Manteniendo la distancia social de dos metros entre manifestantes, en espacios o calles que no podrán tener un ancho inferior a los 20 metros, con mascarillas y extremando la higiene manual con el uso geles hidroalcohólicos, estáticas y sin pancartas compartidas. Así propone la Generalitat que sean las manifestaciones en tiempos del coronavirus. Y así lo planteará ante el Gobierno, para recuperar la potestad de autorizar manifestaciones en Cataluña.

"Nos preocupa mucho la seguridad de las personas, pero también preocupa, y mucho, que alguien pueda intentar laminar los derechos de los catalanes" ha argumentado este viernes el conseller de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, quien ha asegurado que "con estas medidas no hay motivo para prohibir una manifestación". Buch ha explicado estos "seis ejemplos" entre las medidas que su departamento planteará mañana en la reunión del Procicat -comité de emergencias médicas de la Generalitat- para fijar el modelo de manifestaciones en tiempos de coronavirus.

"Somos muy conscientes de la complejidad de la situación que vivimos pero también somos muy conscientes de que no se pueden vulnerar los derechos fundamentales, y el derecho de manifestación está protegido por la Constitución ha insistido Buch, cuyo objetivo último es recuperar la competencia en la materia para tener la última palabra en la autorización de manifestaciones.

Al margen de las fases y la Diada

Buch ha señalado que, en estas condiciones, la autorización de manifestaciones debería desligarse de las fases de la desescalada y ha puesto como ejemplo las concentraciones celebradas en algunas ciudades de Alemania o Portugal como ejemplo de que el derecho de manifestación debe poderse seguir ejerciendo.

El conseller ha negado que esta iniciativa tenga que ver con los proparativos de la tradicional manifestación por la Diada del 11 de septiembre, para la que la Asamblea Nacional Catalana (ANC) ha empezado a calentar motores. Tampoco tiene nada que ver, asegura Buch, con las recientes manifestaciones en el barrio de Salamanca de Madrid.

"No hay ningún motivo especifico, desde el primer momento estamos preocupados por cómo nos adecuamos a las nuevas medidas, es difícil explicar que nos podamos mover y no manifestarnos, hace semanas que trabajamos en esto para velar por los derechos de los catalanes".

Sin embargo la Generalitat ha sido durante los últimos meses extremadamente laxa a la hora de permitir concentraciones del movimiento independentista, que de hecho se han alentado desde el propio Govern. La semana posterior a la publicación de la sentencia del procés fue el culmen de esas manifestaciones, que concluyeron con importantes incidentes violentos en Barcelona. Pero la capital catalana ha seguido sufriendo cortes de tráfico como el de la Meridiana hasta que el estado de alarma retiró el control sobre esta materia al gobierno catalán.