Las sesiones parlamentarias se han convertido en broncas tabernarias. El insulto, antes incidente aislado, ahora es práctica habitual. La descalificación es la norma. El argumento brilla por su ausencia ¿Dónde ha quedado la cortesía parlamentaria? ¡Bah, qué cosa tan antigua!
Todas las claves de la actualidad y últimas horas, en el canal de WhatsApp de El Independiente. Únete aquí
Te puede interesar