La Fiscalía había sacado la metralleta de encaje con la que hace sus puñetas y sus escritos como con máquina de coser, así que los acusados estaban ahí escuchando las conclusiones como viendo a la abuela hilvanar o amortajar. Todo eso de la justicia, que es vieja, lenta, miope, rebordada, pero con oficio y seguridad de siglos, a esta gente le parece gregoriano. Ellos, como todos los fanáticos, sólo van de la fantasía al fuego. Yo creo que comprenderían y disculparían antes un tanque por la Rambla que al señor
fiscal haciendo un rosario a pie parado con las leyes que los indepes se han comido, han ignorado y han violado. Un tanque sería otro fuego que iguala y legitima su fuego, pero la Fiscalía con sus gafas de coser haciendo la suma de todas las ilegalidades como la cuenta del ultramarinos les descoloca. Ellos se entienden con el fuego de los púlpitos, de la piedra, de las multitudes, de sus sábanas espesas de alucinaciones como de lava (hasta sus abogados se han dedicado a fundamentar o filosofar alucinaciones), así que la mecanografía coja de la ley, coja como una costurera antigua que pedalea en su máquina, les asusta y les paraliza.

Para seguir leyendo Regístrate GRATIS