"Es todo muy inédito, es complicado adivinar cómo va a reaccionar el electorado ante los nuevos cambios que se plantean en el tablero político". Restan poco más de 40 días para que se abran las urnas -la cuarta vez en cuatro años-, y los expertos sociológicos no son capaces de despejar la "incertidumbre" que se les plantea ante un escenario con seis partidos en liza, uno de reciente irrupción, y con un electorado en el que prima el hartazgo, la preocupación y la perplejidad. Una opinión es unánime: la noche del 10-N "puede pasar cualquier cosa".

Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y, ahora Íñigo Errejón forman un triángulo con vértices que puede que nunca lleguen a rozarse. En el líder de Más País, la marca que aterrizará en el Congreso si cumple con sus objetivos, Sánchez ve un aliciente, una esperanza, incluso llegado el momento un socio de Gobierno. De puertas para afuera, el efecto Errejón no ha causado desasosiego en el PSOE: los estrategas socialistas emplazan las siglas de Más País a una "recomposición" del espacio político; y en Errejón, Sánchez ha "visto cosas que ha dicho y ha hecho" que le parecen "positivas, esperanzadoras", afirmaba en una entrevista en La Sexta.

Son los votantes del PSOE los que más simpatía muestran por las siglas de Errejón

Pero la opinión de varios expertos consultados por este medio vaticina que el golpe que puede asestar Errejón a Sánchez puede doler más aún que el bocado de escaños que dé éste a Iglesias. "Hay que esperar para ver cómo se consolida su potencial", y es cierto que el "efecto Errejón va a ser negativo para Podemos", pero no tanto como para Sánchez: "Son los votantes del PSOE los que más simpatía muestran ante la irrupción de Errejón en la política española", por lo que Sánchez "debería no confiarse y andar con los pies de plomo ante la nueva opción política", señala el director general del Instituto DYM, Carlos Rello.

La simpatía de los votantes del PSOE por Más País se reflejaba en el sondeo DYM para El Independiente-Prensa Ibérica de septiembre, en el que antes incluso de confirmarse la irrupción de Íñigo Errejón en el panorama político nacional, su posibilidad ya despertaba simpatías entre casi la mitad del electorado que optó por las siglas socialistas en primavera. En concreto, el 48,3% de los votantes PSOE veían con buenos ojos que Errejón concurriese el 10-N, una posibilidad que gustaba menos a los electores de Unidas Podemos (36,4%).

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La de GAD3 para ABC publicada el pasado jueves, única encuesta que hasta el momento muestra el comportamiento de los electores con Más País en la ecuación, viene a ratificar la tendencia que perciben los expertos. Por vez primera y coincidiendo con la entrada de Errejón, se muestra como el PSOE pierde músculo electoral respecto al 28-A, con dos diputados menos (121 frente a los 123 que actualmente conserva). Podemos, por su parte, rebaja ocho escaños hasta los 34 y, en su primera experiencia demoscópica a nivel nacional, Más País debutaría con nueve escaños y un 5,2% de los votos, casi los mismos que pierden los morados.

Modelos diferentes

Con estos resultados, se podría pensar que el gran perjudicado por el 'factor Errejón' sería Iglesias. Pero si se compara este sondeo con el anterior que realizó el mismo instituto demoscópico entre el 2 y el 6 de septiembre, lo cierto es que Podemos se mantiene prácticamente igual con o sin Más País en liza -entonces GAD3 le auguraba 35 escaños- mientras que Sánchez sumaba 137, 16 más que los que le depara ahora.

En El Mundo, esta semana un análisis de datos pronosticaba que la formación de Errejón conseguiría hasta 20 escaños si se presentase en las provincias que reparten siete o más asientos el 10-N. Su estudio sí pintaba a Pablo Iglesias como gran perjudicado de la irrupción de su ex lugarteniente, aunque contaba con una particularidad.

El modelo empleado asumía que, en todas las provincias en las que se presente, Más País robará un 11,5% del voto al PSOE y un 37,5% del voto a Unidas Podemos respecto al 28-A. Extrae esos datos del CIS poselectoral que analizó las transferencias de voto entre las generales y las autonómicas del pasado 26 de mayo, donde Más Madrid concurrió con Errejón a la cabeza en la Comunidad y Manuela Carmena en el Ayuntamiento.

Sin embargo, hay varios factores que cambian ahora. En primer lugar, cuando los madrileños fueron a las urnas el pasado 26-M, el bloqueo y consiguiente show político entre Sánchez e Iglesias no se había producido. Junto a Errejón tampoco está ahora la figura de Manuela Carmena, que sí lo estaba el 26 de mayo. Y, como argumentan en Podemos, a Errejón le toca medirse ahora contra Pablo Iglesias, y no contra una segunda espada como Isa Serra, su rival en los comicios regionales.

El PSOE, amenazado

"Es importante señalar que Errejón robaría más votos al PSOE que a Podemos, que se mantendría con el mismo resultado que antes de la irrupción de Íñigo Errejón", ha explicado esta semana el presidente de GAD3, Narciso Michavila, un contra que se une a que buena parte del electorado progresista culpa a Sánchez de la repetición electoral "y eso puede perjudicarle gravemente".

Y el 'efecto Errejón' tampoco irá en perjuicio de la izquierda y, por tanto, a favor de la derecha como censuran algunos dirigentes de las filas moradas. "No restará votos a la izquierda", aclara José Pablo Ferrándiz, investigador principal de Metroscopia, porque "ante el bloqueo político, simplemente el hecho de tener una novedad, sea del signo que sea, moviliza a la gente, igual que pasó con Vox en las anteriores elecciones".

En este caso y como explica Carlos Rello, la decisión de Errejón "rompe absolutamente el esquema de bloqueo" hasta el punto de que "la izquierda está más movilizada que la derecha" porque "está consiguiendo despertar a un electorado abstencionista que, con las otras opciones, no iba a ir votar".

Con todo, los expertos piden prudencia hasta que se confirme con quién y dónde se presenta Errejón -casi con toda seguridad en las 17 provincias españolas donde se reparten siete o más diputados- para hablar o no de fragmentación, aunque todos coinciden en que el ex líder morado "cuenta con una gran capacidad de crecimiento" y, de seguir la fórmula de presentarse en las circunscripciones con más habitantes, entrará en el Congreso con grupo propio. Todas las incógnitas acabarán pronto, pues el nuevo plazo legal, fijado por la Junta Electoral, acaba el lunes a las 14:00 horas.

España sí Suma

En el otro extremo, Pablo Casado continúa imparable un crecimiento exponencial de escaños que deberá constatarse en las urnas el próximo 10 de noviembre. Pero no será suficiente ante la debacle que se espera en Ciudadanos, que no logra remontar pese al amago abstencionista que planteó a Sánchez para evitar las elecciones; y el sustento de Vox, que se mantiene en sus marcas.

Frente a una izquierda reforzada y movilizada por el 'factor Errejón', que mitigará la fragmentación seleccionando las circunscripciones, la derecha "no suma" porque está empeñada en cometer "los mismos errores" presentándose "de forma separada en todas las provincias de España", alerta Michavila.

La fórmula más "pragmática" y "racional" de aplacar a Sánchez, aunque también a Errejón e Iglesias, sería sacar adelante España Suma, el proyecto estrella del líder del PP abocado al fracaso por la negativa constante de Rivera y Abascal, que rechazan ver diluidas sus marcas en favor de las siglas populares. "Lo más útil sería que las derechas se uniesen", alega Ferrándiz.

Y todos coinciden en que, pese a una incierta aritmética parlamentaria encima de la mesa, los españoles comprobarán en la resaca electoral del 11 de noviembre cómo el bloqueo político sigue en pie.