La más que previsible irrupción de Macarena Olona como candidata de Vox a la presidencia de la Junta de Andalucía en las elecciones autonómicas del próximo año puede servir de acicate para la unidad del voto de la izquierda. Así al menos lo creen los socialistas, necesitados de ayuda para, por un lado, estimular la movilización de sus bases electorales, y, por otro, lanzar una llamada a la unión de la izquierda a su izquierda, hoy atomizada en, al menos, tres ofertas electorales bastante malavenidas.
Esos son los dos principales problemas de una izquierda andaluza que ve, sondeo a sondeo, como el presidente de la Junta, el popular Juan Manuel Moreno, sigue no solo aventajado, sino con posibilidades de revalidar el ejecutivo autonómico. Otra cosa es quede al albur, no tanto de Ciudadanos, con quien mantiene una alianza estable y sólida, sino de Vox, que esta vez no se va a conformar con ofrecer un respaldo parlamentario sino pedir su porción de pastel de gobierno.
"¿Alguien se imagina a Olona de vicepresidenta de la Junta?", dicen en el PSOE-A
"¿Alguien se imagina a Olona de vicepresidenta de la Junta?", se preguntan desde el partido de los socialistas andaluces. Con este interrogante adelantan uno los ejes de su campaña en caso de confirmarse el salto de la secretaria general del Grupo de Vox en el Congreso a la arena política andaluza. Esta alicantina diputada por Granada es la mejor baza de su partido tras quedar descabezado por la salida de su anterior candidato andaluz, Francisco Serrano.
Andalucía es muy importante para Abascal no sólo porque fue el primer parlamento al que consiguieron entrar con nada menos que 12 representantes, sino porque aquel hito marcó un camino ascendente que le llevó un año más tarde a sentar 52 diputados en el Congreso tras las generales del 10-N. Moreno va a intentar apelar al voto útil para atraer a parte de esa base electoral que apoyó a Serrano, aunque, a diferencia de Isabel Díaz Ayuso, su perfil moderado complica ese trasvase. La diputada de Vox escribió este jueves un clarificador tuit sobre su futuro político: "#Sevilla ya está más cerca. Y de Sevilla, rumbo a #Huelva. Mucho que preparar para estos días de intensa agenda a vuestro lado. Muy feliz."
A juicio de Moncloa, el más que posible desembarco de Olona le da al socialista Juan Espadas parte "del discurso hecho" porque "desmonta el mensaje de moderación de Moreno", abocado a un acuerdo con Vox. Pero no sólo eso, sino que la polarización de la campaña movilizaría a buena parte de esa izquierda desencantada que se quedó en casa en 2018, según el análisis que manejan Ferraz y Moncloa, volcadas en su candidato.
La izquierda a la izquierda del PSOE se atomiza
Eso en lo que afecta al voto socialista. Porque el riesgo de que Vox entre en el Gobierno autonómico "puede llevar a una reflexión al resto de los partidos de la izquierda", hoy atomizada en no menos de tres formaciones, esto es, Adelante Andalucía, Unidas Podemos y Más País, que acaba de irrumpir en el escenario político de la región.
Bien es cierto que tan sólo necesitan un 3 por ciento del voto para conseguir representación parlamentaria frente a otras Comunidades que, como Madrid, exigen un mínimo del 5 por ciento, pero aún así, la fragmentación pasa factura electoral e impide sumar mayorías.
Hoy por hoy no hay nada en Andalucía de ese "frente amplio" que pretende la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, para el conjunto de España. De hecho, ni lo ha intentado a sabiendas de las escasas perspectivas electorales que unos y otros arrastran. De hecho, un mal resultado de Podemos y de Teresa Rodríguez no serían de todo contraproducentes a sus intereses.
Por un lado, los morados quedarían desautorizados para intentar cualquier tipo de tutela sobre Díaz, mientras que un descalabro de Rodríguez -"que tiene algo en Cádiz y un poquito en Sevilla"-, le daría la medida exacta de su tirón electoral, "que es poco". Es decir, un baño de humildad que posteriormente podría facilitar su adhesión a esa nueva plataforma electoral que uniera bajo un mismo paraguas a formaciones antitéticas como Podemos y Adelante Andalucía para presentarse juntas a las generales.
Ciudadanos podría resistir en Andalucía
El PSOE-A trabaja con la previsión de elecciones andaluzas en el mes de junio. En puridad se trataría de un adelanto de unos pocos meses y el propio Moreno ha aventurado que maneja junio u octubre para citar a los andaluces a las urnas. Aspira a un resultado incontestable que impida a Vox exigir entrar en el Gobierno, siguiendo el modelo de Madrid. La gran incógnita reside en Ciudadanos. Conforme a los sondeos la formación naranja podría aguantar aún muy mermada, un balón de oxígeno para Inés Arrimadas que no le conviene nada al PP.
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