Política

Pedro Sánchez suelta lastre por la izquierda

Margarita Robles, Pedro Sánchez y Manuel Escudero, en la presentación de las propuestas del candidato socialista de cara al Congreso del PSOE.

Margarita Robles, Pedro Sánchez y Manuel Escudero, en la presentación del proyecto político y económico de Pedro Sánchez para las primarias del PSOE. EFE

La negociación de los Presupuestos Generales del Estado marcarán el inicio del curso político en septiembre. Unidos Podemos, principal artífice de la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a la Moncloa en junio, quiere empezar a rentabilizar ese trabajo de fontanería política con logros que se pueda empezar a atribuirse de cara a las próximas elecciones. Pero lo tiene realmente complicado.

El Ejecutivo ya le ha marcado sus líneas rojas económicas, que pasan fundamentalmente por respetar el objetivo de déficit negociado con Europa. Además, las reclamaciones de Pablo Iglesias al Gobierno en materia económica no sólo chocan frontalmente con la aritmética parlamentaria y la necesidad de contar con socios tan dispares ideológicamente con el PNV o el PDeCat a la hora de aprobar los Presupuestos, sino con la propia trayectoria y personalidad económica del presidente Sánchez.

Licenciado en 1995 en Ciencias Económicas y Empresariales por el Real Colegio Universitario María Cristina, centro adscrito a la Universidad Complutense de Madrid, Pedro Sánchez formó parte del think tank liberal del PSOE denominado 'Economistas 2004' liderado por Miguel Sebastián, ministro de Industria de José Luis Rodríguez Zapatero entre 2008 y 2011. Antes, como candidato a la Alcaldía de Madrid en 2007, Sebastián también contó en su equipo con el entonces joven concejal Sánchez.

Durante su etapa en el Consistorio madrileño, el hoy presidente se encargó de fiscalizar desde la oposición las áreas de Economía, Urbanismo y Vivienda, mientras fue consejero de Caja Madrid como representante socialista. La cuestionada gestión de la caja de ahorros dirigida entonces por Miguel Blesa derivó en casos de corrupción como el uso por parte de sus consejeros de dinero opaco para Hacienda (tarjetas black). El PSOE ha hecho grandes esfuerzos por borrar de su biografía oficial el paso de Pedro Sánchez por Caja Madrid entre 2004 y 2009.

En 2012, Sánchez se doctoró en Economía por la Universidad Camilo José Cela, donde ejerció de profesor de Economía, gracias a una tesis que sólo se puede consultar bajo la autorización de su autor. Tras el secretismo en torno a este trabajo, las informaciones que aseguran que buena parte del mismo se elaboró precisamente en el Ministerio de Industria y la polémica en torno al máster de Pablo Casado, el PP acaba de solicitar en el Congreso de los Diputados la tesis doctoral del presidente, titulada Innovaciones en la diplomacia económica española de 2000 a 2012.

Nada en la trayectoria política y económica de Pedro Sánchez le vincula con las tesis de izquierdas que abanderó en su proyecto para ganar las elecciones a Susana Díaz en las primarias del PSOE de 2017 y que ahora le reclama Unidos Podemos. Entonces, alejándose de su formación y personalidad como economista, se rodeó de veteranos de la izquierda del PSOE y ex guerristas como Manuel Escudero, José Félix Tezanos o Cristina Narbona que representaban una vuelta a los orígenes del socialismo como alternativa al modelo de centro político que encarnaba Susana Díaz.

Durante la presentación de ese proyecto en febrero de 2017 en el Círculo de Bellas Artes, Sánchez y su equipo situaron como adversario político al “neoliberalismo, el capitalismo y el conservadurismo que encarna el PP”, para defender que su proyecto no persigue un giro a la izquierda, sino “que el PSOE vuelva a ser el partido de la izquierda en este país”.

Mientras el zapaterismo y el rubalcabismo apoyaban a la presidenta andaluza, los antiguos guerristas se alinearon con Pedro Sánchez, que también concitó los apoyos del antiguo borrellismo. Escudero, Tezanos, Carlos Sanjuan, Ángel Díaz Sol, Nono Amate, Rafael Román, Enrique Linde… El ala tradicionalmente más izquierdista del PSOE encontraba en Pedro Sánchez un heredero discursivo dentro del partido. No obstante, ese proyecto interno para ganar las primarias no se ha trasladado al Gobierno. Todo lo contrario, por ese flanco de izquierdas es por donde más lastre ha soltado Pedro Sánchez desde que llegó a la Moncloa.

Numerosas informaciones periodísticas han señalado la política de contrataciones del Gobierno como "enchufes" o favores a los amigos del presidente, cuando en realidad es una forma amable de apartarlos para evitar que le condicionen la política económica. El caso más significativo en este sentido es el destino en París de Manuel Escudero, cerebro económico del 'nuevo PSOE' y nexo con Podemos hasta la llegada al Gobierno.

El secretario de Política Económica y Empleo del PSOE ha sustituido al ex ministro José Ignacio Wert como embajador de España ante la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), uno de los puestos más codiciados al contar con un sueldo de 137.000 euros anuales, vivienda, coche oficial y otros gastos de representación a cargo del Estado. Asesor especial de la Oficina del Global Compact de Naciones Unidas en Nueva York, este economista fue coordinador del Programa 2000 del PSOE en 1987-1991 y coordinador del programa de Josep Borrell, actual ministro de Asuntos Exteriores, en su lucha por el liderazgo del PSOE en los años 1998-99.

Cercano a Podemos y muy crítico con las políticas económicas europeas, Escudero ha sido el artífice de ideas como el impuesto a la banca para financiar las pensiones y proyectos para modificar la globalización económica a través de una apertura comercial más humanista en colaboración con ONGs y sindicatos. En esa línea, alentada por Narbona y Escudero, una de las primeras decisiones de Sánchez al frente del PSOE fue votar en contra del acuerdo comercial con Canadá (CETA).

Precisamente Narbona, presidenta del PSOE y ex ministra de Medio Ambiente, una de las más radicales en su ideología de izquierdas, también se ha quedado fuera del Ejecutivo. Oficialmente su entrada quedó vetada por el fichaje de su pareja, Josep Borrell, ministro de Exteriores, aunque extraoficialmente también se apunta a la posibilidad de que se vea salpicada por el caso de corrupción del PSOE de Valencia que afecta a etapas de su gestión en el Gobierno de Zapatero.

Otro guerrista acusado de beneficiarse de su vinculación con Sánchez es José Félix Tezanos, nombrado director del CIS y obligado por tanto a abandonar su puesto en la Ejecuctiva socialista. El Gobierno nombró el pasado 29 de junio al secretario de Estudios y Programas del PSOE como nuevo presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Considerado uno de los padres de la sociología moderna en España, Tezanos es doctor en Ciencias Políticas y Sociología y catedrático de Sociología de la Universidad de Santiago de Compostela y de la UNED. Militante del PSOE desde 1973 y de la UGT, era editor de la revista “Sistema”, ha dirigido la fundación Sistema, que presidía Alfonso Guerra, y ha estado en el patronato de las fundaciones Largo Caballero y Pablo Iglesias. Cobrará unos 97.500 euros.

Lejos de llevar esos perfiles al Gobierno y recuperar tradiciones socialistas como la creación de un macroministerio de Economía y Hacienda, el presidente ha mantenido la división en dos áreas del Ejecutivo de Mariano Rajoy y ha buscado perfiles que ofrezcen garantías de estabilidad y cumplimiento de las políticas europeas como Nadia Calviño, directora general de Presupuestos de la UE y persona comprometida con la consolidación fiscal, cuyo fichaje fue aplaudido por los poderes económicos del país. También incluyó a María Jesús Montero, responsable de Hacienda precisamente en el Gobierno de Susana Díaz, el más cumplidor de España con el déficit.

El área económica del Gobierno también cuenta con el ex ministro Jordi Sevilla, que ejerció de asesor de Sánchez durante su primera etapa al frente del PSOE, de 2014 a 2016, incluidas las dos elecciones generales y la negociación de su investidura fallida. Con un sueldo de 546.000 euros al frente de Red Eléctrica Española, el ex titular de Administraciones Públicas con Zapatero era uno de los más claros ministrables cuando Pedro Sánchez derrocó a Mariano Rajoy con su moción de censura. Pero el líder del PSOE decidió dejarle fuera del Consejo de Ministros.

Un mes después de la toma de posesión, el Ejecutivo le ha encargado liderar una comisión de expertos nacida con la misión de impulsar una reforma en profundidad de las Administraciones Públicas con cuestiones tan delicadas como la productividad de los funcionarios. El ex ministro siempre ha defendido abiertamente la necesidad de instalar en las distintas administraciones un sistema de meritocracia, que incentive el esfuerzo y desincentive el mínimo esfuerzo.

Además de soltar lastre por la izquierda, la política de contrataciones del presidente también le permite saldar cuentas personales. En ese ámbito se sitúa el nombramiento de su hasta ahora jefe de gabinete en Ferraz y amigo personal, Juan Manuel Serrano, como presidente de Correos, un grupo que factura 1.750 millones de euros al año y suma una plantilla de 50.000 personas. Este 'fichaje' ha levantado las críticas de la oposición por la falta de experiencia en gestión empresarial del amigo del presidente que requiere una compañía como Correos.

Tras la llegada del consultor político Iván Redondo a la Moncloa como jefe de gabinete, Serrano, molesto, rechazó otros cargos en la Administración y anunció su vuelta a su puesto de funcionario en la Federación de Municipios y Provincias (FEMP), poniendo en peligro una lealtad y un silencio muy valiosos sobre la trayectoria y personalidad de Pedro Sánchez. La colocación al frente de la compañía postal con un sueldo de 191.052 euros ha recompuesto las relaciones entre ambos.

Una situación similar se produce con el senador Óscar López, flamante presidente de Paradores del Estado. Amigos y compañeros de aventuras personales y políticas desde 1997, cuando coincidieron en Bruselas, el senador había sido uno de los principales asesores de Sánchez en Ferraz durante su primera etapa como secretario general. Tras recomendarle que abandonara el escaño para no abstenerse en la investidura de Rajoy, López apoyó la candidatura de Patxi López en las últimas primarias, por lo que fue acusado de "traición" a Pedro Sánchez, ya derrocado como secretario general y sin trabajo como diputado. El nombramiento de López al frente de Paradores con un sueldo de 180.405 euros también reconcilia esas relaciones.

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