La coalición en Madrid se resquebraja por momentos. La trifulca de ayer entre los socios en el Gobierno regional, en este caso por la falta de consenso respecto a cuándo debía Madrid abandonar la fase 0 de la desescalada dio cuenta de las tensiones internas que vienen manifestándose desde el comienzo de la crisis sanitaria y que se han intensificado a cuenta del órdago lanzado desde el PSOE madrileño de buscar grandes acuerdos autonómicos -también presupuestarios- y que secundan en Ciudadanos pero rechazan en el PP.

El último movimiento de Ciudadanos a nivel nacional levanta también suspicacias sobre los derroteros que puedan tomar los pactos autonómicos de naranjas con populares -gobiernan juntos en Andalucía, Madrid, Murcia y Castilla y León- tras confirmar Arrimadas el retorno de los liberales al centro político pactando de nuevo con los socialistas tras meses de veto y desmarcándose formalmente de la vía tomada por PP y Vox.

Las direcciones de PP y Cs apuestan por la continuidad de la coalición en Madrid, al menos hasta el final de la legislatura

Desde la disputa por la gestión de las residencias, con desmentidos y filtraciones de parte de ambas formaciones, hasta la falta de consenso respecto a los pactos a nivel nacional y regional, pasando por las críticas por el afán de protagonismo de sendos líderes que destacan tanto en uno como en otro bando, es evidente que las discrepancias entre Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado son muchas. La tensión, palpable. Pero las direcciones de ambos partidos amarran en corto la coalición en Madrid y suben la apuesta por la alianza, vinculando las voces sobre división a la "rumorología" y negando toda suerte de ruptura, al menos en lo que dure la legislatura.

Lo confirman fuentes cercanas a la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, que asumen con "tranquilidad" las discusiones en el seno del Gobierno regional y destacan la "solidez" de los pactos con el PP en Madrid. "No va a haber ruptura", subrayan, al tiempo que apuestan por la continuidad de la alizanza con los populares tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad.

La misma tónica enarbolan en Génova, donde comparan la relación entre PP y Ciudadanos en la Comunidad de Madrid con la de PSOE y Unidas Podemos en el Gobierno central. Niegan que esté encima de la mesa la palabra "elecciones" -respecto a un hipotético adelanto electoral a propuesta de la propia Ayuso ante el repunte en las encuestas, ya que en algunas de ellas roza la mayoría absoluta- ni tampoco existe "preocupación" por una ruptura de puentes, aunque sí censuran las ganas de "protagonismo" del presidente Aguado a tenor del último roce con Ayuso. Pero "no hay riesgo absolutamente de nada. Cada uno juega sus bazas" y no atienden a rumores que "intentan desestabilizar al Gobierno".

Dentro de la Comunidad de Madrid, fuentes del PP regional apuntan que sería "una gran sorpresa" que Ciudadanos optase por el camino de la moción de censura para pactar con el PSOE. Conscientes de que será difícil "llegar a acuerdos" por los "muchos tumbos" que aseguran estar dando los liberales, afirman que, con todo, el de la moción sería "un bandazo demasiado significativo" que "les puede hacer peligrar" y ahora mismo "no están en eso", de modo que confían en ese apoyo al menos hasta el final de la legislatura.

"Hay muchos intereses en que este Gobierno esté dividido, pero no nos van a encontrar ahí. Hay discrepancias, como en todas las familias, pero seguiremos trabajando codo con codo", reiteraba el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, en una entrevista para Onda Cero. Reconocía el dirigente regional los choques existentes en su relación con Díaz Ayuso, pero "se puede convivir con ellos". Y trataba de zanjar la polémica al término de la tarde del miércoles aseverando que en la Comunidad hay "un programa de Gobierno claro y una voluntad de permanecer unidos".

El próximo reto que tendrán que enfrentar los socios de Gobierno vendrá, casi con toda seguridad, la próxima semana, fecha en la que los naranjas emplazan la celebración de una mesa en la que intentarán sentar tanto a Ayuso como a Gabilondo para "pensar en el bien común" y "llegar a grandes acuerdos". Una tarea que se estima complicada dada la reiterada negativa de la presidenta regional porque "yo no pacto con el desastre". "Lo que necesita Madrid es bajar impuestos, creer y fomentar la colaboración público privada y ayudar a los autónomos y a las clases medias y bajas con más libertad y con más empleo y eso es justo la dirección contraria", rechazaba el pasado lunes.