El nuevo barómetro del CIS de abril ha dejado algunas claves sobre el clima electoral de cara a las generales del próximo mes de diciembre, como que la líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, arrebata algo más de medio millón de votantes al PSOE o más de un millón a Unidas Podemos, principal nicho de electores del que se nutre su plataforma. La medición del instituto público de demoscopia que dirige José Félix Tezanos también deja algunos datos interesantes sobre Vox en esta nueva oleada mensual. Frente a las anteriores elecciones nacionales de noviembre de 2019, del 10-N, la media de edad de votantes del grupo de Santiago Abascal ha disminuido. Igualmente, se refuerza entre el público masculino y entre los nuevos votantes. De hecho, es el partido que más capitalizaría el voto de las personas que lo ejercerán por primera vez en unas generales en diciembre.

Vox, que obtuvo 3.656.979 votos en las anteriores generales, ha pasado de tener su mayor incidencia entre las personas de 35 a 44 años y en siete de cada diez hombres, a ser preferido ya a día de hoy por solo dos de cada diez mujeres y los votantes de 18 a 24 años; entre quienes tiene más repercusión. A nivel socioeconómico, más de la mitad acreditan tener una buena situación económica frente a dos de cada diez votantes, que la califican de mala. El nivel de estudios entre los votantes de Vox, en un 42,9%, es universitario, repartidos el resto entre FP, Bachillerato y Secundaria, sobre todo. Asimismo, entre las profesiones que tiene más influencia Abascal están en un 38,5% de sus votantes son militares o trabajan en algún cuerpo policial. Cerca, un 27%, trabajan en el sector primario.

En cuanto a trasvase de voto, Vox, en comparación con otros sondeos privados, deja de ser la fuerza con mayor fidelidad de sufragio. Lo es el PP por un par de puntos más. Vox sí retendría al 71,5% de los ciudadanos que eligieron su papeleta el 10-N, mientras que el 20,6% iría a la candidatura de Alberto Núñez Feijóo. Pero destaca, sobre todo, que Vox sería el partido más influyente entre los nuevos votantes que cumplieron la mayoría de edad entre diciembre de 2019 y noviembre de 2021. Según el INE, entre esas fechas y de manera aproximada, se produjeron en torno a 1.780.000 nacimientos que se compensaron en cifras aproximadas a las defunciones.

Concretamente, Vox tendría repercusión en un 20,1% de esos 'nuevos' electores que en su mayoría podrán ya participar en este ciclo de municipales y autonómicas. Eso, traducido en datos, serían unos 357.000 jóvenes. El grado de adhesión es significativo teniendo en cuenta a otros partidos. Es sabido que el PSOE atrae más apoyos desde el ámbito pensionista: se ven respaldados en un 59,7% por mayores de 64 años. El PP también, aunque en menor medida, siendo sus votantes en esta horquilla de edad del 45,4%. Los populares encuentran mayor repercusión entre los 35 y los 64 años, siendo éste un 63,4% frente al 58% de los socialistas. Los dos 'brazos' del bipartidismo, en conjunto, sí sumarán más voto juvenil, pero el PSOE lo hará con un 15,3% y el PP con un 14,2%; más de 272.000 y 252.000 respectivamente.

La excepción de Vox, con todo, se ve igual de definida en comparación con los nuevos partidos. Sumar, que supone la novedad en el tablero político, conseguiría el apoyo del 5,7% de nuevos votantes (101.460). Podemos, de quien emerge y está por ver si irán en confluencia, obtendría el 4,6% del respaldo juvenil (81.880) y Ciudadanos carece de tirón en un momento de declive y en el que su supervivencia no está garantizada. El CIS no aporta ningún dato. Sorprende, eso sí, que tras la simpatía que les genera Vox, un 15,5% de indecisos ocupen la segunda plaza.

Incertidumbre económica e inseguridad laboral

Mientras que el CIS no aporta las razones que mueven a dos de cada diez nuevos votantes a refrendar a Vox, sí que podemos advertir cuáles son las principales preocupaciones de los más jóvenes españoles y atar cabos. Son la crisis económica, el paro y los problemas de índole político, algo que, no obstante, no desentona del resto de grupos de edad. Una de las explicaciones que pueden aportarse del por qué gusta Vox más que otras formaciones, es la novedad. Con la crisis del bipartidismo, los jóvenes más inclinados a la izquierda emigraron en masa a Podemos y los de derecha lo hicieron a Ciudadanos. Abordaban cuestiones fundamentales como el empleo y la crisis de representación tras una etapa de precariedad, desempleo y desprestigio institucional por los recortes a consecuencia de la crisis económica. La enarbolada regeneración. En el eje de la derecha, hoy, con los naranjas fuera de juego y el PP bajo un liderazgo más adulto y convencional; es Vox, por ser la novedad en la legislatura y la fuerza más tardía en dar un salto adelante, quien genera más atractivo en los que votarán por primera vez.

El PSOE atraería a 272.000 nuevos votantes jóvenes y el PP a 252.000. Ciudadanos, en declive, no alienta el voto y Sumar y Podemos movilizarían a 101.400 y 81.800 respectivamente"

En la línea de esas preocupaciones publicadas por el CIS, un sector social que ha finalizando sus estudios básicos y atraviesa su última etapa de formación antes de dar el salto laboral, se ve interpelado ante un discurso cimentado en la incertidumbre y el miedo. Uno de los principales fuertes de Vox es agitar la inseguridad, y aunque va más enfocado a las calles y relacionada con la inmigración, también acaba vinculada con el empleo y la seguridad económica. Por poner un ejemplo, en las pasadas elecciones presidenciales de Francia, la socia derechista de Vox Marine Le Pen fue quien más voto recogió entre los jóvenes frente a Macron y el resto de partidos conservadores. Un 28% comparado con el 20% del presidente y muy superior a Los Republicanos. A al extremo izquierdo, Mélenchon hizo lo propio con un 31% que se justifica por el desplome de los socialistas y la poca influencia de los verdes.

Al margen de lo económico, el discurso nacionalista y anti inmigratorio, contrario al ecologismo y la lucha contra el cambio climático, o antifeminista, choca al tener en cuenta la valoración de esos asuntos como problemas entre los menores de 24 años. La inseguridad preocupa al 3%; a un 3,2% la inmigración, siendo mayor el dato en edades superiores. Un contraste importante es que entre ese primer grupo de edad están más concienciados, en un 4,7%, con la protección medioambiental. Un punto por encima del resto, y tres en comparación con los mayores de 71 años.

Se debe tener en cuenta otro factor relevante de aproximación al público juvenil: las redes sociales. Vox el partido con más seguidores en Instagram, la principal red social, junto a Tik Tok para los jóvenes. Y transmite valores e ideología con contenido audiovisual ameno. Frente a los 137.000 y 35.000 del PP respectivamente, Vox suma 643.000 y 130.000. Podemos, por ejemplo, sí supera a los de Abascal en redes como Twitter, aunque ha habido momentos en los que Vox lo ha superado. Los partidos tradicionales, sí es cierto que han intensificado el cuidado y la acción política a través de estas plataformas. Dado que, con anterioridad, se usaban como simple replicador de contenido ya dicho públicamente. Sorprende, en cambio que la edad de los representantes parlamentarios supera en la mayoría de los casos los 40 años.

Vox, ante una coyuntura y no una norma

Hay excepciones, dependiendo del ámbito electoral, que dejan ver que Vox no incide entre el voto juvenil de igual manera, y que lo sitúan como un elemento coyuntural. La Comunidad de Madrid, es un ejemplo claro. En las pasadas elecciones, la actual presidenta Isabel Díaz Ayuso, del PP, concentró exitosamente buena parte del voto juvenil. En detalle, la líder popular se hizo con cuatro de cada diez votos de las personas con edades comprendidas entre los 18 y los 34. Vox incidió en una de cada diez, frente al 40% que aglutina ahora a nivel estatal.