Giro en la estrategia política de Vox hacia sus competidores más directos, que establece un cese en las hostilidades contra el Partido Popular (PP) de Alberto Núñez Feijóo hasta nuevo aviso. Así lo ha fijado la dirección nacional del partido, y estará vigente al menos hasta que se supere la ofensiva judicial iniciada en el Tribunal Constitucional (TC) contra las últimas reformas aprobadas por el Gobierno y la mayoría de la investidura el Congreso de los Diputados, que, no obstante, ha quedado paralizada. Estas son la derogación de la sedición y la implantación de un delito de desórdenes públicos agravados mediante proposición de ley, y la rebaja de las penas de prisión por malversación o los cambios en las leyes del Poder Judicial vía enmiendas. Un rechazo a estas modificaciones del Código Penal y en el ámbito de la Justicia que se ha traducido en dos recursos de amparo con medidas cautelarísimas por parte de PP y los de Santiago Abascal.

Después de una jornada extensa, en la que el TC ha admitido a trámite el recurso de amparo con medidas cautelarísimas del PP, Vox confiaba en que el Alto Tribunal interviniera para obligar al Gobierno a cambiar el procedimiento para tramitar esos contenidos integrados en enmiendas. A través de un proyecto de ley previa aprobación en Consejo de Ministros o por proyecto de ley. Suspendida la tramitación de proposición de ley en el Senado, la fecha límite para esta rebaja del tono contra el PP se estima para enero, cuando Vox quiere plantear la moción de censura contra Pedro Sánchez en la cámara baja. Ya con una victoria judicial de la oposición frente al Ejecutivo.

Desde la sede nacional creen que será el mes que viene cuando el jefe de Gobierno impulse una nueva batería de medidas de índole social con la que encarrilar las candidaturas electorales de mayo y situar en un segundo plano el escándalo derivado de los cambios exprés realizados. Por el momento, está previsto que el 29 de diciembre Sánchez anuncie el nuevo decreto anticrisis. Hasta entonces, fuentes de la cúpula de Vox advierten que "ahora no podemos manifestar ningún enfrentamiento" sino mostrar músculo y opciones de ser alternativa. Porque, de no hacerlo, el único beneficiado será el presidente Sánchez y el independentismo, detallan en Bambú.

Ese fundamento, desde Vox, se extiende también a la moción de censura. Los de Abascal consideran que los movimientos de "presión" al TC por parte del Gobierno, y en especial el llamamiento de Unidas Podemos a no acatar el pronunciamiento de los magistrados en el caso de aceptarse las cautelarísimas exigidas por PP y Vox, pueden hacer cambiar a Feijóo de opinión en lo que respecta al empleo de esta herramienta parlamentaria. Más al calor de las declaraciones hechas por el propio líder popular en la Junta Directiva Nacional que se ha celebrado este lunes en Génova, en las que ha asegurado que llegará "hasta donde haga falta para cumplir y hacer cumplir la Constitución" y defender "los pilares de la democracia". Ello, para los de Abascal, puede traducirse a una mayor aproximación para apoyar la moción. También que Feijóo ya hable del PSOE como de un partido "fuera de la Constitución".

Vox cree que no es momento de manifestar ningún enfrentamiento con el PP, porque ello solo favorecería a Sánchez

En Bambú indican que Feijóo ya ha dejado claro cuál es su posición respecto a la moción de censura: rechaza promoverla y mucho menos encabezarla. Así se lo hizo saber a su homólogo Abascal la semana pasada a través de un mensaje de WhatsApp, transcurridos varios días de un primer mensaje del presidente de Vox. Pero entienden esas posturas como enmarcadas en un escenario anterior. "A dicho 'no' a Abascal y 'no' a presentarla conjuntamente con la firma", pero ahora "el camino lógico es que el PP apoye la moción con un candidato independiente" para marcar oposición a Sánchez, señalan fuentes de Vox. Todo, pese a estar la moción abocada al fracaso por no existir una mayoría alternativa. Es decir, que el único contexto de coincidencia de Feijóo con Abascal sea de manera indirecta y a través de una votación parlamentaria de su grupo. Por el momento, la posición a la que el PP estaría dispuesta a abrirse ante este "asalto institucional y contra la división de poderes", como lo tildan, es a la de la abstención. Aunque hasta ahora han intentado convencer a Vox para que dejen aparcada la idea de moción.

Este replanteamiento de la táctica electoral que Vox, en apariencia menos beligerante, se da cinco días después de que el PP optara por un gesto más utilitario frente a la pinza de presión desarrollada por Abascal -así como por Ciudadanos- instándole a participar en la moción contra Sánchez como candidato. "Todos los grupos con los que se ha hablado creen que Feijóo debería encabezarla", aseguran fuentes conocedoras de las negociaciones. También después de semanas de presión y pinza junto a Cs exigiendo a Feijóo asumir responsabilidades por su papel de principal líder de la oposición al delegar este cualquier actuación a una futura victoria electoral en la que revertir los cambios de sedición. Algo, que ha beneficiado electoralmente a Abascal en las encuestas publicadas desde mediados de noviembre.

Vox anunciará sus listas electorales este jueves

El próximo jueves Vox despejará la incógnita de sus listas para los comicios locales y autonómicos de mayo. Al menos los candidatos que las encabezarán para optar a las presidencias regionales o a la alcaldía de las capitales de provincia. Vox se adelanta así al PP, en cuyo seno hay incertidumbre por la tardanza de Génova para anunciarlas. Hay múltiples dudas alrededor de ellas, especialmente sobre qué personalidades concurrirán como 'número uno' en aquellos feudos donde Vox tiene opciones de condicional la gobernabilidad del PP e incluso de repetir la fórmula de Castilla y León. Ellos son la Región de Murcia, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana. También si Rocío Monasterio, como se prevé, repetirá nuevamente la pugna contra Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid. Hasta el momento, solo se ha definido al vicepresidente Javier Ortega-Smith como candidato al ayuntamiento de Madrid.

Quien más perfilada estaría de cara a esas candidaturas sería la diputada toledana Inés Cañizares para las urnas en Castilla-La Mancha, quien ejerce ahora de portavoz adjunta en el Congreso. Todo, en un intento de entrar en un gobierno de coalición junto a Paco Núñez e impedir que Emiliano García-Page continúe. Tras la apuesta fallida de Macarena Olona en Andalucía como candidata paracaidista, Cañizares sería la única excepción a la norma. El resto de aspirantes tendrían un perfil bajo para dar protagonismo a las siglas, como siempre ha hecho el partido y lo que permitió a un desconocido Juan García-Gallardo obtener la vicepresidencia de la Junta castellanoleonesa. El pronunciamiento de Vox sobre sus listas llegará, en todo caso, un mes más tarde de lo que se estimaba, algo atribuido a los problemas que el partido ha tenido en zonas como Alicante, con múltiples fugas de militantes.