Política

Cs aceptaría ahora la fórmula de España Suma con el PP si hubiese nuevos comicios

La 'era Arrimadas' exploraría la posibilidad de presentarse con el PP más allá de Navarra, en aquellas provincias donde la división entre ambos sólo favorezca a otras opciones

Arrimadas, Bal y De Quinto, en el Congreso. EP

"Si el centro y la derecha quieren ganar, deben ir unidos". España Suma era el proyecto estrella de Pablo Casado. Lo deslizó desde incluso antes de los comicios del 28 de abril, tanteando primero al Ciudadanos de Albert Rivera con una alianza preelectoral en el Senado.

A partir del 26-M y a tenor de los resultados en Navarra -donde sí se aplicó la fórmula Navarra Suma- y de los "productivos" gobiernos de coalición en Madrid, Murcia y Castilla y León, el núcleo duro del PP intensificó su afrenta, pero Rivera era intransigente. "Es sensato que un partido liberal y uno conservador puedan compartir Gobierno", pero descartaba plantearse una opción por la que "Sánchez está salivando": la de "volver al rojo o al azul, homogeneizando a todo ciudadano que no sea socialista", argumentaba en septiembre.

Pero desde aquellas declaraciones, la situación ha cambiado radicalmente. Nada queda ahora en tejado naranja salvo resquicios de tiempos mejores. Ni si quiera el propio Rivera. Y Ciudadanos se enfrenta a un desafío de enormes proporciones: el de resucitar a un partido en horas bajas, con todo el peso en los hombros de Inés Arrimadas, la mujer que deberá moldear un nuevo proyecto, unas nuevas líneas y un nuevo equipo que verá la luz, oficialmente, el próximo mes de marzo.

Sin ser aún la líder de facto, Arrimadas ya ha dado los primeros pasos para seguir colocando a su formación, con tan sólo 10 diputados en el Congreso, en la casilla de la utilidad política: una oferta -por escrito- al PSOE para gobernar apoyado por los constitucionalistas -PP y Ciudadanos-. Sánchez evitaría, así, depender de fuerzas "populistas" y de "condenados por sedición". Y los naranjas volverían al sendero de partido bisagra que abandonó momentáneamente Albert Rivera.

No es la única enmienda a la estrategia del ex presidente de Ciudadanos y su núcleo -la mayoría quedará fuera del partido tras la Asamblea de marzo- que se plantea ahora la que durante años fue la fiel escudera del catalán. Como socios prioritarios el uno del otro, Inés Arrimadas y Pablo Casado tienen conversaciones privadas con frecuencia porque mantienen "muy buena relación", apuntan del partido.

Y aunque aún no se ha puesto encima de la mesa el sendero de convertir las siglas de España Suma en una realidad, la que a todas luces sucederá a Rivera al frente de Ciudadanos no mantiene una posición tan negacionista como su antecesor al respecto. Fuentes de la máxima solvencia del entorno de la líder abren ya la puerta a estudiar "provincia por provincia" la posibilidad de presentar un candidato conjunto sólo en aquellos territorios donde la división entre Ciudadanos y PP favorezca a otras opciones. La fórmula se exploraría a raíz de que se convoquen nuevos comicios, ya sean autonómicos o en unas hipotéticas terceras elecciones generales.

Con la 'era Arrimadas' a punto de empezar, en Cs se abren a fusionarse con el PP en determinados territorios

La primera reedición del experimento de Navarra Suma podría llegar, precisamente, de la mano de las autonómicas en País Vasco, emplazadas a otoño de 2020; y un eventual anticipo electoral en Cataluña a raíz de la posible inhabilitación del president, Quim Torra, por un delito de desobediencia al desoír las numerosas advertencias de la Junta Electoral Central (JEC) para que retirase la pancarta a favor de los políticos presos por la sentencia del procés en plena campaña electoral.

Se trata de los dos territorios donde más presión han ejercido los de Casado para sacar adelante la fórmula vendiéndolo como salvavidas de los naranjas, habida cuenta de la debilidad que presenta ahora Ciudadanos. En País Vasco, el porcentaje de voto al centro derecha se ha visto especialmente resentido en los últimos años, y maximizar la representación autonómica aglutinando el voto es una opción a la que ahora, y según las citadas fuentes, sí podrían abrirse los liberales después de la inflexibilidad de Rivera en la cuestión, que en septiembre llegó a destituir a su número dos en Euskadi por negociar con el presidente del PP de Álava, Iñaki Oyarzabal, las líneas maestras para la alianza 'Vascos Suman'.

Algo parecido sucede en Cataluña. La formación naranja siempre ha tenido un mayor arraigo en este territorio que el PP -llegaron a ganar las elecciones en 2017 capitaneados, precisamente, por Inés Arrimadas-, pero el naufragio electoral ha lastrado también sus esperanzas en su potencial negociado, quedando superados en número de votos tanto por los populares como por Vox.

A la espera del 15 de marzo

Pese a comenzar a preparar el terreno para consolidar España Suma en determinados territorios, en Génova saben que Ciudadanos debe recomponerse antes de tomar decisiones de calado y para ese supuesto restan aún casi cuatro meses, salvo en el caso de que se convocasen unas terceras elecciones, que aceleraría el proceso de composición de los liberales.

Génova tendrá que esperar casi cuatro meses a que Ciudadanos se recomponga para plantear ofertas de fusión

Con todo, Casado insiste en ayudar a su socio prioritario. Lo demostró ofreciéndoles un puesto en la Mesa del Congreso y prestándoles sus votos aún sabiendo que la apuesta de los liberales, José María Espejo, no lograría sentarse en el órgano rector de la Cámara Baja por la negativa de Vox a colaborar con la propuesta del PP. Y continúa con los mimos a los naranjas facilitando ahora un senador para que Ciudadanos pueda formar grupo propio en la Cámara Alta y no queden diluidos en el Grupo Mixto donde sí estará Vox, tal y como informa El Confidencial.

Hasta el próximo 15 de marzo, fecha en que la V Asamblea General de Ciudadanos ratificará la nueva Ejecutiva y estrategia naranja, los azules tienen tiempo para, con paciencia, construir el sendero que les lleve a alumbrar su ambiciado proyecto de fusión.

Mientras, los naranjas atienden a sus batallas internas. Ahora, Ciudadanos está gobernado por una gestora continuista -el hombre fuerte es José Manuel Villegas y la portavoz es Melisa Rodríguez, del círculo de confianza de Arrimadas-, una lista votada a mano alzada en un bronco Consejo General, que se celebró el pasado 30 de noviembre y donde se vivieron momentos tensos marcados por la disconformidad de críticos como Francisco Igea o el murciano Miguel Sánchez con la falta de democracia en los procesos de votación.

Según ha podido saber El Independiente, el próximo Consejo General tendrá lugar en Madrid el próximo 21 de diciembre con el objeto de ratificar el acta anterior y de presentar enmiendas al reglamento regulador de las actividades de preparación para la celebración de la V Asamblea General, que contará, teniendo en cuenta los precedentes anteriores, con la oposición de destacados dirigentes que exigen una ruptura con la línea marcada a fuego por Rivera en el ADN del partido.

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