Por la puerta de emergencia. El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, salv贸 a Podemos por la 煤nica v铆a posible tras el incendio provocado por Carolina Bescansa. El acuerdo por Madrid entre las dos principales corrientes se cerr贸 el jueves in extremis y por imposici贸n. Las negociaciones entre 脥帽igo Errej贸n y Ram贸n Espinar para acordar la candidatura a la Comunidad de Madrid pasaban por su peor momento, con la amenaza del candidato a dar un paso atr谩s y el malestar por el adelanto de las primarias. Y entonces lleg贸 Bescansa. La cofundadora del partido, a quien Errej贸n hab铆a propuesto ser su n煤mero dos en la lista, divulg贸 por error una propuesta que pasaba por aceptar su oferta a cambio del compromiso de disputarle a Iglesias la secretar铆a general de Podemos a nivel estatal. La desconfianza se impuso en Podemos. El candidato decisivo para 2019 estaba bajo sospecha. Tuvo que ser el propio l铆der quien sac贸 la bandera blanca para evitar la ruptura total. La escenograf铆a del acuerdo, con sonrisas forzadas y palabras de reconciliaci贸n, contrasta con la tormenta que a煤n perdura en Podemos y que a punto estuvo de conducirle al abismo.
El episodio de Bescansa amenaz贸 con hacer estallar la paz forzada hace un a帽o en el partido tras la guerra civil de Vistalegre 2. Iglesias acord贸 con su ex n煤mero dos cederle la capital a cambio de que cejara en sus pretensiones en el 谩mbito nacional. Tras 14 meses de convivencia silenciosa, la propuesta indecente de la fundadora del partido despert贸 recelos renovados por parte de la c煤pula del partido. El recelo hacia Errej贸n vino alimentado por el encuentro que el diputado tuvo con Bescansa poco antes de publicarse la propuesta. Las negociaciones entre el candidato y el sector af铆n a Iglesias quedaron paralizadas durante unas horas, en medio del "shock" que describ铆an algunos integrantes al salir a la luz el documento.
El pacto de Madrid sellado entre los dos principales sectores del partido supon铆a una tregua indispensable para la carrera de las auton贸micas de 2019 y las generales de 2020: la divisi贸n de Podemos no era la mejor forma de enfrentarse a las urnas, y menos un escenario esencial como es la la Comunidad de Madrid. Adem谩s de ser uno de los territorios con m谩s potencial econ贸mico y m谩s relevancia a nivel nacional, es especialmente relevante para Podemos, un partido estrechamente vinculado con la capital. All铆 ech贸 sus ra铆ces, en el kil贸metro 0 de Madrid, entre las pancartas del 15M en la Puerta del Sol. Y Madrid ha sido siempre -tambi茅n- el epicentro de sus grandes terremotos.
En Madrid se produjo en 2016 la dimisi贸n en bloque de buena parte de la direcci贸n madrile帽a del partido. Aquello se envolvi贸 de un relato de conspiraci贸n que se sald贸 con el cese del entonces secretario de Organizaci贸n, Sergio Pascual, persona de m谩xima confianza de Errej贸n. El dirigente guard贸 semanas de silencio en protesta por la salida. La desconfianza ya se hab铆a instalado. Estos sucesos, que podr铆an quedar en la pura an茅cdota, fueron sin embargo el germen de la batalla que se librar铆a un a帽o despu茅s en el Palacio de Vistalegre.
La Asamblea Ciudadana Estatal, el mayor momento de ruptura del partido, tambi茅n tuvo Madrid como escenario. La crispaci贸n en Podemos lleg贸 a niveles irreconciliables, y el enfrentamiento entre Iglesias y su entonces n煤mero dos qued贸 completamente al descubierto. No era s贸lo una pugna entre dos l铆deres, sino entre dos modelos de partido, y dos sectores diferenciados de militancia. Una m谩s radicalizada y militarizada y otra m谩s moderada, proveniente de otros partidos. El primer modelo obtuvo un 50% y el segundo, un 33%.
La opci贸n ganadora, la de Iglesias, arras贸 dentro de la organizaci贸n, eliminando cualquier posibilidad de disidencia interna y castigando con el ostracismo cualquier cr铆tica que pudiera considerarse un desaf铆o. La llamada corriente errejonista desapareci贸, y muchas de las caras visibles del partido pasaron a un segundo plano, desde Bescansa, purgada tras sus cr铆ticas, al mutismo forzado de Errej贸n.
El fin del errejonismo como corriente -con varias tandas de despidos a los afines a Errej贸n- no tuvo contestaci贸n alguna de su l铆der, al que Iglesias hab铆a prometido la Comunidad de Madrid a cambio de su silencio. El proyecto estaba claro: el diputado preve铆a iniciar un repliegue territorial para dar continuidad a su proyecto, dar salida a su equipo y desarrollar ah铆 sus aspiraciones, m谩s cercanas a experiencias de Gobierno como de la Manuela Carmena que al hiperliderazgo de Iglesias.
Espinar, el candidato natural para las elecciones, digiri贸 mal la designaci贸n de Errej贸n
Y despu茅s de m谩s de un a帽o de tranquilidad relativa, el acuerdo sufri贸 enormes turbulencias por el anuncio de adelanto de primarias de Ram贸n Espinar. El secretario auton贸mico de Podemos en Madrid, quien hubiera sido el candidato natural para las elecciones, digiri贸 mal el acuerdo entre Iglesias y Errej贸n, que supon铆a apartarle de la primera l铆nea pol铆tica. Una vez iniciada la carrera electoral, precipitada por el m谩ster de Cristina Cifuentes, Espinar quiso hacerse valer en la negociaci贸n de la candidatura. Un extremo que Errej贸n rechaz贸, amenazando incluso con dejar la carrera electoral. La tormenta volvi贸 de nuevo a Podemos.
En medio de la tempestad, la filtraci贸n del documento de Carolina Bescansa dej贸 la paz pendiente de un hilo. Un lazo lleno de desconfianza y sospecha que sin embargo era el 煤nico capaz de asegurar el 茅xito relativo en las elecciones de 2019. Podemos se enfrentaba a la reconciliaci贸n o a la destrucci贸n.
Podemos: tres escenarios de destrucci贸n
Iglesias cerr贸 la puerta a la ruptura. El cisma entre Errej贸n y el sector oficialista en Madrid podr铆a parecer de menor rango que el choque de Vistalegre 2 entre ambos l铆deres. Sin embargo, sus consecuencias hubieran sido devastadoras. La falta de entendimiento situar铆a a Podemos en un escenario dif铆cilmente asumible聽 para su militancia y en una peligrosa situaci贸n electoral.
La falta de entendimiento de Errej贸n con Espinar hubiera desencadenado la ruptura de un pacto sellado por arriba y la vuelta a las armas. La guerra de primarias entre ambos hubiera culminado, en cualquiera de los casos, con un mal resultado. Si Errej贸n se alzara como el candidato contra Cifuentes, lo har铆a en solitario, sin el apoyo del aparato de Podemos y con la confianza perdida en su l铆der, Pablo Iglesias. Una victoria que podr铆a antojarse f谩cil por la proyecci贸n del diputado nacional, pero que no ser铆a segura, ni mucho menos.
La ruptura del acuerdo tendr铆a un factor emocional: habr铆a evidenciado la falta de lealtad de Pablo Iglesias
El cambio de reglamento s贸lo permite votar a los militantes de carn茅, m谩s radicalizados. Espinar, siempre af铆n a Iglesias, hubiera recabado amplios apoyos entre estos sectores, m谩s cercanos a la l铆nea oficial. Una derrota de Errej贸n en primarias hubiera sido catastr贸fica para el partido. A la p茅rdida del capital pol铆tico de Errej贸n y la designaci贸n de un candidato mal considerado por el propio l铆der de Podemos, se hubiera sumado el factor emocional: una ruptura hubiera evidenciado la falta de lealtad de Pablo Iglesias.聽 Uno de los motivos por los que Errej贸n confi贸 en la unidad era que, por encima de Espinar, Iglesias era el "garante" del acuerdo.聽 La palabra del l铆der de Podemos ten铆a valor.聽De haberse roto esta v铆a, hoy d铆a habr铆a un panorama desastroso para la formaci贸n.
Porque la ruptura del acuerdo, m谩s all谩 de ir en concurrir a las primarias en listas diferenciadas, podr铆a derivarse en una tercera opci贸n: la incomparecencia de Errej贸n dentro de Podemos. Si el candidato, tras un a帽o preparando el terreno para las auton贸micas, se viera traicionado en su empresa podr铆a haber renunciado a los cauces internos del partido y estar铆a cargado de argumentos para relatar la escisi贸n de Podemos como la 煤nica salida digna.
El futuro pol铆tico del Errej贸n pasa por Madrid y, en caso de ruptura en Podemos, el dirigente podr铆a aprovechar desde fuera la ventana abierta a las auton贸micas: si Podemos no le amparaba, podr铆a fundar un proyecto sobre su liderazgo m谩s cercana a plataformas municipales como Ahora Madrid, con aspiraciones de grandes masas y el esp铆ritu de sumar mayor铆as alejado de radicalismos y del concepto de izquierda. Un partido alternativo que no s贸lo le diera la autonom铆a que requer铆a sino que adem谩s pusiera en graves apuros a la formaci贸n de Iglesias.
Todos estos escenarios fueron realizables durante unas horas en el partido el pasado 18 de abril. Pablo Iglesias, que hab铆a advertido a unos y a otros que "ni media tonter铆a" tuvo que salir para resolver el entuerto. Escenific贸 una paz forzada pero suficiente -por ahora- para llevar la calma al partido. Una vez resuelto el mal mayor, est谩 por ver si la terapia es milagrosa y sana las heridas o si el achaque de Podemos se revela como definitivo.
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