Aún no sabemos cómo quedarán los trabajadores luego, pero la reforma laboral se va a derogar, se va a modernizar, se va a actualizar, se va a reformar en precioso círculo virtuoso o irónico, e incluso contempla uno que se quede exactamente igual después de pasearla por todo el tesauro de la Real Academia o por el rosco de Pasapalabra. Al obrero me lo imagino últimamente muy semántico, concernido y desvelado por la semántica del asunto, porque no es lo mismo presentarse en el curro modernizado, derogado, actualizado, enjabonado o estafado. El trabajador está que no sabe si ponerse mono o luto esproncediano, gafas de soldar o quevedos; no sabe si ir a por el coche o a por la parejita, no sabe si afiliarse al sindicato o al Atlético, ahí pendiente de si lo suyo se deroga, se moderniza, se voltea o se redora. Es cosa de poetas afanarse por esa palabra justa que puede cambiar la historia y el amor. Lo que no sé es cómo le puede ir al trabajador con un Gobierno de tan sutiles poetas.
Todas las claves de la actualidad y últimas horas, en el canal de WhatsApp de El Independiente. Únete a nuestro canal de Whatsapp en este enlace.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Amancio Ortega ingresa la mitad de los 2.845 millones de euros que le corresponden por dividendo de Inditex
- 2 Puigdemont reclama el 100% de los impuestos porque "los catalanes pagan el presupuesto de Ayuso"
- 3 Brahim Ghali vincula el giro en el Sáhara al espionaje marroquí a Sánchez y su esposa
- 4 La Universidad de Salamanca congela la cátedra patrocinada por el régimen marroquí
- 5 Cebrián: ""El País está absolutamente en manos del Gobierno"
- 6 Puente aviva su ataque a Milei con un pullazo a Feijóo: "Es imposible distinguirle de la extrema derecha"
- 7 El asalto a la ratonera de Rafah con el que Israel completa la destrucción
- 8 “Yo, Pedro”: el arma de doble filo del hiperliderazgo del presidente
- 9 La locura del Dépor en 1ª RFEF: entradas más caras que en la semifinal de Champions y lleno en Riazor