La reunión el próximo miércoles de la llamada "mesa de diálogo" con el ejecutivo de la Generalitat, fue fruto de un acuerdo previo entre el presidente y el vicepresiente segundo del Gobierno, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, respectivamente. Aunque no se producirá en la fecha que habían pactado, esto es, el lunes 24, por la negativa de Quim Torra a dar por buena la propuesta de Moncloa, lo cierto es que más allá de la coordinación interministerial, donde han surgido algunos escollos, la política parece funcionar al 100 por cien.

La cita de los lunes en Moncloa, de 9 a 10 de la mañana, que reúne a Sánchez, a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo; al ministro de Transportes, José Luis Ábalos; al director de gabinete de presidencia, Iván Redondo; a la portavoz parlamentaria socialista, Adriana Lastra, y al secretario ejecutivo de Coordinación Territorial de Ferraz, Santos Cerdán, por parte del PSOE, y a Pablo Iglesias y a la ministra de Igualdad, Irene Montero, del lado de Unidas Podemos, se ha convertido en el eje vertebrador de la colaboración del Gobierno de coalición y marca, en muy buena medida, el actual grado de complicidad entre Sánchez e Iglesias tras las invectivas que se han cruzado.

Iglesias intervino en la crisis con ERC cuando Moncloa quiso aplazar la mesa de partidos

No sólo le ha incorporado a dicha "mesa de diálogo" con la Generalitat, cosa que le comunicó en el retiro "espiritual" de Quintos de Mora el pasado día 8, sino que coordinan la respuesta política en muchos asuntos, según fuentes del Gobierno. De hecho, se ha intensificado su papel tras la crisis que Moncloa desató el 30 de enero cuando anunció que la mesa de partidos pactada con ERC se aplazaba a después de celebradas las elecciones autonómicas catalanas.

Fue entonces cuando Iglesias recomendó a Sánchez que rectificara y aprovechara el encuentro en Moncloa, ya cerrado, con el portavoz parlamentario de los independentistas republicanos, Gabriel Rufián, para comunicarle que los planes seguían adelante.

Y así, aunque Iglesias se comprometió a dejar la cuestión territorial en manos de Sánchez, el líder de Podemos se ha convertido en uno de los eslabones más importantes de la cadena de mando gubernamental también en esta cuestión, aún a sabiendas el líder de la Moncloa que tanto Iglesias como el ministro de Universidades, Manuel Castells, que también formará parte de esa mesa, son partidarios de una consulta de autodeterminación en Cataluña.

No habrá mediador "pero Castells tiene prestigio internacional y es empático"

Precisamente, el representante de los Comunes en el Congreso de los Diputados, Jaume Asens, destacó de Castells que no sólo es un hombre comprometido con la mesa de diálogo sino que tiene "prestigio internacional y categoría intelectual y académica", casi elevándole a la categoría de "relator" o "mediador" que los ex convergentes han reclamado y que tanto PSOE como ERC en sus conversaciones decidieron aparcar por tratarse de una "figura quemada".

Incluso Asens dijo al respecto que se trata de una "pantalla pasada, en un momento donde el diálogo estaba roto. Ahora hay un Gobierno con disposición a hablar, por tanto es un fetiche que está construyendo el señor Torra como excusa para obstaculizar el buen funcionamiento de esa mesa de diálogo".

En definitiva, ahora mismo hay que ir con propuestas nuevas y cuando hay voluntad de diálogo "no hace falta que haya un mediador". Añade Asens sobre Castells que alguien como él, "que conoce las claves del conflicto catalán, puede ser muy útil porque puede aportar su experiencia y su conocimiento. Es una persona empática, que conoce a muchos de los protagonistas principales del conflicto en Cataluña y por lo tanto creo que puede ser un actor clave en esa mesa".

El Gobierno enfría la cita

Pero desde el Gobierno enfrían en muy buena medida el entusiasmo de sus socios de Gobierno. Pedro Sánchez advirtió este jueves desde Bruselas -a donde acudió a la reunión del Consejo Europeo sobre la PAC- que "vamos a una negociación muy larga, muy prolongada en el tiempo como consecuencia de muchos temas que se han ido anquilosando por la falta de diálogo de las anteriores administraciones".

Tras insistir en la "complejidad" de la negociación, abogó por hablar "en primer lugar de las cosas en las que podemos llegar a un acuerdo de manera mucho más fácil, no empezar por las conclusiones sino por aquellas cuestiones que podemos estar más de acuerdo", insistió. Del resultado de la cita depende en muy buena medida la votación del techo de gasto, que va el jueves al Congreso, y, con ello, la posibilidad de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado de este año.