El debate cara a cara entre el presidente del Gobierno y candidato a las próximas elecciones generales por el PSOE, Pedro Sánchez, y el aspirante y líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, empezó de manera contundente a cargo del primero. Sánchez agradeció al dirigente gallego su presencia, afeando la ausencia que protagonizará en el próximo debate en esta campaña electoral ya 'a tres' con Yolanda Díaz y Santiago Abascal. Se inauguraba el bloque de economía, el primero de los cuatro que coparían el transcurso del debate. Un apartado en el que ambos políticos se atrincheraron en dos posturas: la de progresión económica de Sánchez en clima de pandemia, post crisis del coronavirus y tras la invasión de Rusia en Ucrania; y la de Feijóo, rechazando los datos aportados por el presidente, que empezaba algo nervioso y sin poder dominar un tema propicio dada su posición y el acceso a las cifras. De hecho, Feijóo lidió correctamente.
Por un lado, Sánchez comenzó defendiendo la creación de empleo en "un momento complicado" y la rebaja de la inflación por debajo del 2%. "La controlamos como ninguna otra economía", aseguraba, quien al mismo tiempo reconocía que el momento no es el mejor pero "vamos en la dirección adecuada". Asimismo, Sánchez sacaba a relucir la reforma laboral, que "ha generado empleo de calidad (...) con dos millones de personas empleadas" y "dignidad salarial". Ello con el voto en contra del PP, dijo, y con el de los "tránsfugas" de la UPN "ahora en las listas del PP". Feijóo, sin embargo, rechazó esas cifras, reiterando en "el maquillaje" de las del paro e indicando que España "ha sido el país europeo que más se ha empobrecido, con un PIB igual que en 2007 y donde más ha caído la inversión". A ello, el líder del PP añadía el incremento de la deuda.
"¿En qué mundo vive? No habla nunca de Ucrania. Con mucho esfuerzo, hemos blindado las pensiones, invertido casi 50.000 millones, hemos rebajado el IRPF a las rentas de menos de 20.000 euros, ayudado a los transportistas y a los autónomos. Hemos ido a Bruselas y nos hemos partido el brazo para aprobar una excepción ibérica. Y el PP quiere suprimirla para quitar recursos a los consumidores para dárselos a las energéticas, a sus amigos, junto a Vox", trasladó Sánchez para justificar ese endeudamiento. "Nos endeudamos para comprar vacunas, mascarillas, proteger al sector turístico y agroalimentario, con los ERTES, y a las Pymes. Gracias a ello tenemos estos datos de recuperación", añadía el presidente. En contraste, reprochaba el rescate del Gobierno de Rajoy y el endeudamiento de 58 millones. Feijóo se escudó: "He sido el presidente autonómico que menos ha incrementado la deuda".
Pactan con un partido que hace declaraciones machistas y homófobas a sabiendas, que no condena la violencia. Y la consecuencia es que empiezan a hablar como ellos"
Sánchez, a Feijóo sobre Vox
"No me va a enredar", aseguró tras ello Feijóo, que señaló que "la quiebra de las cajas" en la crisis "fue la del PSOE de Zapatero". "Es un mundo al revés que un consejero de Caja Madrid dé lecciones a un presidente de la Xunta", prosiguió. Fue entonces cuando, a instancia de los moderadores para abordar el problema de la Vivienda, cuando la cuestión de los pactos de PSOE con sus socios y PP con Vox salió a relucir tras pequeñas muestras. Una cuestión que, pese a tener un bloque destinado exclusivamente para ello, copó el grueso del debate cargado de bronca.
Feijóo cuestionó que la ley de Vivienda "pactada con EH Bildu y ERC (...) ha subido los precios e incrementado las ocupaciones [las cuales se compromete a reducir]. "Ha sido uno de los grandes fracasos de la legislatura", dijo el popular. Ante la falta de tiempo para abordar la cuestión, así como la de Pensiones [Sánchez ha propuesto llenar con 5.000 millones anuales la hucha], se entro de lleno en el segundo bloque, el de Políticas Sociales. Y ahí el choque fue a más a cargo de un concepto: el de la violencia de género. Lejos de profundizar en el tema, Sánchez, deseoso de lanzar los pactos de PP y Vox tras el 28-M, desplegó toda su ofensiva ante un Feijóo que reiteraba un comodín que intensificaba la sensación de nerviosismo del presidente: "Déjeme hablar, señor Sánchez".
Para contrarrestar el impacto de Vox, Feijóo sacó la investidura fallida de este lunes de Fernando López Miras en Murcia como se esperaba. También el pacto con el PSC en Barcelona para la alcaldía en un intento de extender a otras formaciones el pactismo de Génova. Y como enlace a la cuestión de la violencia contra la mujer, el candidato popular centró su intervención en las consecuencias de la ley 'del solo sí es sí'. "Pasará a la historia por firmar esa ley" y por las excarcelaciones de violadores, aseguró Feijóo.
Tras ello, se ha producido un instante tenso. Sánchez ha reprochado a Feijóo no recordar a la última víctima de violencia de género que este lunes era asesinada en Antella (Valencia) por su pareja. "El 'sí es sí' da respuesta y recursos a las mujeres que son víctimas. Y se ha corregido un error jurídico [con el apoyo del PP, matizó Feijóo]. Ustedes, en cambio, están pactando con un partido machista que hace declaraciones machistas y homófobas a sabiendas. Que no condena la violencia. Y las consecuencias es que empiezan a hablar como ellos", dijo el líder socialista aludiendo a conceptos como "violencia intrafamiliar" o referencias al condenado de Vox Carlos Flores Juberías por parte de Feijóo como "divorcio duro". "Reaccionan eliminando consejerías de Igualdad o concejalías LGTBI; es una claudicación de su partido ante el de Abascal", continuó Sánchez.
"Cálmense, debería callase un poco", le instó Feijóo al presidente. Pero Sánchez prosiguió: "Todos los partidos han firmado un pacto contra la violencia de género menos Vox. Y ustedes están cambiando derechos por sillones", siguió Sánchez sin atender a las llamadas de atención de los moderadores. "Los derechos no son suyos, son de quienes los han luchado", expresó el presidente con una clara intencionalidad de ganarse al target más escandalizado por la censura de banderas LGTB en este último Orgullo o por la censura cultural a una obra de Virginia Wolf. "La sociedad española no va a permitir entrar en un túnel tenebrosos del tiempo que nos lleva a no sé dónde", puntualizó Sánchez.
Feijóo, que negaba que Podemos hubiera firmado el pacto en su renovación de 2018, insistía en la rebaja de penas del 'sí es sí'. "El problema que tiene, señor Sánchez, es que no va a poder dejar de lado las cifras. Tengo respeto por la bandera LGTBI, pero también por la de España", introdujo el popular para retornar al reproche de pactos del PSOE con EH Bildu o ERC y su corte anticonstitucionalista. Una cualidad que posteriormente Sánchez destacó de Vox.
Propuesta para que gobierne la lista más votada
Fue en ese momento, al término de un segundo bloque que no ha podido profundizar en Educación o Sanidad, y tras remarcar Feijóo su compromiso con ambos derechos públicos, el candidato del PP ha marcado el devenir del debate abriendo un grueso fichero y sacando un documento para comprometerse él y a Sánchez a evitar depender de terceras formaciones tras los comicios y para que la segunda formación se abstenga ante una victoria del PSOE o del PP. Es una nueva vuelta de tuerca de una propuesta con trayectoria de Feijóo, quien se ve, no obstante, aventajado por las encuestas. Feijóo lo ha firmado, pero Sánchez no ha cogido el guante.
Preguntado en el tercer bloque por sus intenciones en los pactos, Feijóo indicaba que hablará "con todos los partidos constitucionalistas". Pero reiteró que se podía solucionar una investidura "si Sánchez firma". "Si gana, gobierne; si gano, me deja gobernar. Es simple", le apelaba Feijóo. Pero Sánchez, que usaría en varias ocasiones esa muletilla, le invitó a llevar ese pacto a Extremadura a Guillermo Fernández Vara, que pese a haber ganado los comicios regionales, será sucedido por la popular María Guardiola tras su acuerdo de coalición con Vox.
Cuestionando "la cantinela con Vox", Feijóo volvió a un tono serio y medido con previsión. Recordó la figura de Miguel Ángel Blanco. "Hoy hace 26 años que estaba maniatado y amenazado de muerte. Mañana hará 26 desde que le pegaron un tiro en la nuca. Yo jamás voy a pactar con el brazo político de ETA", afirmó el candidato de Génova, argumentando que Sánchez no "puede dar ninguna lección sobre pactos". Incluso Feijóo pedía cautela a Sánchez sugiriendo que al incitar el fantasma de la ultraderecha puede dar lugar a reacciones como en Andalucía, con un gobierno del PP en solitario.
En un ejercicio para contrarrestar el argumento de Feijóo, Sánchez enumeró los nombres de presidentes de Asamblea designados por el PP de Vox. Negacionistas de la violencia de género y antivacunas "en el país de la vacunación". Igualmente, hubo alusión a Juan García-Gallardo, "negacionista del cambio climático". Después de ese listado, Sánchez ha intentado retratar a Feijóo al dejarle sin opciones para trasladar cualquier nombre de designados para cargo público del PSOE a EH Bildu. "¿Se lo pasa bien?", ironizó Feijóo pidiendo a Sánchez que debatiera con él y no con Abascal, y señalado la ley de Memoria Democrática pactada con los abertzale y que "dice que España no respetó los derechos humanos hasta 1983". "Otegui ya le ha dado una taza, y ahora le pide taza y media", reiteró el gallego.
Yo jamás voy a pactar con el brazo político de ETA, no puede dar ninguna lección sobre pactos al PP"
Feijóo, a Sánchez por los apoyos en Bildu
Feijóo señaló que "ni Zapatero gobernó con los herederos de ETA ni indultó" mientras que Sánchez "está desprotegiendo la unidad de la nación". Y en un intento de retornar a la propuesta de la lista más votada así como una sugerencia de reformar la ley electoral para vetar a condenados por sedición o delitos de sangre [directamente para miembros de EH Bildu o Puigdemont, Sánchez sacó "la maldad del 'que te vote Txapote'" promovido por "dirigentes del PP y de Vox" ante el rechazo de víctimas del terrorista como Consuelo Ordóñez, hermana de Gregorio Ordóñez, asesinado por la banda.
En un intento de retomar la iniciativa, y aprovechando la declaración de Feijóo de que dialogará con todas las fuerzas constitucionalistas si gana, Sánchez definió a Vox como el "pegamento" del PP y como "constitucional", pero "no constitucionalista". Y enumeró las propuestas que van contra la Carta Magna que incluyen en su programa: fin de las autonomías, "igualdad efectiva entre hombres y mujeres" o "prohibir partidos".
En respuesta, Feijóo le acusó de "no tomar enserio lo que significa la presidencia". "No se puede ser presidente sin ganar. Olvídese de Vox y pactemos este documento. Hemos pactado con Vox porque no acepta cuando el PP gana, y su objetivo es que no gane", le dijo a Sánchez, que denegó la oferta.
"Seguir progresando" vs. "una mayoría útil"
El cuarto bloque, de Instituciones y Política Internacional, fue un totum revolutum sin claros ejes. El PP se ensalzó como el primer comprometido con el Estado y con el funcionamiento institucional frente a un Gobierno y un PSOE que "menos ha respetado la constitución". El popular se ha comprometido a reforzar, por ejemplo, las penas por malversación rebajadas en diciembre.
Asimismo, el líder del PP puso sobre la mesa la cuestión de Marruecos y Pegasus [archivada por falta de cooperación de Sánchez], sugiriendo que Sánchez no es libre en su gestión. Algo que enlazó con los pactos con Podemos y la "incapacidad" de cesar a sus ministros. Frente a ello, Sánchez puso sobre la mesa que en Bruselas miran con preocupación el posible gobierno de PP y Vox, a lo que Feijóo contestó que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en su última visita a España mostró su preocupación por los pactos con extremistas, "en referencia a usted, un primer ministro único que gobierna con independentistas en Europa".
"Soy un presidente limpio, libre y autónomo", esgrimió Sánchez. "Por eso se oponen a impuestos a las grandes fortunas recurriéndolo al TC. Por eso la derogarán si llegan al Gobierno", añadió. Y en relación al desprestigio de las instituciones, Sánchez señaló a Feijóo por no renovar el CGPJ.
Tras un receso, ambos han protagonizado su minuto de oro. Primero Sánchez, que aseguró que España se juega "seguir progresando o entrar en el túnel del pasado". Frente a ello, el popular ha pedido "una mayoría útil". "Los extremos saben bloquear, no gobernar. Voy a cumplir con mi programa y mi deber. Y con cuatro mayorías en Galicia, solo pretendo ser útil" para los ciudadanos y "sus preocupaciones", sentenció Feijóo.
El primer y único cara a cara con la participación del PP queda lejos de la intencionalidad del PSOE de movilizar el voto de cara al momento duro de la campaña. Las próximas encuestas diarias que se publican indicarán si Sánchez sigue recortando o Feijóo termina de despuntar a costa de voto prestado y de Vox.
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