Un par de horas antes de la comparecencia de Salvador Illa, el coordinador de Emergencias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, desvelaba, como cada día, el balance oficial del avance del Covid-19. A fecha de 25 de marzo, España había superado oficialmente a China en número de fallecidos por el virus, con 3.434 decesos respecto a los 3.287 registrados en el país epicentro de la pandemia. Los contagios ya sobrepasaban la cifra de los 47.600, un 21% más que el día anterior.

En el marco de una elevada demanda a nivel mundial de material y maquinaria para tratar a los pacientes diagnosticados que desbordan hospitales y agotan al también insuficiente personal sanitario, el Ministerio de Sanidad formalizaba este miércoles un macrocontrato millonario con China -por valor de 432 millones de euros- para importar un cargamento de equipos de protección individual -entre ellos 550 millones de mascarillas- así como test rápidos y equipos de respiración asistida, vitales para los enfermos más graves.

Aunque "toda ayuda será bien recibida", la medida llega tarde para algunas autonomías en que el virus está golpeando con mayor dureza. En varias regiones ya hace días que se han adelantado a los pasos del Gobierno y se están "buscando la vida", como declaraba el presidente andaluz, Juanma Moreno, en RNE el pasado martes, recurriendo a contactos con proveedores chinos y adquiriendo material por su cuenta, iniciativa que ya han seguido en Andalucía, Galicia, Madrid, Murcia o la Comunidad Valenciana.

Se trata de gestiones ajenas a los sistemas de compra centralizados en el mando único del Ministerio de Sanidad decretado por el estado de alarma que, aunque deben contar con la autorización de la autoridad competente, en este caso de Illa, en algunos casos se actuó al margen "por la falta de respuesta por parte del Gobierno" y la necesidad de suplir la crisis de material, como fuentes de la CAM referencian que ocurrió en Madrid, cuyo pedido a China por valor de 23,3 millones de euros quedó aprobado en un Consejo de Gobierno extraordinario a última hora del pasado domingo.

El ministro, por su parte, desmentía en varias ocasiones las críticas vertidas sobre el Ejecutivo por bloquear presuntamente material sanitario en las aduanas, y el pasado martes Moncloa daba vía libre a las "acciones de compra" de las autonomías para paliar el desabastecimiento, lo que evidenciaba las fisuras de la fórmula que, decreto ley mediante, abría la puerta a la centralización de las compras el pasado 10 de marzo.

Fuentes regionales apuntan a que el retraso en la movilización de capital para la adquisición de material sanitario y test rápidos, que se produce cuando están a punto de cumplirse 14 días del decreto del estado de alarma mientras los contagios no han dejado de dispararse en España y la situación en funerarias, hospitales y residencias de ancianos llegaba hace días que está en un punto crítico no se debe a una decisión estudiada, sino que responde más bien al caos con que ha afrontado Sanidad la crisis.

Y es que, como referencian las citadas fuentes, el Ministerio de Sanidad "lleva más de 20 años sin gestionar las competencias sanitarias" atribuidas a las comunidades autónomas y, a nivel interno, no se supo prever que el equipo y los mecanismos con los que contaba Salvador Illa eran "incapaces" de asumir tal carga de trabajo y gestión tras dos décadas sin ejercer tales competencias, a lo que se suma la "dificultad" de asumir en un mando único las particularidades y necesidades de 17 regiones.

Apuntan además que la ejecución de la ingente adquisición de material sanitario anunciada este miércoles por Salvador Illa se ha retrasado porque no ha sido hasta hace unos días que Moncloa ha autorizado la "intervención" de personal procedente del Ministerio de Hacienda y de otras carteras "más preparado" para ocuparse de esta transacción ante un Ministerio de Sanidad "que estaba completamente desbordado".

Desde las autonomías, sobre todo de las gobernadas por el PP, se habla también, tanto en público como en privado, de "negligencia en la gestión" por no saber prever a tiempo la magnitud del problema de desabastecimiento pese a los continuos avisos de falta de suministros por parte de los diferentes territorios.

La última semana de febrero, clave en los contagios

La compra centralizada de material sanitario llega justo un mes después de que se produjese el primer "contagio importante". El propio Illa reconoció este miércoles que la última semana de febrero, la previa al 8M, fue clave en el contagio masivo que ha derivado en casi 50.000 casos y más de 3.400 muertes, según cálculos del equipo de Gobierno.

El responsable de Sanidad justifica los retrasos que censuran en la oposición argumentando que el Gobierno ha repartido ya casi seis millones de mascarillas y que la adquisición gubernamental "complementa" a las que han realizado distintas comunidades autónomas. Desde la Comunidad de Madrid informan que entre el martes 24 y el miércoles 25 han recibido únicamente un total de 56.000 mascarillas.

Además, defiende que desde el Ejecutivo se está promoviendo la fabricación nacional de los productos también demandados a China, y se está activando la colaboración del resto de regiones con Madrid, que registra la situación más crítica.

Aunque "tendremos una primera entrega de materiales esta semana", detallaba Illa, lo cierto es que restan semanas para que el cargamento completo llegue a España. Los cálculos de Sanidad apuntan a que las mascarillas "comenzarán a llegar ya" y lo seguirán haciendo en las próximas ocho semanas; los 5,5 millones de test rápidos lo harán entre marzo y abril; los 11 millones de guantes, también durante las próximas cinco semanas; mientras los 950 equipos de respiración asistida encargados irán llegando progresivamente entre abril y junio.