Mi paisana María Gámez, directora de la Guardia Civil (quizá todavía), ha dicho que los “cargos cimbrean” y es como si hubiera destituido al coronel López de los Cobos por sevillanas. En este año que no ha habido Rocío, quizá han cambiado los juncos bautistas de la marisma, los talles de espartero de las muchachas y las campanillas de esos bueyes hinduistas por un coronel que tintinea igual o más, como una Virgen con manto de monedas. En el documento reservado que ha desvelado El Confidencial, firmado por ella, debería haber puesto eso, que el coronel cimbreaba, como un instrumento africano, como un cargamento de marfiles, como una puesta de sol marinera, como un pájaro de cimbel, y que así no se puede llevar la Guardia Civil, como si fuera una danzarina zíngara. Pero Gámez puso la verdad y ahora los que cimbrean como cocoteros son ella, Marlaska y hasta Sánchez.

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