España se enfrenta a la mayor crisis sanitaria de su historia reciente con dos grandes objetivos marcados en la agenda: lograr aplanar la curva de contagios -el último balance cifra en más de 100.000 los positivos y 9.053 fallecidos- y mitigar en la medida de lo posible el impacto económico que tendrá el Covid-19. En este punto, con las funciones del Congreso reducidas hasta el mínimo, Moncloa es ahora el centro neurálgico donde se toman prácticamente todas las decisiones relacionadas con la gestión del coronavirus.

Pero el complejo presidencial se ha convertido también en la 'zona cero' de un virus que acorrala cada vez más a Pedro Sánchez. En su interior se han multiplicado los casos desde que trascendiese el positivo de la ministra de Igualdad, Irene Montero. El último goteo de casos se ha registrado en el seno del comité de gestión técnica del coronavirus, la célula de expertos que se reúne diariamente en el complejo presidencial con el jefe del Ejecutivo, de la que han resultado infectados tres de sus cinco miembros.

El primer caso llegó de la mano del director adjunto operativo (DAO) de la Guardia Civil, Laurentino Ceña el pasado 25 de marzo, que se sometió a la prueba del coronavirus después de varios días sintiéndose indispuesto. Este mismo lunes se conocía el segundo caso: Fernando Simón, la cabeza visible del Ministerio de Sanidad desde que la crisis diese sus primeros compases, daba positivo tras padecer síntomas compatibles y "un pico de fiebre", según informó la número dos de Simón en el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), María José Sierra, que le sustituía entonces por su indisposición.

Y tan sólo un día después, caía el tercer miembro del gabinete de crisis, en este caso el homólogo de Ceña en la Policía Nacional, José Ángel González. Solo quedan dos expertos que aún no han dado positivo: el jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Miguel Ángel Villarroya; y la secretaria general de Transportes, María José Rallo del Olmo, eso sin contar que en la mesa del comité técnico se sientan diariamente, además del jefe del Ejecutivo, los titulares de Defensa, Sanidad, Transportes e Interior -Margarita Robles, Salvador Illa, José Luis Ábalos y Fernando Grande-Marlaska, respectivamente- como autoridades competentes delegadas en la gestión de la crisis.

Pese al incesante goteo de casos intramuros, Simón tachaba de "irrelevante" que se estén multiplicando los casos en Moncloa, y desvinculaba la coincidencia de la caída del 60% del comité técnico con que el complejo presidencial sea una 'zona cero' del virus alegando que no se pueden ofrecer "datos concluyentes" que apunten a un "punto único de contagio". "El planteamiento no tiene mayor importancia si es en un sitio o en otro", zanjaba, a través de una videoconferencia desde su domicilio.

Lo que dicen los protocolos del Ministerio de Sanidad aplicables a la generalidad de la sociedad española en lo que dure el impacto del virus es que si las personas han tenido contacto estrecho con un contagiado deben estar atentos a la sintomatología y, en todo caso, permanecer aislados en cuarentena.

Pero no es la hoja de ruta seguida en Moncloa, donde la coordinación respecto al protocolo que se ha seguido brilla por su ausencia, a tenor de la última comparecencia: la versión de Simón, que insistía en que tanto él como el comisario principal de la Policía se habían practicado las pruebas al mostrar sintomatología, difiere de la dada por el sustituto del DAO, José García Molina, quien no ha dicho que su superior se hiciese las pruebas por mostrar síntomas, sino porque se le había detectado Covid-19 en un control médico motivado por los positivos de la comisión técnica.

Las "excepciones" de la cuarentena

La cuarentena se ha convertido en una obligación para el conjunto de la población y en una "excepción" para el personal político del Palacio de la Moncloa. El técnico del Ministerio de Sanidad justificaba este miércoles que todo el comité no se haya aislado y sustituir las reuniones presenciales por alguna fórmula telemática argumentando que se trata de un grupo "un poco particular" con "responsabilidades determinadas".

Y no es la primera vez que Fernando Simón justifica que los miembros del Gobierno puedan romper la cuarentena. Lo hizo el pasado 20 de marzo refiriéndose a los casos concretos del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias; y del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Entonces ya se conocía que las parejas de ambos líderes habían dado positivo en Covid-19, pero ninguno siguió la norma de mantener un aislamiento domiciliario de 14 días por prevención. "Los documentos que están elaborados prevén ciertas excepciones que son razonables", alegaba.

Sánchez, rodeado

Los casos dentro del comité técnico se suman a los ya conocidos dentro del arco ministerial. Los primeros positivos vinieron de parte de la ministra de Igualdad y dirigente de Unidas Podemos, Irene Montero, al que se sumó el mismo día el de la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darías. Ambos casos se notificaron el pasado 12 de marzo, si bien tanto Montero como Darías han vuelto a dar positivo en coronavirus, por lo que permanecen trabajando desde sus domicilios al frente de sendas carteras.

La siguiente en la lista sería la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, que mantiene -de forma telemática- la coordinación del Gobierno al frente de la comisión de secretarios de Estado y subsecretarios.

El último caso confirmado es el del número cuatro del PSOE y secretario de Coordinación Territorial, Santos Cerdán, que estuvo ingresado desde hacía varios días en un centro privado de Navarra tras dar positivo en coronavirus, según adelantó VozPópuli.

Y no se acaba aquí el goteo de casos en el entorno del presidente del Gobierno: también dieron positivo su esposa, Begoña Gómez; y su madre, Magdalena Pérez-Castejón, ambas presentes en la cabecera del PSOE el 8-M junto a Calvo, Darías y resto de la cúpula socialista.

La cascada de contagios ha llevado a Moncloa a desinfectar las dependencias del complejo, una acción que ya comenzó el pasado 24 de marzo, después de que se hubiesen registrado varios positivos entre los chóferes y personal del presidente, aunque el Ejecutivo no ha dado cifras exactas. Además, a principios de esta semana, Sánchez ha dado orden de desinfectar, por importe de 140.360 euros, los 700 vehículos oficiales y las instalaciones del Parque Móvil del Estado.