La pugna por el poder orgánico en el PP de Madrid no llegará hasta "antes de otoño", en palabras del propio Pablo Casado, pero hace semanas que las aguas bajan revueltas porque la reestructuración del partido en Madrid, aunque se pretenda ordenada, puede dar más de un quebradero de cabeza a la dirección popular. Isabel Díaz Ayuso cree que es natural que sea ella quien tome los mandos del PP de Madrid, como ocurre con los barones del resto de autonomías del partido. El problema es que no todos lo ven tan claro. En la dirección se apuesta sin ambages por un candidato más próximo al núcleo de Génova para evitar cometer "los errores del pasado" y que Casado termine arrepintiéndose de la acumulación de poder orgánico de su propia apuesta personal.

En su momento se especuló con la posibilidad de que fuese el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida a quien lanzase la dirección para la presidencia de la formación en Madrid. El regidor ha ido ganando enteros desde que comenzó la pandemia y cuenta con ese tono moderado y alejado de la confrontación que caracteriza al proyecto de Casado y del que se aleja no en pocas ocasiones Ayuso. Además, desde hace unos meses forma parte directamente de la cúpula de Génova en el puesto de portavoz nacional del partido.

Pero esta apuesta supondría abrir un conflicto entre los dos popes del PP madrileño en un momento en que Casado y su número dos trabajan a destajo para que la unidad sea la seña identitaria de un partido que aspira a superar al PSOE y ganar las elecciones generales a menos de tres años vista.

El nombre que aparece en todas las papeletas de la calle Génova para presidir el partido en Madrid es el de Ana Camins, un perfil mucho menos mediático que el del alcalde o el de la presidenta y que también pertenece al llamado 'núcleo duro' del partido por la "excelente" relación que mantiene con el actual líder del PP.

Hace tiempo que el nombre de esta senadora y diputada autonómica suena en las filas del PP como comodín de Casado para la presidencia regional del partido -se tanteó también el nombre del vicesecretario de política territorial Antonio González Terol; y el de Pío García-Escudero presidente del órgano provisional del PP de Madrid hasta su renovación-, pero, ahora mismo, "no hay nadie" en la dirección nacional que no apoye la 'vía Camins' al frente de la presidencia regional del partido, según confirman fuentes autorizadas de la cúpula popular.

El único 'pero' a la estrategia de Casado para controlar directamente el órgano de dirección del partido en Madrid a través de Camins es la intención de Ayuso de presentar batalla a esa decisión. En el entorno de la presidenta regional se da por sentado que, si la baronesa se presenta, la militancia la apoyará a ella. Pero ese es prácticamente el único aval con el que cuenta la líder regional. "Hoy por hoy, no tiene al partido con ella", afirman las fuentes consultadas. ¿Por qué? "Porque el presidente de Madrid es Pablo Casado. Punto", sentencian desde Génova. Y al líder del PP "le interesa que la correa de transmisión con Madrid no tenga ningún profeta", añaden.

Tampoco Martínez-Almeida apoyaría la candidatura de Ayuso pese al intento de ambos de exhibir buena sintonía en las últimas semanas, cuando crecían los rumores sobre una cierta rivalidad nacida entre ambos precisamente a cuenta del control del PP de Madrid. De hecho, fuentes del entorno del regidor confirman que Almeida apuesta también por Ana Camins como candidata. Desde hace meses, cuando ha sido preguntado por esta cuestión, el alcalde ha admitido que se sentía "muy cómodo" con el esquema actual del partido, es decir, con un presidente del PP de Madrid diferenciado del de la comunidad.

Pese a la presión interna, la decisión última corresponde a Pablo Casado. "Cometería un error si le deja Madrid a Isabel", se reafirman desde la dirección. No obstante, insisten en que no existe confrontación alguna entre Ayuso y Casado y confían en solucionar este asunto de una manera cordial, convenciendo a la lideresa de que no se presente y deje el camino libre a Camins porque es "lo más inteligente". Pero en la dirección se recela no tanto de las propias ambiciones de Ayuso, sino de las de su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, y su intención para muchos no disimulada de proyectarla como referente nacional para ensombrecer, incluso, la labor del propio Casado.

En el partido prima la intención de "volver al esquema del PP de Madrid de los 90", en que el presidente nacional controla también los hilos del poder regional, y dejar atrás la experiencia de la omnipresencia de Esperanza Aguirre y el "error" que, a día de hoy, consideran que cometió Mariano Rajoy al permitir la acumulación de cargos de la ex lideresa del PP y extender ese esquema durante el gobierno de Cristina Cifuentes. Esta vez, Génova tratará de evitar que ese mismo modelo se extienda a la 'era Ayuso'. O, al menos, lo intentará.