El día fue este viernes. De los labios de Pedro Sánchez salió finalmente la palabra tabú, el elefante en la habitación desde hace semanas: la amnistía. Un reconocimiento más explícito de que ese es el objeto de la negociación con los independentistas, la llave que le abre la puerta de la Moncloa otra vez. Un paso más. Otro más. En la misma dirección, la que está recorriendo el PSOE en pos de la "convivencia".

El presidente del Gobierno empleó el término amnistía, y lo hizo durante la rueda de prensa posterior a la finalización del Consejo Europeo informal en Granada, para rechazar explícitamente la propuesta que le ha hecho llegar Yolanda Díaz —y que ella también ha enviado a ERC y Junts— y para advertir de que todavía no hay ningún pacto, y no lo habrá hasta que "todo esté acordado".

Conocemos todas esas propuestas, pero también quiero decir que no es la propuesta del PSOE, no es la posición del PSOE", señala

En un asunto tan delicado como las negociaciones de investidura, en las que cada paso es casi como un movimiento de una placa tectónica, cada gesto y cada palabra, cada omisión del presidente, es relevante. Mucho. Por eso era muy significativo que este viernes ya sí utilizara un término que emplea con naturalidad la plataforma de Yolanda Díaz. Porque ese paso, todos los que va dando, es más difícilmente reversible. Y más cuando no se encontraba en un mitin de partido, sino ante los presidentes del Consejo y de la Comisión Europea, Charles Michel y Ursula von der Leyen. El hecho de que no rehuyera las preguntas sobre política nacional, cuando podía escudarse en que esta era una comparecencia centrada en las conclusiones de la cumbre informal de líderes de los Veintisiete, también daba cuenta de la seguridad con la que el presidente afronta esta cuestión y revelaba que las conversaciones avanzan a buen ritmo.

Sánchez se refirió al perdón al procés cuando los periodistas le preguntaron si conoce y comparte la propuesta de futura ley que presentará la vicepresidenta segunda el martes en Barcelona y que ya han anticipado los medios: "Nosotros conocemos la propuesta de Sumar, como conocemos también la propuesta de otros partidos políticos en relación con la amnistía, que no deja de ser una forma de tratar de superar las consecuencias judiciales a la situación que vivió España con una de las peores crisis territoriales de la historia de la democracia en el año 2017. Conocemos todas esas propuestas, pero también quiero decir que no es la propuesta del Partido Socialista, no es la posición del Partido Socialista".

Sin explicaciones de por qué

La respuesta tenía miga porque conectaba la amnistía con la argumentación que usarán los socialistas en su defensa: es la forma de "superar" la judicialización del procés. Así, amparaba por completo esta medida de gracia, le daba vía libre, y reconocía que ese es el trasunto de las conversaciones para su investidura. El rechazo a la propuesta de Díaz ya lo había adelantado su hombre de confianza en el Ejecutivo, el ministro Félix Bolaños, aunque ninguno de los dos explicó qué no les convence de ese borrador.

Insiste en que los acuerdos serán "públicos", que buscan la "convivencia", que estarán dentro del "marco de la Constitución" y que podrán ser recurridos por el PP ante el TC

En ese punto, Sánchez alegó que siempre reiteró que la suya es la búsqueda de una investidura "real", que los españoles hablaron en las urnas el 23-J y que el deber de todos los partidos es entenderse y procurar "cuanto antes" un Gobierno en España. "Y en eso estoy".

Pero a partir de ahí, cero precisiones. "Entiendo que ustedes me pregunten cuál va a ser el acuerdo. Yo no puedo anticipar un acuerdo hasta que no se produzca ese acuerdo, porque estamos en plena negociación", argumentó. Pero sí garantizó que cuando se produzca el pacto será "absolutamente transparente" y "público", y que el objetivo es congruente con la estrategia de distensión del Ejecutivo en los últimos cinco años. Esto es, "políticas de progreso, políticas de convivencia en el marco de la Constitución". "Por tanto, se conocerán los acuerdos cuando esos acuerdos se culminen. Es decir, no habrá acuerdo hasta que todo esté acordado. Ha sido sencillo y creo que además esto es de puro sentido común. Se aplica en todos los órdenes de la vida y también en la política", adujo.

Además, como ya hiciera el pasado martes en la Moncloa para referirse a la amnistía pero sin citarla, Sánchez insistió en que los acuerdos (o sea, la futura ley) serán "validados por el Poder Legislativo" —o sea, aprobados por las Cortes— y podrán ser "recurridos ante el Tribunal Constitucional por la oposición". Es decir, que da por hecho que el PP impugnará el texto. "Plena normalidad democrática", intentó tranquilizar.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, a su llegada a la reunión informal del Consejo Europeo de la UE, este 6 de octubre de 2023 en Granada. Al fondo, a la derecha, el presidente del Consejo, el belga Charles Michel. EFE / POOL / JULIO MUÑOZ

Al presidente le preguntaron si algún representante del PSOE se reunirá con el expresident Carles Puigdemont en Bruselas, pero él no contestó a esa cuestión, ni por supuesto precisó si el enviado que se perfila, según publicó El País, es Santos Cerdán, el secretario de Organización del partido. Insistió en que los ciudadanos piden acuerdo entre los partidos, un "Gobierno estable para los cuatro próximos años" y en que él está "negociando" para lograr su investidura. Y esta negociación, admitió, puede ser "noticia" visto lo ocurrido con Alberto Núñez Feijóo durante cinco semanas, pero esa actitud es la "lógica". En todo caso, remachó, él no se moverá del "marco de la Constitución española". "La democracia española está trabajando por dar cauce y materializar el mandato que emanó de las urnas el pasado 23 de julio", concluyó.