En el primer partido de la oposición echan cuentas respecto a cuál pueda ser el escenario postelectoral de Pedro Sánchez tras las legislativas de finales de año con el convencimiento, cada vez más extendido, de que intentará seguir gobernando aunque no gane las legislativas siempre y cuando pueda reproducir lo que en estos días el tan nombrado Alfredo Pérez Rubalcaba, calificó de gobierno "Frankestein" en alusión a un ejecutivo socialista avalado por Podemos y por las fuerzas independentistas que se sientan en el Congreso de los Diputados.
Ese es uno de los motivos, aunque no el único, por el que el PP intenta que la controversia en torno a las listas de EH-Bildu para las municipales, con presencia de un total de 44 etarras en las mismas, desactive la opción de un pacto socialista con esta formación política tanto para el 28-M como para las generales, al margen de otras cuestiones de índole legal, ético, moral y de opinión pública. Y aunque Pedro Sánchez no entró este martes a responder a la pregunta directa de Alberto Núñez Feijóo respecto a si volverá a pactar con EH-Bildu, están convencidos respecto a su disponibilidad para volver a construir otro Frankenstein como el de Mary Shelley.
Sánchez "no tiene límites"
Dicen en Génova que Sánchez "no tiene límites y va a intentar ser presidente aunque pierda las elecciones generales" por ello "hay que mover todas las piezas para impedirlo". Una de ellas es, sin duda, deslegitimar cualquier acuerdo con una coalición que acoge en su seno, entre otros, a los herederos de la antigua Batasuna además de tener como líder a Arnaldo Otegi y haber integrado en la dirección de Sortu a otro ex etarra, David Pla, nada menos que el último jefe de ETA.
No sería la primera vez que acaba residiendo en Moncloa el segundo candidato más votado. Ocurrió en 2018 con la primera moción de censura triunfante de la democracia -por otra parte un instrumento perfectamente constitucional- y pudo pasar en 2016 tras la negativa de Mariano Rajoy a ir a la investidura por carecer de apoyos parlamentarios suficientes.
En aquel momento Pedro Sánchez tomó el relevo y firmó con el entonces líder de Ciudadanos, Albert Rivera, el llamado "Acuerdo para un Gobierno reformista y de progreso" que Podemos se negó a apoyar. Es cierto que el líder del PSOE no había ganado las elecciones, pero ante la incomparecencia del contrario, desbloqueó la situación y puso a andar "el reloj de la democracia", que llevaría a la primera repetición electoral de la democracia en España. En 2019 volvería a reproducirse este atípico fenómeno.
Génova recuerda que ni Zapatero ni Rubalcaba pactaron con Bildu
Para el PP "Sánchez es un reo de su propia ambición política y está dispuesto a todo". Así lo ha detectado, dicen, Otegi que con su decisión de incorporar etarras en las candidaturas electorales demuestra que "Bildu no ha cambiado" aunque eso no suponga un obstáculo para el jefe del Ejecutivo. Así pues, el gran salto cualitativo lo da el líder del PSOE al pactar con Bildu, "algo que no hicieron Rubalcaba ni José Luis Rodríguez Zapatero". Y, además, apostillan que Sánchez nunca hubiera citado el nombre de Rubalcaba, como hizo el martes en el Senado, "si éste estuviera vivo".
Porque otra fuente de malestar en el primer partido de la oposición -en una controversia en la que son acusados de usar a las víctimas del terrorismo- es la manera que tiene Sánchez, dicen, "de enmendar toda la política antiterrorista" atribuyendo exclusivamente los méritos del fin de ETA a los gobiernos socialistas de Zapatero y de Patxi López, de cuando fue lendakari. También han acusado el golpe tras la crítica de Sánchez en el sentido de que el PP no quería acabar con ETA "o de que acercamos presos etarras en época en que secuestraron a Miguel Ángel Blanco cuando precisamente lo asesinaron por no aceptar las condiciones impuestas por la banda".
Y ya parafraseando al propio Sánchez replican que "no hagas pactos con formaciones indecentes" como así calificó la inclusión en las listas de etarras condenados. El tema ha seguido estando muy presente esta mañana en la sesión de control al Gobierno. Tras su enfrentamiento con la portavoz popular, Cuca Gamarra, el jefe del Ejecutivo ha querido que constase en acta su rechazo a las candidaturas de EH-Bildu aprovechando que le preguntaba su portavoz, Mertxe Aizpurua.
"Ustedes se han equivocado en la listas municipales para el próximo 28 de mayo. Puede ser legal lo que han hecho, pero desde luego no es decente y lo que se tiene que pedir a esas personas es, en primer lugar, un mensaje mucho más rotundo y contundente de reparación, de perdón y de reconciliación y de homenaje a las víctimas que sufrieron tanto dolor durante muchos años de actividad de la banda terrorista ETA".
Proposición de ley del PP para prohibir pactos con Bildu
Pero ante las palabras, los populares exigen hechos, de ahí su proposición no de ley para que el Gobierno rompa "de manera inmediata y definitiva los acuerdos que mantiene actualmente y a no promover pactos, ni establecer ningún tipo de acuerdos de gobernabilidad o de cualquier otro tipo, con partidos políticos que tengan en sus estructuras o que hayan incluido en sus candidaturas para cualquier proceso electoral, a personas que hayan sido condenadas por delitos de terrorismo, con independencia de que hayan cumplido sus penas». La idea es que esta proposición pase por el Congreso antes de la constitución de los ayuntamientos, el próximo 17 de junio.
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