Unidad sin fisuras, al menos de momento. Esa es la imagen que ha querido abanderar el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y cuyo guante ha recogido el líder del PP, Pablo Casado. En el marco de un pleno extraordinario, en que el Ejecutivo debía explicar a sus señorías las medidas concretas dentro de la declaración del estado de alarma, el jefe del principal partido de la oposición ha respondido a la llamada de unidad que había hecho previamente el presidente con un inicio de discurso contundente: "Señor Sánchez, no está solo".

Casado ha autoenmendado este miércoles el alegato que ha primado en Génova en los últimos días, especialmente el pasado sábado, en que la crítica a la gestión del Gobierno eclipsaba todo llamamiento a la unidad institucional para combatir la emergencia sanitaria. "Esta batalla la afrontaremos juntos", continuaba el líder del PP durante su turno de réplica. "Debemos remar en la misma dirección".

Con todo, aunque con un tono menos bélico del adoptado en los últimos días, Casado ha vuelto a censurar la "falta de autocrítica" y, como lleva haciendo días, ha afeado que el Gobierno debía "haber actuado antes" para paliar el impacto de la crisis. Pero tras este órdago velado, la máxima autoridad de los populares ha reivindicado el "apoyo" que recibirá el Ejecutivo "en todo momento" de parte de su grupo parlamentario.

"Como le dije en privado va a encontrar más apoyo en nosotros que en sus socios de investidura. Si en algún momento le fallan, aquí estaremos", continuaba Casado, aunque sin especificar en ningún momento si el PP apoyaría los Presupuestos "extrasociales" que Sánchez quiere abordar una vez superada la crisis del Covid-19 y que ya cuentan con el apoyo de Ciudadanos. Asimismo, Casado ha pedido a Sánchez que "no le tiemble el pulso" y que el ejército se despliegue por todo el territorio nacional "sin sucumbir a presiones", incluida Cataluña.

En este sentido, y durante una intervención que se ha alargado casi una hora, Sánchez ha hecho un llamamiento a todas las formaciones políticas para apoyar unas cuentas de carácter extraordinario y que tienen como fin último servir de muro al impacto del coronavirus y la crisis económica que se espera que se produzca después. "Ya habrá tiempo de hacer oposición", subrayaba, en un mensaje dirigido no sólo a la derecha, sino también al soberanismo catalán que en estos días se ha desmarcado de la gestión de Sánchez, al que acusa de ejercer un 155 "encubierto" contra Cataluña. "Una pandemia no respeta mapas, territorios, colores, ideas ni fronteras", reivindicaba Sánchez. "Una pandemia como esta es un enemigo de todos".

Casado ha querido mostrar también su respaldo al paquete económico presentado este martes para paliar la crisis, en que el Ejecutivo ha incluido la movilización de 200.000 millones de euros, el 20% del PIB para evitar la recesión. No obstante, ha pedido a Sánchez que explique cómo conseguirá el Ejecutivo los 83.000 millones de euros correspondientes al sector privado y ha solicitado "más medidas de apoyo a los autónomos" y un "plan de choque fiscal" que no sólo lleve aparejado el aplazamiento del cobro del IVA, sino una bajada generalizada de impuestos.

La de este miércoles será otra de las imágenes que pasarán a la historia. Pedro Sánchez ha comparecido ante un hemiciclo prácticamente vacío y con la puerta cerrada a los periodistas. Una trabajadora se ha acercado a la tribuna para desinfectar el espacio después de la intervención de cada portavoz, entre los aplausos de los pocos diputados que han asistido a la Cámara Baja.

La crisis del coronavirus hace extraños compañeros de viaje, y en su decisión de no acudir a la Cámara Baja han coincidido los diputados de Ciudadanos, JxCat, Bildu y la CUP, en protesta porque la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, haya seguido adelante con la sesión presencial y no haya promovido un pleno telemático. La máxima autoridad de la cámara se acoge al artículo 70.2 del Reglamento del Congreso, que especifica que los portavoces parlamentarios deben intervenir "a viva voz" y desde "su escaño o tribuna".

Vox pide la dimisión de Calvo e Iglesias

El portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, ha sido el máximo representante de la delegación que el partido ha enviado este miércoles al Congreso, en sustitución de su presidente, Santiago Abascal, en cuarentena tras dar positivo en Covid-19.

Como hiciera Pablo Casado previamente, Vox ha querido cerrar filas en torno al Ejecutivo pero ejerciendo una crítica más dura que sus homólogos del PP, pidiendo la dimisión de los vicepresidentes primero y segundo, Carmen Calvo y Pablo Iglesias, porque "ni saben de España ni saben de salud". Del mismo modo, ha instado a "no ceder al chantaje de los que quieren mal a España".

Espinosa ha respaldado a Sánchez en la toma de medidas "que llevaba semanas pidiendo Vox", como el cierre de fronteras o la centralización de la Sanidad bajo un mando único, pero "más vale tarde que nunca". No obstante, ha censurado que, en el paquete económico de Sánchez, no esté previsto renunciar a las subidas de impuestos generalizadas recogidas en el acuerdo de coalición entre PSOE y Unidas Podemos. "Debe hacerlo", exigía.

Del mismo modo, Vox ha exigido medidas más contundentes para respaldar a los autónomos, uno de los sectores más afectados por la crisis sanitaria, así como una mayor dotación sanitaria. "Tenemos que proteger al personal sanitario, porque son ellos los que están en primera línea".

Vox compara a Iglesias con Stalin

No ha sido hasta la contrarréplica de Pedro Sánchez cuando el tono de Espinosa de los Monteros se ha tornado más bronco y ha enturbiado el consenso en torno a la bandera de la unidad que ha enarbolado el Congreso. "Le apoyaré en su lucha contra el virus, sí, pese a sus errores, pese a sus sesgo ideológico", apuntaba el dirigente de Vox, al tiempo que llamaba al Ejecutivo a asumir sus errores en la gestión de la crisis porque "todavía no he oído ningún perdón".

El portavoz de Vox ha acusado al Gobierno de esconder las cifras reales de afectados y usar los datos "en beneficio propio". "Se han reído de todos los españoles", continuaba, al tiempo que censuraba que Pablo Iglesias forme parte del gabinete de gestión de la crisis del coronavirus. "Iglesias siente por el pueblo español el mismo afecto y consideración que Stalin sentía por el pueblo ruso" porque "su única patria son ustedes", zanjaba.