distintas figuras tributarias que existen en vez de poner un parche parcial.

P.- ¿Y para Cataluña? ¿Permitir que recaude, una especie de cupo vasco?

R.- No, no. Nosotros planteamos una reforma para todo el estado español. No hablamos de competencias, sino de obtener mayores ingresos para permitir un sistema de suficientes recursos para las autonomías. Insisto: no pensando sólo en Cataluña, sino pensando en cómo se están infradotando ahora los grandes servicios públicos. España tiene unas bases imponibles muy débiles y hay mucha evasión fiscal. Ante eso, el Gobierno de Rajoy sólo ha desarrollado una amnistía fiscal que ha sido cuestionada por el Tribunal Constitucional.

P.- Hablamos entonces de una subida de impuestos.

R.- Hablamos de subida de impuestos en unos casos y de bajada en otros: de un paquete que permita obtener más ingresos de forma más justa que ahora, cuando la carga de la fiscalidad recae básicamente sobre las personas que tienen un salario.

P.- Insisto. ¿Esas cesiones han contribuido a crear este caldo de cultivo?

R.- Cuando ha habido cesiones, tanto a Euskadi como a Cataluña, no se ha interpretado como un agravio, sino todo lo contrario. Los partidos catalanistas y el PNV, cuando han recibido un premio por su apoyo a los distintos Gobiernos, lo han trasladado como un éxito político. Otra cosa es el resultado final de cómo respartimos los ingresos públicos. Sobre eso hay que trabajar.

P.- Los alcaldes del PSC lo están pasando mal.

R.- Están dando un ejemplo espléndido de valentía y de coherencia que debe ser reconocido por todos.

P.- ¿Todos van a cumplir la ley?

R.- Todos tienen esa indicación por parte de Miquel Iceta, que ha sido muy claro.

P.- Sin embargo, a Ada Colau se le mantiene el apoyo haga lo que haga.

R.- Ada Colau no es una alcaldesa socialista y en ese sentido fue muy explícito Pedro Sánchez en Barcelona. Nosotros no dirigimos el Ayuntamiento, formamos parte de un pacto que está funcionando y que habrá que valorar. Todavía no sabemos qué hará, porque está manteniendo una posición poco clara.

P.- Dentro de Cataluña, ¿cuál ha sido el fallo del PSC y del PSOE estos años?

R.- Quizás no se ha visto la magnitud del proceso que se estaba desarrollando para generar esa idea de agravio y victimismo. Quizás no se le ha dado la importancia que tenía ni se ha combatido con pedagogía tampoco. Esa es la principal carencia que observamos.

P.- ¿Y se está corrigiendo?

R.- El 1 de octubre se abre un tiempo nuevo donde tenemos que ser capaces de convencer a los catalanes de que hay una vía diferente de la del inmovilismo de Rajoy y de la radicalidad antidemocrática de los partidos independentistas. Y eso pasa por explicar que, en el supuesto de separarse, Cataluña sufriría unas consecuencias económicas muy diferentes de las que les han vendido y se han creído estos años.

P.- ¿El PSOE tiene claro su concepto de plurinacionalidad o es un debate abierto? Existe cierta confusión.

R.- Yo creo que la confusión ha sido muy alimentada desde los propios medios de comunicación, que han visto ahí un elemento de discrepancia entre dirigentes del PSOE. Fue votado mayoritariamente en el 39 Congreso y no consideramos necesario avanzar mucho más. Simplemente es el reconocimiento de que España es una nación de naciones. Y eso quiere decir que puede haber más de una nación, una pluralidad. Cuando esa definición la hizo Felipe González no causó ningún estertor. Pero venimos de momentos de mucha tensión interna que se va reduciendo y la plurinacionalidad ha formado parte del ruido que yo creo que tiende a desaparecer. No veo a nadie en el PSOE que se oponga a un estado federal.

P.- El PSOE-A sí que ha mostrado su disconformidad con la plurinacionalidad.

R.- La presidenta de Andalucía ha declarado que su comunidad sería siempre tanto como la que más. A lo mejor esa declaración es una relectura de su posición.

P.- Usted también ha reprochado que “interesa” crear la imagen de un Pedro Sánchez podemizado. ¿A quién le interesa?

R.- A todos aquellos que no quieren que el PSOE aumente su expectativa de voto como lo está haciendo. Un PSOE débil conviene al resto de partidos y por supuesto a instancias económicas que no quieren que se cuestionen temas como la fiscalidad. Hay quien considera que el PSOE puede ser mucho más exigente en términos de equidad y progresividad de la fiscalidad.

P.- ¿Y no es real esa imagen?

R.- Por supuesto que no, en absoluto. Pedro Sánchez ha dado buena prueba de su autonomía a lo largo de todas su trayectoria y la sigue dando. Otra cosa es que podamos coincidir con Podemos en algunas propuestas parlamentarias. Pero existen serias discrepancias, por ejemplo con el asunto de la soberanía. Ellos defienden una soberanía compartida que nosotros no aceptamos. Hay cuestiones sin punto de encuentro con Podemos mientras coincidimos en otras con Ciudadanos y hasta con el PP.

P.- En una entrevista con El Independiente, Íñigo Errejón aseguraba que el PSOE no entiende que está condenado a entenderse con Podemos.

R.- Es una expresión a la que se le puede dar la vuelta: Podemos está condenado a entenderse con el PSOE. Pero yo no creo que nadie esté condenado a nada. Lo que hay son espacios claros de coincidencia y una base de electores que fueron votantes del PSOE, que se fueron a votar a Podemos porque el PSOE no le satisfacía y que hoy están volviendo al PSOE. Así que, con todos mis respetos, no se trata de que estemos obligados a entendernos, sino de que hay coincidencias que permiten que en algunos casos haya alcaldes y presidentes de comunidad que tienen el apoyo del otro partido. Son experiencias que tendrán que ser evaluadas y analizadas. Pero todavía es pronto porque veo a Podemos en un proceso muy dinámico de transformación de sus planteamientos. Veremos si el Podemos de mañana se parece más a lo que hoy representa Pablo Iglesias o a lo que representa Íñigo Errejón. Yo creo que todavía es una incógnita.

P.- ¿Manda usted tanto como parece?

R.- Yo no mando. El que manda es Pedro Sánchez. Yo soy la presidenta y como tal colaboro en el marco de ese liderazgo en todo aquello en lo que Pedro Sánchez quiera que colabore. Estoy especialmente implicada en algo que el proyecto socialista ha colocado como prioridad, que es la transición ecológica de la economía, y me ocupo del desarrollo de esa tarea sin tener ninguna tarea ejecutiva. El que manda es Pedro.

P.- Hasta ahora, los presidentes del PSOE eran figuras más honoríficas. No trabajaban a diario en su despacho de Ferraz como hace usted.

R.- Hacían otras cosas. Sobre todo porque eran presidentes de su comunidad autónoma. Yo estoy dedicada a tiempo completo y puede ser que se me vea más, que sea más visible. Eso no cambia el hecho de que yo no tengo ningún poder ejecutivo.

P.- ¿Es operativa una Ejecutiva tan amplia?

R.- Está coordinada por áreas y el plenario sólo se reúne una vez al mes. Semanalmente se convoca la Permanente, que es un número bastante más reducido de personas. En esta Ejecutiva veo un potencial y un dinamismo extraordinario. Yo pertenecí durante cuatro años a la primera Ejecutiva de José Luis Rodríguez Zapatero, que también fue muy muy dinámica y sentó las bases para su primer mandato como presidente. Aquí veo la misma capacidad potencial de plantearle a España un proyecto renovado del socialismo.

P.- Usted ve a Sánchez en la Moncloa, entonces.

R.- Yo sí le veo. Cada día más.

P.- ¿Por qué?

R.- Porque los liderazgos pueden desgastarse, consolidarse o estancarse. Y el de Pedro Sánchez está consolidándose socialmente, porque ya se ha consolidado internamente. Pero para llegar a la Moncloa no te valen sólo los tuyos, tienes que convencer a más.

P.- ¿Ve un paralelismo con Zapatero?

R.- Hago la comparación de las Ejecutivas. De 2000 a 2004 fue un periodo de trabajo extraordinario de preparación de propuestas alternativas y nadie daba un duro por nosotros. Eso lo recuerdo muy bien. Consideraban que Zapatero era… en fin, hay que ver las cosas que se decían de él. Incluso cuando propuso el pacto antiterrorista, Rajoy dijo que el joven secretario general socialista se había sacado un conejo de la chistera. Lo cierto es que aquella Comisión Ejecutiva Federal trabajó con mucho entusiasmo y que ese entusiasmo también lo veo ahora y me resulta muy estimulante. Hay personas de todas las edades. Como dice Zaida Cantera con mucha gracia: personas que tenemos mucha juventud acumulada y otras muy jóvenes directamente. Esa mezcla de experiencia, entusiasmo y dedicación a movimientos sociales hace muy rico el debate.