La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dirige todas las semanas un gabinete de crisis sobre el desafío catalán junto a la Abogacía del Estado, sanedrín al que se unen otros representantes de la Administración central en función de las necesidades y órdagos de cada momento. Desde que Sáenz de Santamaría recibió el encargo de Mariano Rajoy de ocuparse de la cuestión catalana, fiel a su costumbre, se ha volcado en el intento de resolución de un conflicto que no hace más que enconarse pero para el que se tienen "previstas y preparadas todas las medidas", afirman fuentes de Moncloa que admiten el pesimismo que se ha instalado en las últimas semanas.

Representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de Fiscalía General, de los Ministerios de Justicia, Interior y Hacienda y el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, forman parte, entre otros, de la larga lista de convocados estos meses para ir dando respuesta a la escalada independentista, muchas veces más "conforme a criterios técnicos" que políticos. Se trata de "gente que dé ideas y aporte información" para intentar responder a cada desafío y tener al detalle cuáles pueden ser los pasos siguientes del presidente de la Generalitat y de su "número dos", Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, respectivamente, lo que no resulta nada fácil.

Fiscalía, FSE, Ministerios de Justicia, Interior o Hacienda y delegación del Gobierno en Cataluña, han participado en las reuniones

De estos procesos del gabinete de crisis nacen medidas como la que trascendió el pasado viernes durante la rueda de prensa del Consejo de Ministros, en que se conoció que Hacienda puso en marcha un mecanismo de control reforzado a la Generalitat para que cada semana rinda cuentas sobre a qué dedica cada euro de su presupuesto. El objetivo es evitar que se desvíen partidas a la organización de la consulta ilegal tras detectar un incremento de 6.000 euros en un programa destinado a "organización, gestión y seguimiento de procesos electorales”. El titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, llevó esta medida el mismo viernes por la mañana a la comisión delegada de asuntos económicos, propuesta que ya conocía la vicepresidenta y que, de hecho, fue la que  lo notificó al resto de los ministros.

Ya por la tarde, también Sáenz de Santamaría se puso en contacto con el secretario de Política Territorial del PSOE, Patxi López, y con el líder del PSC, Miquel Iceta, con el que mantiene una relación excelente, para explicarles la decisión tomada, respecto a la que han sido muy críticos los socialistas, que no la conocían de antemano.

Santamaría explicó a los ministros, al PSOE y al PSC las medidas para incrementar el control de las cuentas catalanas

La consigna sigue siendo la de ser "cautelosos" o, como dice de forma muy gráfica otra fuente gubernamental, "tener más paciencia que un santo", para que ningún paso del Ejecutivo central "sea interpretado en clave de sacar los tanques a la Diagonal", aunque hablemos en sentido figurado.  Este gabinete de crisis trabaja "con distintos escenarios, desde el más pacífico", ya superado por los hechos, "al más radical", esto es, que el núcleo duro de los independentistas, una vez apartados los "tibios" (Baiget, Jané, Batllé...) "está dispuesto a llegar hasta el final, quieren convocar y celebrar la consulta" del 1 de octubre.

El PP recuerda que es "irrelevante" lo que diga Puigdemont de su posible inhabilitación

Precisamente, sobre el más que avisado desacato de Puigdemont al Constitucional si éste le inhabilita para cargo público, -tal y como ha afirmado en una entrevista al diario francés Le Figaro-, el "número tres" del PP, Fernando Martínez-Maillo, ha destacado que la posición del president "es irrelevante" puesto que "no le quedará más remedio que aceptarla y cumplirla como cualquier español"  y como, por otro lado, "le ha pasado a Artur Mas y a otros", en referencia a Francecs Homs, Irene Rigau y Joana Ortega.

Escuela de verano del PP en Cataluña

Precisamente, el comité de dirección del PP, en una cita a la que no acudió Mariano Rajoy, acordó ayer celebrar la escuela de verano del PP en Cataluña el 15 y 16 de septiembre. Significa que arrancará cuatro días después de la Diada, -el 11 de septiembre que el independentismo quiere que sirva para calentar motores-, y apenas una quincena antes de la tan traída y llevada consulta ilegal. El presidente del Gobierno tiene previsto participar en esas jornadas de su partido.

Además, Maillo ha explicado en rueda de prensa que la intención del PP es seguir informando al PSOE de las medidas que adopte el Gobierno sobre Cataluña pero que "no dejaremos de tomar las decisiones que tengamos que tomar" al tiempo que ha reclamado a los socialistas que "se aclaren" porque cuestiones como la "plurinacionalidad", dice, "no sirven de nada" y solo contribuyen "a que se líen consigo mismos".