Política

Rivera "marca el camino" en Castilla y León, Aragón y Madrid y aplaca a los críticos

Las directrices de la dirección nacional será "el camino a seguir" en la estrategia de pactos autonómicos, incluso en aquellos territorios donde más abierta estaba la posibilidad de alcanzar acuerdos a la izquierda política

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera.

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera. EFE

La primera ficha del tablero de pactos la movía Rivera hace tres días. El PP será "socio preferente", el PSOE ocupará la segunda posición y de manera "excepcional". A cambio, el núcleo nacional cedía a una de las reivindicaciones del ala más progresista de Ciudadanos: "no rozarse" con Vox, extendiendo un veto expreso a la formación de Santiago Abascal en todo el territorio y esgrimiendo la vía andaluza como única alternativa posible.

Dicho y hecho. Ciudadanos está "cumpliendo los pasos que ha demandado la ejecutiva" en los territorios donde más abierto estaba el escenario de acuerdos con socialistas: Castilla y León y Aragón. Así lo confirman fuentes del partido a El Independiente, quienes aseguran que, tras la última reunión de la dirección nacional en Alcalá, ya no planea, al menos de momento, el fantasma de las 'disidencias' entre sus filas. Ahora solo hay una guía. "La ejecutiva marca el camino a seguir" de los líderes autonómicos y, aunque "todavía queda camino", pasa por el entendimiento con el PP incluso en Castilla y León, donde más se pedía un cambio tras 32 años de hegemonía popular; y en Aragón, único territorio donde existe un declarado crítico del 'sanchismo': Javier Lambán.

La posibilidad de que Ciudadanos se decante por el PSOE en alguna comunidad autónoma es un cerco que se va estrechando cada vez más, empezando por Castilla y León, donde ayer se reunieron por primera vez Paco Igea y Alfonso Fernández Mañueco en una cita que duró algo más de una hora y que se saldó con una aserción clara: "Estamos convencidos de que de estas negociaciones saldrá un acuerdo de gobierno beneficioso para los ciudadanos". La afirmación del secretario de Acción Institucional de Ciudadanos, José María Espejo, la completaba Teodoro García Egea minutos después: "Todo parece indicar que PP y Cs vamos a gobernar juntos" en una región en la que ambos sumarían mayoría absoluta sin Vox en la ecuación.

Desde Ciudadanos piden, no obstante, no dar todo por hecho porque "hay que poner en negro sobre blanco todas las medidas, y después de más de 30 años de PP serán unas cuantas peticiones que Mañueco tendrá que aceptar", un escenario que se torna un tanto oscuro con el telón de fondo de una investigación por presuntas coacciones y financiación ilegal en las primarias de los populares en Castilla y León y que en caso de confirmarse chocaría de frente con uno de los postulados inexorables de los naranjas: no haber imputados en los gobiernos.

Y las peticiones de los naranjas en la región pasan por un eje "central". Demostrar que pueden lograr la premisa de la que Igea ha hecho bandera durante la campaña electoral del 26-M y convencer a sus votantes de que pueden cumplir sus promesas dando continuidad al PP: la regeneración política en Castilla y León después de 32 años de "corrupción, chiringuitos, clientelismo y libre designación que aquí se ha practicado y que ahora tiene los días contados", declaraba el candidato de Cs en una entrevista para este diario.

Francisco Igea forma parte de esa facción socioliberal de Ciudadanos que el lunes defendió no cerrar la puerta naranja a pactos con el PSOE. Pero como el resto de los críticos, votó a favor de que el PP fuese el socio prioritario, y ahora el candidato 'díscolo' asume en su región la decisión de la cúpula. Y podría sacar tajada de su situación como llave de gobernabilidad, ya que desde el PP no han descartado la posibilidad de ceder la presidencia a Cs en Castilla y León, algo por lo que están dispuestos a luchar los naranjas. "No lo descartamos" pero "lo prioritario ahora son las medidas para los ciudadanos", aseveran.

Sea como fuere, Ciudadanos recuerda que la posibilidad de negociar con Luis Tudanca pasaría por que el candidato socialista diese un mensaje "no sanchista", algo que "de momento tampoco se ha dado". No tanto así en Aragón, otro de los grandes bastiones en juego y donde el popular Beamonte es la principal baza para los naranjas pese a reunir Javier Lambán una de las premisas defendidas a nivel territorial por Ciudadanos desde después de las generales: levantarse contra la gestión de Pedro Sánchez en sus relaciones con el soberanismo y pedir la aplicación del 155 en Cataluña.

Pero una vez más, la dirección manda. Y el pasado martes el presidente regional del PP, Luis María Beamonte y el candidato naranja, Daniel Pérez, emplazaron a los regionalistas aragoneses del PAR a negociar con sus tres escaños dado que entre PP y Cs ya existe "un ritmo muy razonable" de avance en las negociaciones. "No ha sido una primera toma de contacto, ha sido algo más", aseguraba Pérez, que ratificaba el buen tono entre ambos confirmando la "voluntad de sumar -tanto PP como Cs- los apoyos posibles que nos permitan iniciar la legislatura".

Los resultados del 26-M permiten en la región tanto un acuerdo PSOE-Cs como un pacto PP-Cs-PAR-Vox. Al igual que Igea en Castilla y León, cabe la posibilidad de que el independiente Daniel Pérez, previo pacto con el PP, se convierta en el primer presidente autonómico de la formación liberal, una opción que barajan desde Génova a cambio de amarrar Zaragoza, Teruel y Huesca.

Gabilondo, "a la oposición"

Misma tónica en el bastión por excelencia. Ignacio Aguado se reúne este jueves con Ángel Gabilondo en Madrid y las pretensiones naranjas en la capital no pasan, de momento, por ceder ni un ápice a los socialistas. El candidato de Ciudadanos a la Comunidad aseguraba este miércoles que la reunión con el socialista entra "dentro de la cortesía parlamentaria", pero dejaba claro que intentará evitar "por todos los medios" que un Ejecutivo de izquierdas entre en la Puerta del Sol, al tiempo que confía arrancar "cuanto antes" las negociaciones con Isabel Díaz Ayuso y que pasaría por exigir como primera condición la Presidencia de la Asamblea de Madrid.

No ceder a un gobierno tripartito es la única baza que le queda a Ángel Gabilondo para tantear a Ciudadanos. El PSOE asume que "está difícil" que Gabilondo llegue a gobernar pese a que Aguado debe contar con los votos de Vox para proveer una coalición de centro-derecha, algo que, por el momento, no pondrán fácil las filas de Santiago Abascal.

La excepción en Navarra, La Rioja y Canarias

Escenario completamente diferente es el que se maneja en otros territorios donde Ciudadanos es pieza clave, aunque no llave. Especialmente compleja es la situación en Navarra, donde el "intercambio de abstenciones" que propuso ayer el presidente de Unión del Pueblo Navarro (UPN), Javier Esparza, ha dado un vuelco en la plataforma Navarra Suma que comparten el propio UPN, Cs y PP. A falta de que Pedro Sánchez mueva ficha, Esparza ofrecía ayer facilitar su investidura en el Congreso a cambio de que el PSN abandonase su intención de gobernar en Navarra con Bildu como aliado y, por contra, permita que UPN presida el Gobierno foral.

Desde la dirección nacional avisan a Esparza y, a falta de conocer las posibles consecuencias que podría suponer para Navarra Suma el desmarque de UPN, Ciudadanos reafirma su posición: mantener su 'no' a Sánchez en la Cámara Baja e instar a los socialistas a "dejar gobernar a los constitucionalistas" en Navarra "sin pedir nada a cambio".

También alejados de la tónica de la sede nacional son los pasos que está tomando la dirección naranja de La Rioja, donde ayer se mantuvo el primer encuentro formal con el PSOE. Los representantes de ambas formaciones han valorado "puntos coincidentes" en las negociaciones y se han emplazado a una nueva reunión en próximas fechas para estudiar el decálogo de propuestas de los liberales. En esta región la socialista Concha Andreu tiene el bastón de mando y le toca a ella decidir cuál será su compañero de viaje: si Podemos o Ciudadanos.

Muy intrincado es también el mapa político en Canarias, donde el papel de Rivera es capital y deberá decidir si opta por la regeneración y la transparencia, tal y como defendía en las urnas, e impulsar un pacto con los socialistas que precipite al abismo a Coalición Canaria; o bien dar continuidad a una hipotética legislatura en la que debería incluirse obligatoriamente a CC, PP y Agrupación Socialista Gomera (ASG).

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